{"id":796377,"date":"2023-09-02T11:40:39","date_gmt":"2023-09-02T11:40:39","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/vuelo-de-la-muerte-sr-111-hace-25-anos-un-avion-de-swissair-se-estrello-en-el-atlantico-frente-a-halifax\/"},"modified":"2023-09-02T11:40:43","modified_gmt":"2023-09-02T11:40:43","slug":"vuelo-de-la-muerte-sr-111-hace-25-anos-un-avion-de-swissair-se-estrello-en-el-atlantico-frente-a-halifax","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/vuelo-de-la-muerte-sr-111-hace-25-anos-un-avion-de-swissair-se-estrello-en-el-atlantico-frente-a-halifax\/","title":{"rendered":"Vuelo de la muerte SR 111: hace 25 a\u00f1os, un avi\u00f3n de Swissair se estrell\u00f3 en el Atl\u00e1ntico frente a Halifax"},"content":{"rendered":"


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229 personas murieron cerca de Halifax el 2 de septiembre de 1998 en la peor cat\u00e1strofe de la historia de la aviaci\u00f3n suiza. Despu\u00e9s de a\u00f1os de trabajo meticuloso, finalmente se pudo determinar la causa de la tragedia: una mirada retrospectiva.<\/p>\n

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Un a\u00f1o despu\u00e9s del accidente, los familiares rinden homenaje a las v\u00edctimas en Peggy’s Cove. (Imagen: Alessandro della Valle \/ Keystone) <\/h2>\n

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Desde hace d\u00e9cadas, el vuelo nocturno SR 111 de Nueva York a Ginebra es una rutina diaria para Swissair: c\u00f3modo, fiable y seguro. Pero el 2 de septiembre de 1998 todo se convierte en una pesadilla. Exactamente a las 20:18 hora local, el avi\u00f3n MD-11 bautizado \u201cVaud\u201d despeg\u00f3 del aeropuerto John F. Kennedy y pronto alcanz\u00f3 la altitud de crucero de 33.000 pies. A bordo hay 215 pasajeros y 14 tripulantes.<\/p>\n

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Despu\u00e9s de casi una hora en el aire, el capit\u00e1n Urs Zimmermann y su copiloto Stephan L\u00f6w informan al control de tr\u00e1fico a\u00e9reo en Moncton, Canad\u00e1: \u00abPan, pan, pan (llamada de urgencia internacional est\u00e1ndar, nota del editor), tenemos humo en la cabina \u00ab. En tono tranquilo, los dos pilotos experimentados exigen que el avi\u00f3n sea desviado a un aeropuerto cercano. Te diriges a Halifax, pero a\u00fan tienes que utilizar un circuito adicional para reducir la altitud y descargar combustible para que sea posible un aterrizaje seguro. Entonces, de repente, declaran la emergencia: \u00abTenemos que aterrizar inmediatamente\u00bb. El contacto por radio se interrumpe y seis minutos m\u00e1s tarde el MD-11 se estrella en la bah\u00eda de St. Margaret, frente a Nueva Escocia.<\/p>\n

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Los equipos de rescate, que ya han sido alertados del aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Halifax, esperan en vano. Los guardacostas y numerosos pescadores, sobresaltados por el estruendo de la noche, se apresuran al lugar del horror: huele a queroseno. En el agua flotan escombros, ropa y partes del cuerpo.<\/p>\n

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Un pa\u00eds con cintas de luto<\/span><\/h2>\n

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En Suiza, la central de alarma despierta al jefe de SAirGroup, Philippe Bruggisser, a las cinco y cuarto. Se apresura a ir a la sede del grupo en Kloten, todav\u00eda con la esperanza de que sea un enga\u00f1o. Gratis. CNN ya transmite en vivo y a las 6 de la ma\u00f1ana el diario matutino de la radio suiza DRS tambi\u00e9n informar\u00e1 por primera vez sobre la cat\u00e1strofe frente a las costas canadienses. En el aeropuerto de Ginebra-Cointrin, donde el vuelo SR 111 deb\u00eda aterrizar a las 9:30 horas, los carteles informaron de otro retraso y luego el estado cambi\u00f3 a \u00abcancelado\u00bb. Los familiares que esperan a sus seres queridos deben acudir al mostrador de Swissair, donde se les informa del accidente. En un instante se despliegan equipos de atenci\u00f3n con psic\u00f3logos y agentes pastorales para atender a los afectados. Se suceden escenas dram\u00e1ticas: desconcierto, l\u00e1grimas, ira… y los \u00faltimos signos de esperanza, ya que todav\u00eda no hay informaci\u00f3n sobre los muertos y se desconoce la lista de pasajeros.<\/p>\n

