{"id":812377,"date":"2023-09-16T11:10:57","date_gmt":"2023-09-16T11:10:57","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/heridos-marcados-olvidados-en-los-invictus-games-los-veteranos-de-guerra-buscan-reconocimiento\/"},"modified":"2023-09-16T11:11:01","modified_gmt":"2023-09-16T11:11:01","slug":"heridos-marcados-olvidados-en-los-invictus-games-los-veteranos-de-guerra-buscan-reconocimiento","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/heridos-marcados-olvidados-en-los-invictus-games-los-veteranos-de-guerra-buscan-reconocimiento\/","title":{"rendered":"\u00bfHeridos, marcados, olvidados? En los Invictus Games, los veteranos de guerra buscan reconocimiento"},"content":{"rendered":"


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Las competiciones deportivas de este a\u00f1o para atletas discapacitados por la guerra finalizar\u00e1n el s\u00e1bado en D\u00fcsseldorf. Su objetivo es mostrar a los civiles lo que puede significar enviar soldados a la guerra. El concepto funciona en otros pa\u00edses, pero en Alemania el inter\u00e9s es manejable.<\/p>\n

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Escena de la \u201cpeque\u00f1a final\u201d de baloncesto en silla de ruedas entre Gran Breta\u00f1a y la selecci\u00f3n mixta germano-holandesa.<\/h2>\n

Dean Mouhtaropoulos\/Getty<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Michael Bartscher sube a las gradas del estadio de D\u00fcsseldorf, en el campo de baloncesto en silla de ruedas, debajo suena la sirena final del partido entre Gran Breta\u00f1a y Canad\u00e1. Los jugadores chocan los cinco, suenan graves fuertes por los altavoces y los espectadores bailan y animan en las filas de asientos, muchos de ellos con uniformes militares. Bartscher se detiene en seco, se da vuelta y dice: \u201cTengo que salir de aqu\u00ed. Es demasiado ruidoso, demasiado lleno de gente y demasiado sofocante para m\u00ed\u201d.<\/p>\n

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El hombre de 65 a\u00f1os, con el cabello ralo, camina r\u00e1pidamente hacia la salida, pasando junto a los soldados que est\u00e1n parados en las mesas, comiendo papas fritas y bebiendo cerveza. El olor a grasa de cocina impregna la zona. Bartscher respira profundamente y sale. \u00abNo puedo soportar eso. \u00abEso me activa inmediatamente\u00bb, dice.<\/p>\n

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5 de agosto de 2014: Este d\u00eda cambia por completo la vida de Bartscher. Estaba destinado en Afganist\u00e1n como general de brigada de la Bundeswehr y asesor del Jefe del Estado Mayor afgano cuando un soldado local dispar\u00f3 contra un grupo de oficiales occidentales de alto rango. Una bala alcanza el muslo del alem\u00e1n. Bartscher tiene suerte: su herida hace tiempo que se cur\u00f3. Otros lo pasaron peor entonces.<\/p>\n

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Los alemanes y su ej\u00e9rcito: una relaci\u00f3n dif\u00edcil<\/span><\/h2>\n

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Un mes despu\u00e9s del ataque, volvi\u00f3 a la acci\u00f3n y permaneci\u00f3 all\u00ed otros diez meses. \u201cHoy s\u00e9 que no deber\u00eda haber hecho eso\u201d, afirma. La guerra de Afganist\u00e1n, las v\u00edctimas, sus heridas, todo fue en vano. \u201c\u00bfPara qu\u00e9?\u201d, pregunta. \u00abMira alrededor. Tienes que tener la impresi\u00f3n. que nadie en nuestra sociedad est\u00e1 interesado en nosotros.<\/a>\u00bb<\/p>\n

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El ex general de brigada de la Bundeswehr Michael Bartscher fue herido en Kabul hace nueve a\u00f1os. Despu\u00e9s de participar dos veces en los Invictus Games como atleta en activo, este a\u00f1o participa como espectador.<\/h2>\n

