Y hay estudios que muestran que el n\u00famero de soldados alemanes que padecen enfermedades mentales es a\u00fan mayor.<\/a> El espectro abarca desde la depresi\u00f3n hasta los trastornos de ansiedad y el trastorno de estr\u00e9s postraum\u00e1tico o, para abreviar, PTSD. El deporte, como tambi\u00e9n demuestra la experiencia de la Bundeswehr, desempe\u00f1a un papel decisivo a la hora de mostrar a estos soldados el camino de regreso a una vida independiente. Un cuerpo entrenado ayuda a compensar las discapacidades. Hace que las experiencias de \u00e9xito vuelvan a ser posibles.<\/p>\n <\/p>\n
Cuando Michael Bartscher habla de sus primeros partidos en Sydney, todav\u00eda hoy se le iluminan los ojos. El ambiente era casi exuberante: decenas de miles de espectadores, largas colas en las taquillas a pesar de los altos precios de las entradas, muchos civiles y un gran entusiasmo por los logros deportivos de aquellos que hab\u00edan arruinado su salud en la batalla.<\/p>\n
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En D\u00fcsseldorf la entrada a los concursos es gratuita, a excepci\u00f3n de las ceremonias de apertura y clausura. Sin embargo, parece como si aqu\u00ed todos permanecieran entre los de su propia especie: los atletas, los soldados, los escolares. Bartscher lo lamenta mucho: \u201cLo malo es que no s\u00f3lo la sociedad no tiene nada que ver con los heridos, sino que adem\u00e1s hay poco inter\u00e9s en la Bundeswehr por su destino\u201d.<\/p>\n
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Pr\u00f3tesis de piernas colocadas en el borde de un campo de juego.<\/h2>\n J\u00f6rn Pollex\/Getty<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n <\/p>\n
Puede ser que tambi\u00e9n haya frustraci\u00f3n por el propio destino. Cuando Bartscher deja el servicio activo en oto\u00f1o de 2021, no se siente comprendido por sus compa\u00f1eros. Sus problemas no son los problemas de los dem\u00e1s, los sanos. Hasta el d\u00eda de hoy sigue en desacuerdo con la Bundeswehr por el alcance de sus heridas durante el despliegue. Present\u00f3 una demanda contra su antiguo empleador, un final amargo despu\u00e9s de 45 a\u00f1os de servicio.<\/p>\n
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Bartscher dice que para \u00e9l no se trata de dinero. Como general retirado, est\u00e1 bien provisto econ\u00f3micamente. Para \u00e9l se trata de reconocimiento y aprecio, del hecho de que arruin\u00f3 su salud mientras serv\u00eda a Alemania. <\/p>\n
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Reputaci\u00f3n y validaci\u00f3n<\/span><\/h2>\n <\/p>\n
El reconocimiento es el n\u00facleo central de los Juegos Invictus. Si se tratara s\u00f3lo de una competici\u00f3n deportiva, los juegos tambi\u00e9n podr\u00edan desarrollarse en un cuartel a puerta cerrada. Pero los veteranos quieren respeto y confirmaci\u00f3n, no solo de sus propios militares, como Bartscher, sino tambi\u00e9n de la sociedad, que los ignora o incluso los desprecia. Al menos esa es la impresi\u00f3n que tienen muchos de ellos.<\/p>\n
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Cuando el Pr\u00edncipe Harry inici\u00f3 los Juegos Invictus en 2014, quer\u00eda llevarlos al centro de la vida social, siguiendo el ejemplo de los Juegos de Guerreros de las fuerzas armadas de Estados Unidos. La gente deber\u00eda ver lo que puede significar enviar a sus propios soldados a la guerra y mostrar algo de gratitud con su simpat\u00eda. Eso realmente no funciona en Alemania.<\/p>\n
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Es de tarde y en el D\u00fcsseldorf-Arena se escucha un rugido cuando los equipos salen al campo para las semifinales de baloncesto en silla de ruedas. Un equipo mixto alem\u00e1n-holand\u00e9s se enfrenta a Francia. En las gradas, soldados, ni\u00f1os y deportistas se dan la mano y agitan los brazos al son de la m\u00fasica. Aqu\u00ed las cosas no deber\u00edan ser muy diferentes cuando juega el equipo de segunda divisi\u00f3n Fortuna D\u00fcsseldorf.<\/p>\n
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Al mismo tiempo, el general retirado Bartscher est\u00e1 de pie en un escenario en el \u201cInvictus Village\u201d con otros tres veteranos discapacitados a su lado. Una mujer lee un libro. Las l\u00edneas tratan sobre un soldado alem\u00e1n que perdi\u00f3 las piernas en Afganist\u00e1n y solo encontr\u00f3 el coraje para volver a vivir cuando sus hijos le dijeron junto a su cama que lo necesitaban. Bartscher y los otros tres soldados tambi\u00e9n son protagonistas del libro, se llama \u201cLos veteranos de Alemania\u201d y cuenta las historias del sufrimiento de los heridos. Los soldados se sientan en mesas de madera frente al escenario, y tambi\u00e9n hay algunos atletas y ayudantes.<\/p>\n
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Un responsable de la Bundeswehr nos inform\u00f3 que tambi\u00e9n estaban presentes los miembros del comit\u00e9 deportivo del Bundestag alem\u00e1n, as\u00ed como algunos generales de alto rango. Pero ninguno de ellos se puede ver frente al escenario.<\/p>\n
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