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Por la ma\u00f1ana, Philippe Bruggisser se presenta ante los representantes de la prensa, flanqueado por su responsable de comunicaci\u00f3n, Beatrice Tschanz. Ambos est\u00e1n visiblemente afectados, pero act\u00faan de forma muy profesional en esta situaci\u00f3n extrema. Bruggisser, duro con los n\u00fameros, encuentra la tonalidad adecuada y genera confianza con sus actuaciones en las horas siguientes, aunque s\u00f3lo puede anunciar malas noticias: \u00abNo hay supervivientes del accidente\u00bb. Aparte de la formaci\u00f3n de humo en la cabina del piloto, todav\u00eda no hab\u00eda informaci\u00f3n sobre las causas del accidente. Beatrice Tschanz, omnipresente en los medios de comunicaci\u00f3n, da rostro y voz a la tragedia. La estrategia de comunicaci\u00f3n ejemplar del d\u00fao es: \u00abTodos los hechos, no especulaciones, las v\u00edctimas y sus familiares tienen prioridad\u00bb.<\/p>\n

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No son s\u00f3lo palabras bonitas: d\u00edas despu\u00e9s, los familiares son llevados a Halifax en vuelos especiales para que puedan despedirse de las v\u00edctimas, entre ellas 137 estadounidenses, 49 suizos y 30 franceses. Se crean l\u00edneas de ayuda. En materia legal, Swissair act\u00faa con rapidez y sin burocracia; Adem\u00e1s de los 20.000 d\u00f3lares de ayuda de emergencia, las familias en duelo reciben al menos 195.000 francos de compensaci\u00f3n (lo que, sin embargo, no impide que se lleven a cabo acciones legales de larga data).<\/p>\n

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La noche del 2 al 3 de septiembre de 1998, en el accidente de Swissair frente a la costa este de Canad\u00e1, cerca de Halifax, murieron 229 personas, entre ellas 49 ciudadanos suizos. El avi\u00f3n MD-11 se estrella sobre el mar en el vuelo 111 de Nueva York a Ginebra. (Imagen: Tim Krochak \/ Halifax Chronicle Herald \/ AP)
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En ese momento, Swissair era m\u00e1s que una aerol\u00ednea, era considerada el orgullo de la naci\u00f3n y para muchos era una pieza de identidad. Por eso, el destino de la SR 111 sume en un profundo luto no s\u00f3lo a familiares y empleados de Swissair, sino tambi\u00e9n a gran parte de la poblaci\u00f3n. El presidente federal, Flavio Cotti, convoc\u00f3 al gobierno estatal a una reuni\u00f3n especial este jueves negro y expres\u00f3 su \u00abm\u00e1s sentido p\u00e9same\u00bb a los deudos. Las banderas ondean a media asta en toda Suiza y los servicios conmemorativos que se celebran, por ejemplo, en Z\u00farich y Ginebra, dan testimonio de esta devoci\u00f3n comunitaria. La televisi\u00f3n muestra en programas especiales las inquietantes im\u00e1genes de Halifax: los restos del avi\u00f3n y el equipaje de sus ocupantes flotando en el mar.<\/p>\n

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Terror en Peggy’s Cove<\/span><\/h2>\n

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Mientras tanto, al otro lado del Atl\u00e1ntico, varios miles de personas est\u00e1n ocupadas lidiando con las consecuencias del accidente. La Guardia Costera, el Ej\u00e9rcito Canadiense, la Armada y la Polic\u00eda Montada Real, la Cruz Roja, la empresa kenyon<\/a> y un ej\u00e9rcito de voluntarios trabajan d\u00eda y noche, incluso en las condiciones clim\u00e1ticas m\u00e1s adversas. Los servicios de emergencia se sumergen en el campo de escombros a una profundidad de 60 metros, rescatan y recogen todo lo que encuentran. Cientos de periodistas informan desde el pueblo m\u00e1s cercano, un tranquilo pueblo de pescadores con un faro, cuyo nombre queda inmediatamente grabado en la memoria colectiva: Peggy’s Cove.<\/p>\n

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Los administradores de desastres<\/span><\/h2>\n

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Mart\u00edn Beglinger<\/span>

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La identificaci\u00f3n de las v\u00edctimas, que pretende disipar cualquier duda a pesar de la lista de pasajeros, es especialmente aterradora: los forenses no se enfrentan a cad\u00e1veres en sentido estricto, sino a \u00abrestos humanos\u00bb, por lo que a menudo s\u00f3lo las comparaciones de ADN pueden proporcionar certeza. . El pat\u00f3logo jefe John Butt, que ha realizado autopsias durante tres d\u00e9cadas, describe el trabajo de su equipo en una palabra: \u00abhorror\u00bb.<\/p>\n

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El avi\u00f3n de Swissair, que pesaba unas 200 toneladas, choc\u00f3 con tanta fuerza contra la superficie del agua que estall\u00f3 en millones de piezas. La reconstrucci\u00f3n del accidente es una tarea gigantesca, sobre todo porque el registrador de datos de vuelo y el registrador de voz de la cabina, que pronto fueron recuperados, no pueden proporcionar ninguna informaci\u00f3n sobre los \u00faltimos seis minutos, ya que las grabaciones se detuvieron debido a un corte total de energ\u00eda a bordo.<\/p>\n