Marco Seliger<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Bartscher se encuentra delante del estadio en el \u201cInvictus Village\u201d, una tienda de campa\u00f1a con puestos informativos, un escenario y puestos para comida, bebidas y art\u00edculos promocionales. Pasan algunos escolares en viaje escolar, pero la mayor\u00eda de los visitantes son soldados. Esto es sorprendente, dice Bartscher: \u00abOjal\u00e1 hubiera m\u00e1s representantes de la sociedad civil aqu\u00ed\u00bb.<\/p>\n

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Es mitad de semana, las vacaciones en Alemania han terminado y ya hace unos d\u00edas que se cumpli\u00f3 el fin de semana en el que el pr\u00edncipe Harry, duque de Sussex, inaugur\u00f3 los Invictus Games 2023. Los medios alemanes vuelven a estar dominados por otros temas, y la atenci\u00f3n prestada a los juegos de los invictos, como se traduce \u201cJuegos Invictus\u201d, es manejable. Bartscher dice que sospechaba algo as\u00ed. Los alemanes y sus fuerzas armadas tienen una relaci\u00f3n dif\u00edcil. \u00c9l era de esta opini\u00f3n hace cinco a\u00f1os.<\/p>\n

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La soldado brit\u00e1nica Clare Gibson durante la carrera de 200 metros en silla de ruedas.<\/h2>\n

Dean Mouhtaropoulos\/Getty<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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En los Juegos Invictus de 2018 en Sydney, Australia, la entonces ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, quien se mostr\u00f3 entusiasmada con el evento, le pregunt\u00f3 qu\u00e9 pensaba sobre la idea de realizar los juegos en Alemania. Respondi\u00f3 al ministro que era esc\u00e9ptico. Porque, \u00bfqu\u00e9 sentido tiene un evento deportivo paral\u00edmpico para soldados en un pa\u00eds donde la gente ni siquiera se fija en sus discapacitados y veteranos de guerra?<\/p>\n

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40 millones de euros del presupuesto de defensa<\/span><\/h2>\n

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Von der Leyen todav\u00eda trajo los juegos a Alemania. Una empresa costosa: aunque no se trata de un evento organizado por la Bundeswehr, sino por la fundaci\u00f3n privada Invictus Games, el Ministerio de Defensa de Berl\u00edn aportar\u00e1 40 millones de euros. Tambi\u00e9n hay dinero de numerosos patrocinadores del sector empresarial.<\/p>\n

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Cuando finalicen los Invictus Games este s\u00e1bado, alrededor de 550 atletas de 23 pa\u00edses habr\u00e1n competido en 10 deportes. Desde que el pr\u00edncipe Harry, que tambi\u00e9n fue soldado en Afganist\u00e1n, el co-inici\u00f3 los Juegos de 2014 en Londres,<\/a> el n\u00famero de estados participantes casi se ha duplicado. Alemania estuvo ah\u00ed desde el principio, Suiza todav\u00eda no est\u00e1. Para muchos soldados, la participaci\u00f3n es el punto culminante de su proceso de recuperaci\u00f3n, en el que el deporte juega un papel fundamental.<\/p>\n

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Michael Bartscher conoce la euforia. \u00c9l mismo particip\u00f3 dos veces, en Sydney en 2018 y en La Haya en 2022. Ahora se encuentra frente a una de las muchas pantallas en las que se retransmiten las competiciones. Se puede ver una serie preliminar en los 50 metros braza masculino; Los titulares se presentan como en un campeonato mundial. Hay un estadounidense sentado en el bloque de salida sin piernas, un ucraniano al que le falta un brazo y un colombiano que parece intacto al menos en apariencia. Despu\u00e9s de 53 segundos cruz\u00f3 primero la l\u00ednea de meta, el estadounidense sin piernas lleg\u00f3 cuarto en 2 minutos. Los atletas animan a la c\u00e1mara. No parece importarles la ubicaci\u00f3n.<\/p>\n

