En la cr\u00edtica cinematogr\u00e1fica, donde alguna vez dominaron voces como Pauline Kael y Roger Ebert, sitios de agregaci\u00f3n como Tomates podridos<\/u> ahora ejercen una inmensa influencia y, por lo tanto, pueden determinar r\u00e1pidamente el \u00e9xito o el fracaso de una pel\u00edcula. Sin embargo, el reconocido director Pablo Schrader<\/u>c\u00e9lebre por escribir uno de los mejores pel\u00edculas de Nueva York<\/u> (Conductor de taxi<\/em>), se ha unido a las filas de su colega cineasta Martin Scorcese al criticar al agregador de rese\u00f1as<\/u> y plantear preocupaciones sobre su impacto en la realizaci\u00f3n cinematogr\u00e1fica. A continuaci\u00f3n, exploraremos el funcionamiento de Rotten Tomatoes, las objeciones de Schrader y los posibles peligros de las calificaciones agregadas.<\/p>\n Rotten Tomatoes agrega rese\u00f1as tanto de cr\u00edticos como de miembros de la audiencia. Las rese\u00f1as de los cr\u00edticos se clasifican como \u00abfrescas\u00bb o \u00abpodridas\u00bb seg\u00fan su sentimiento general hacia una pel\u00edcula. Las rese\u00f1as de la audiencia siguen un sistema similar, utilizando calificaciones en una escala del 0% al 100%. La puntuaci\u00f3n del Tomat\u00f3metro, un porcentaje que representa el consenso de los cr\u00edticos, se calcula en funci\u00f3n de la proporci\u00f3n de rese\u00f1as \u00abnuevas\u00bb.<\/p>\nC\u00f3mo funcionan los tomates podridos<\/h2>\n