Jerome Delay\/AP<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n <\/p>\n
Era media noche del jueves cuando Alice Garo, de 52 a\u00f1os, se despert\u00f3 con gritos provenientes de Zimbabwe. \u00abCog\u00ed a mi hijo menor y hu\u00ed. El incendio se hizo m\u00e1s grande\u00bb, dijo Garo al portal de noticias sudafricano News24. Un segundo hijo tambi\u00e9n pudo salvarse. Pero no sabe d\u00f3nde est\u00e1n sus otros dos hijos, con quienes viv\u00eda en el bloque de apartamentos del centro de Johannesburgo.<\/p>\n
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Garo y otros supervivientes del peor incendio dom\u00e9stico en la historia reciente de Johannesburgo deben asumir lo peor. El jueves se confirmaron oficialmente 73 muertos, entre ellos 7 ni\u00f1os. Muchas de las v\u00edctimas fueron encontradas quemadas hasta quedar irreconocibles en una puerta de seguridad que estaba cerrada en el momento del incendio. De los 52 heridos en el accidente, algunos sufrieron lesiones en la espalda al saltar por las ventanas.<\/p>\n
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Las autoridades de la metr\u00f3polis econ\u00f3mica de Sud\u00e1frica esperan que el n\u00famero de muertes siga aumentando. Los rescatistas s\u00f3lo pudieron avanzar lentamente a trav\u00e9s de los cinco pisos destruidos, donde cientos hab\u00edan vivido en condiciones miserables. El diputado municipal Mgcini Tshwaku dijo que se trataba de un edificio ocupado ilegalmente. En Sud\u00e1frica se les conoce como \u00abedificios secuestrados\u00bb. La causa del incendio a\u00fan no est\u00e1 clara. Podr\u00edan haber sido velas, especul\u00f3 Tshwaku. Al menos algunas partes de la casa no ten\u00edan electricidad.<\/p>\n
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El presidente de Sud\u00e1frica, Cyril Ramaphosa, habl\u00f3 de una \u00abgran tragedia\u00bb. Su m\u00e1s sentido p\u00e9same a las familias afectadas. Ahora hay que prestar atenci\u00f3n al cuidado de los supervivientes. \u00abEspero que la investigaci\u00f3n sobre este incendio ayude a las comunidades y a los gobiernos a evitar que se repita una tragedia as\u00ed\u00bb.<\/p>\n
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La gente se re\u00fane en el lugar del incendio despu\u00e9s del incendio. Las autoridades esperan que el n\u00famero de muertos siga aumentando.<\/h2>\n Siphiwe Sibeko \/ Reuters<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n <\/p>\n
Bajo el control de bandas criminales<\/span><\/h2>\n <\/p>\n
Pero desde los a\u00f1os 1980, la administraci\u00f3n de la ciudad de Johannesburgo no ha logrado combatir los edificios ocupados ilegalmente en el centro de la ciudad. En aquel momento, cada vez m\u00e1s empresas trasladaban sus sedes a centros reci\u00e9n construidos en el norte de la ciudad y el antiguo distrito comercial estaba en mal estado. Actualmente hay m\u00e1s de 400 \u00abedificios secuestrados\u00bb. Las bandas criminales armadas suelen tomar el control de la entrada y explotar a los residentes. Muchos son inmigrantes de pa\u00edses vecinos estructuralmente d\u00e9biles que llegan a fin de mes como jornaleros.<\/p>\n
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Al parecer ocurri\u00f3 lo mismo con la casa incendiada en Johannesburgo. La residente Alice Garo dijo a News24 que pagaba 1.200 rands al mes de alquiler, el equivalente a unos 56 francos suizos. A qui\u00e9n, ella s\u00f3lo insinu\u00f3. \u00abEste lugar no es seguro, aqu\u00ed viven muchos delincuentes\u00bb.<\/p>\n
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A diferencia de muchos otros edificios afectados, la estructura de propiedad es aparentemente clara. La casa es propiedad de la ciudad, que la arrend\u00f3 a una organizaci\u00f3n ben\u00e9fica que protege a las mujeres maltratadas, dijeron funcionarios de la ciudad. Eso poco ten\u00eda que ver con la realidad. Porque la organizaci\u00f3n no ha sido vista desde hace mucho tiempo. En las cinco plantas se construyeron aut\u00e9nticos barrios de chabolas.<\/p>\n
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