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\"Soldados <\/div>
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Soldados alemanes entusiastas en las gradas.<\/h2>\n

Sascha Schuermann \/ Getty<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Alemania ha enviado m\u00e1s de medio mill\u00f3n de soldados a misiones en el extranjero desde principios de los a\u00f1os 1990. Varios centenares de ellos sufrieron heridas f\u00edsicas por disparos, bombardeos, metralla o accidentes. Pero el n\u00famero total de heridos es muchas veces mayor. Seg\u00fan la propia Bundeswehr, m\u00e1s de uno de cada cinco soldados regres\u00f3 con graves problemas psicol\u00f3gicos. Se trata de unas 100.000 personas afectadas. <\/p>\n

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El deporte juega un papel crucial<\/span><\/h2>\n

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Y hay estudios que muestran que el n\u00famero de soldados alemanes que padecen enfermedades mentales es a\u00fan mayor.<\/a> El espectro abarca desde la depresi\u00f3n hasta los trastornos de ansiedad y el trastorno de estr\u00e9s postraum\u00e1tico o, para abreviar, PTSD. El deporte, como tambi\u00e9n demuestra la experiencia de la Bundeswehr, desempe\u00f1a un papel decisivo a la hora de mostrar a estos soldados el camino de regreso a una vida independiente. Un cuerpo entrenado ayuda a compensar las discapacidades. Hace que las experiencias de \u00e9xito vuelvan a ser posibles.<\/p>\n

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Cuando Michael Bartscher habla de sus primeros partidos en Sydney, todav\u00eda hoy se le iluminan los ojos. El ambiente era casi exuberante: decenas de miles de espectadores, largas colas en las taquillas a pesar de los altos precios de las entradas, muchos civiles y un gran entusiasmo por los logros deportivos de aquellos que hab\u00edan arruinado su salud en la batalla.<\/p>\n

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En D\u00fcsseldorf la entrada a los concursos es gratuita, a excepci\u00f3n de las ceremonias de apertura y clausura. Sin embargo, parece como si aqu\u00ed todos permanecieran entre los de su propia especie: los atletas, los soldados, los escolares. Bartscher lo lamenta mucho: \u201cLo malo es que no s\u00f3lo la sociedad no tiene nada que ver con los heridos, sino que adem\u00e1s hay poco inter\u00e9s en la Bundeswehr por su destino\u201d.<\/p>\n

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\"Pr\u00f3tesis <\/div>
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Pr\u00f3tesis de piernas colocadas en el borde de un campo de juego.<\/h2>\n

J\u00f6rn Pollex\/Getty<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Puede ser que tambi\u00e9n haya frustraci\u00f3n por el propio destino. Cuando Bartscher deja el servicio activo en oto\u00f1o de 2021, no se siente comprendido por sus compa\u00f1eros. Sus problemas no son los problemas de los dem\u00e1s, los sanos. Hasta el d\u00eda de hoy sigue en desacuerdo con la Bundeswehr por el alcance de sus heridas durante el despliegue. Present\u00f3 una demanda contra su antiguo empleador, un final amargo despu\u00e9s de 45 a\u00f1os de servicio.<\/p>\n

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Bartscher dice que para \u00e9l no se trata de dinero. Como general retirado, est\u00e1 bien provisto econ\u00f3micamente. Para \u00e9l se trata de reconocimiento y aprecio, del hecho de que arruin\u00f3 su salud mientras serv\u00eda a Alemania. <\/p>\n

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Reputaci\u00f3n y validaci\u00f3n<\/span><\/h2>\n

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El reconocimiento es el n\u00facleo central de los Juegos Invictus. Si se tratara s\u00f3lo de una competici\u00f3n deportiva, los juegos tambi\u00e9n podr\u00edan desarrollarse en un cuartel a puerta cerrada. Pero los veteranos quieren respeto y confirmaci\u00f3n, no solo de sus propios militares, como Bartscher, sino tambi\u00e9n de la sociedad, que los ignora o incluso los desprecia. Al menos esa es la impresi\u00f3n que tienen muchos de ellos.<\/p>\n