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Sin embargo, la Autoridad Canadiense de Seguridad del Transporte (TSB), encabezada por el estoico Vic Gerden, no escatima esfuerzos ni gastos: durante meses se recuperan incluso los restos m\u00e1s peque\u00f1os, como trozos de cable, \u00faltimamente con un barco especial que tiene una especie de \u00abaspiradora\u00bb marina. En un hangar, Gerden y su equipo intentan recrear la cabina de la m\u00e1quina estrellada con los restos que han salvado. El hecho de que el devastador incendio en la parte delantera del MD-11 se extinguiera inmediatamente cuando entr\u00f3 en el agua result\u00f3 \u00fatil para la b\u00fasqueda de pistas.<\/p>\n

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La investigaci\u00f3n, que costar\u00e1 el equivalente a m\u00e1s de 40 millones de francos, sigue siendo una de las m\u00e1s complicadas de la historia de la aviaci\u00f3n: los investigadores deben encontrar una imagen concluyente del accidente en un rompecabezas incompleto de alrededor de dos millones de piezas. La tr\u00edada de Vic Gerden para llegar ah\u00ed: \u00abPaciencia, perseverancia, perseverancia\u00bb.<\/p>\n

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El destino de la SR 111 no s\u00f3lo sumerge en un profundo luto a familiares y empleados de Swissair, sino tambi\u00e9n a gran parte de la poblaci\u00f3n. (Imagen: Andrew Vaughan \/ AP Photo \/ Keystone)<\/h2>\n

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rehabilitaci\u00f3n de la tripulaci\u00f3n<\/span><\/h2>\n

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Pero el p\u00fablico exige explicaciones r\u00e1pidas. Pronto, los autoproclamados expertos especularon con bastante libertad sobre el accidente y las supuestas omisiones. Independientemente de los tanques llenos y la altitud, los pilotos deber\u00edan haber decidido realizar inmediatamente un aterrizaje de emergencia en Halifax, entonces la SR 111 podr\u00eda haberse salvado. \u00abEn lugar de seguir obstinadamente la lista de control de emergencia, baje el nivel\u00bb, critican. Se sospecha de una supuesta disputa en la cabina. Lo que tales acusaciones significan para los familiares es de menos inter\u00e9s. Tambi\u00e9n se hicieron todo tipo de suposiciones sobre la causa del incendio: \u00bfser\u00e1 que las luces de lectura en la cabina se instalaron incorrectamente o el sistema de entretenimiento a bordo, que se instal\u00f3 m\u00e1s tarde y bajo presi\u00f3n de tiempo, provoc\u00f3 un incendio en el cable?<\/p>\n

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A finales de marzo de 2003, cuatro a\u00f1os y medio despu\u00e9s de la mayor cat\u00e1strofe de la historia de la aviaci\u00f3n suiza, la autoridad investigadora TSB present\u00f3 finalmente su informe final de 350 p\u00e1ginas. Por lo tanto, los pilotos no tuvieron oportunidad de reconocer a tiempo la gravedad de la situaci\u00f3n y no habr\u00edan podido aterrizar de forma segura en Halifax ni siquiera tomando la ruta m\u00e1s r\u00e1pida posible. Lo m\u00e1s probable es que el incendio comenzara con un arco (chispa) de 4.000 a 5.000 grados en los cables el\u00e9ctricos detr\u00e1s de la cabina.<\/p>\n

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La chispa, cuyo origen no est\u00e1 del todo aclarado, tuvo consecuencias tan desastrosas porque encendi\u00f3 las esteras aislantes entre el techo de la cabina y la pared exterior, cuyo material hab\u00eda sido certificado como \u00abign\u00edfugo\u00bb por la autoridad aeron\u00e1utica estadounidense FAA. Debido al calor extremo del incendio que se propagaba r\u00e1pidamente, todos los sistemas de control de vuelo fallaron. Como consecuencia del accidente de la SR 111, la TSB emiti\u00f3 un total de 23 recomendaciones de seguridad, incluidos nuevos procedimientos para la certificaci\u00f3n de materiales refractarios, la instalaci\u00f3n de alarmas contra incendios en lugares inaccesibles, la desagregaci\u00f3n de cables, el funcionamiento con bater\u00edas de las cajas negras y un nuevo procedimiento de humo a bordo.<\/p>\n

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En retrospectiva, el accidente del MD-11 frente a las costas canadienses marca el principio del fin de Swissair, que en 2001 fue puesto en tierra. Pero gracias a su inteligente gesti\u00f3n de la crisis en el caso de Halifax, la reputaci\u00f3n de la aerol\u00ednea apenas sufri\u00f3 da\u00f1os. Otros factores fueron decisivos para la inminente quiebra de la orgullosa Swissair: la megaloman\u00eda y la fallida estrategia de expansi\u00f3n de la direcci\u00f3n del grupo.<\/p>\n

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Este art\u00edculo se public\u00f3 por primera vez el 2 de septiembre de 2018 y se volvi\u00f3 a publicar el 2 de septiembre de 2023.<\/p>\n

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