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Cuando el Pr\u00edncipe Harry inici\u00f3 los Juegos Invictus en 2014, quer\u00eda llevarlos al centro de la vida social, siguiendo el ejemplo de los Juegos de Guerreros de las fuerzas armadas de Estados Unidos. La gente deber\u00eda ver lo que puede significar enviar a sus propios soldados a la guerra y mostrar algo de gratitud con su simpat\u00eda. Eso realmente no funciona en Alemania.<\/p>\n

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Es de tarde y en el D\u00fcsseldorf-Arena se escucha un rugido cuando los equipos salen al campo para las semifinales de baloncesto en silla de ruedas. Un equipo mixto alem\u00e1n-holand\u00e9s se enfrenta a Francia. En las gradas, soldados, ni\u00f1os y deportistas se dan la mano y agitan los brazos al son de la m\u00fasica. Aqu\u00ed las cosas no deber\u00edan ser muy diferentes cuando juega el equipo de segunda divisi\u00f3n Fortuna D\u00fcsseldorf.<\/p>\n

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Al mismo tiempo, el general retirado Bartscher est\u00e1 de pie en un escenario en el \u201cInvictus Village\u201d con otros tres veteranos discapacitados a su lado. Una mujer lee un libro. Las l\u00edneas tratan sobre un soldado alem\u00e1n que perdi\u00f3 las piernas en Afganist\u00e1n y solo encontr\u00f3 el coraje para volver a vivir cuando sus hijos le dijeron junto a su cama que lo necesitaban. Bartscher y los otros tres soldados tambi\u00e9n son protagonistas del libro, se llama \u201cLos veteranos de Alemania\u201d y cuenta las historias del sufrimiento de los heridos. Los soldados se sientan en mesas de madera frente al escenario, y tambi\u00e9n hay algunos atletas y ayudantes.<\/p>\n

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Un responsable de la Bundeswehr nos inform\u00f3 que tambi\u00e9n estaban presentes los miembros del comit\u00e9 deportivo del Bundestag alem\u00e1n, as\u00ed como algunos generales de alto rango. Pero ninguno de ellos se puede ver frente al escenario.<\/p>\n

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\u201c\u00a1No somos extraterrestres!\u201d<\/span><\/h2>\n

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Aqu\u00ed podr\u00eda tener lugar el discurso sobre el servicio en las fuerzas armadas, que tambi\u00e9n se menciona en el concepto de los juegos de la Bundeswehr. \u00abChicos, ac\u00e9rquense a los soldados\u00bb, grita el veterano junto a Bartscher, \u00ab\u00a1no somos extraterrestres!\u00bb No est\u00e1 claro a qui\u00e9n se dirige, ya que apenas hay civiles presentes. Otro dice que todos ellos, los veteranos, pertenecen al medio de la sociedad y que la gente deber\u00eda por fin meterse eso en la cabeza. Los pocos oyentes aplauden.<\/p>\n

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El pr\u00edncipe Harry de Gran Breta\u00f1a y su esposa Meghan fueron las estrellas dondequiera que aparecieran en los juegos de D\u00fcsseldorf. Harry, que sirvi\u00f3 dos veces en Afganist\u00e1n como soldado, fund\u00f3 los Invictus Games en 2014.<\/h2>\n

Christopher Neundorf\/EPA<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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El moderador tambi\u00e9n expres\u00f3 el deseo de que el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, patrocinador de los juegos de D\u00fcsseldorf, anuncie en el acto de clausura del s\u00e1bado la introducci\u00f3n del D\u00eda de los Veteranos en Alemania. Pero inmediatamente a\u00f1ade que \u00e9l mismo no cree en ello.<\/p>\n

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