{"id":813236,"date":"2023-09-17T10:54:32","date_gmt":"2023-09-17T10:54:32","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/pero-vuelve-el-mundo-literario-se-despidio-de-martin-walser-en-stuttgart\/"},"modified":"2023-09-17T10:54:36","modified_gmt":"2023-09-17T10:54:36","slug":"pero-vuelve-el-mundo-literario-se-despidio-de-martin-walser-en-stuttgart","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/pero-vuelve-el-mundo-literario-se-despidio-de-martin-walser-en-stuttgart\/","title":{"rendered":"\u201cPero vuelve\u201d: el mundo literario se despidi\u00f3 de Martin Walser en Stuttgart"},"content":{"rendered":"


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Se contaron an\u00e9cdotas, se expres\u00f3 admiraci\u00f3n y se record\u00f3 a un amigo: amigos y cr\u00edticos rindieron homenaje al escritor Martin Walser y su obra el s\u00e1bado en un acto conmemorativo en el Palacio Nuevo de Stuttgart.<\/p>\n

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Lleva consigo siete d\u00e9cadas de literatura alemana: el escritor Martin Walser falleci\u00f3 el 26 de julio a la edad de 96 a\u00f1os. <\/h2>\n

F\u00e9lix K\u00e4stle \/ DPA<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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El verano entra por las puertas dobles del suelo al techo. Riendo, gritando y chapoteando. Lo que se oye no es el lago de Constanza, sino la fuente de la Schlossplatz de Stuttgart. Pero en el interior se trata de alguien cuya vida y obra est\u00e1n indisolublemente ligadas al lago de Constanza: Martin Walser. El autor, fallecido a finales de julio, est\u00e1 omnipresente en las conversaciones de los invitados, y m\u00e1s a\u00fan en los discursos de los oradores, y mira a lo lejos desde el cuadro colocado en un caballete para el funeral de Walser. .<\/p>\n

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El sol brilla a trav\u00e9s de las ventanas del Palacio Nuevo; en la imagen se puede ver en medio de la niebla el contorno de una avenida desnuda en invierno. Delante de \u00e9l est\u00e1 Walser, con un abrigo negro y una bufanda azul. El ala de su sombrero descansa sobre sus pobladas cejas blancas. Invierno a finales de verano. Un contraste que a Walser le habr\u00eda gustado. El fondo es blanco y negro, una claridad que nunca le habr\u00eda sido suficiente en la literatura.<\/p>\n

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Se convirti\u00f3 en un c\u00edrculo<\/span><\/h2>\n

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\u201cTrac\u00e9 una l\u00ednea y se convirti\u00f3 en un c\u00edrculo\u201d: eso es lo que Walser escribi\u00f3 una vez, y as\u00ed lo cita Petra Olschowski, ministra de arte de Baden-W\u00fcrttemberg, despu\u00e9s de dar la bienvenida a la familia de Walser y a invitados de la literatura y la pol\u00edtica. Cuando uno grande se va, vienen muchos. El c\u00edrculo de Walser, seg\u00fan el Ministro de Estado, se cerr\u00f3 el 26 de julio. \u201cEcharemos de menos su sabidur\u00eda, su accesibilidad y su argumentaci\u00f3n\u201d, prosigui\u00f3 Nicola Bartels, editora de Rowohlt Verlag, en su discurso de bienvenida. Y: \u201cEn algunos de los debates de estos d\u00edas me imagino que hay alguien como \u00e9l\u201d.<\/p>\n

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Walser fue uno de los que se involucr\u00f3. Argumentativo hasta el final, dijeron. Por lo tanto, no son los menos importantes los conflictos y esc\u00e1ndalos que los dos ponentes, la cr\u00edtica literaria Iris Radisch y el amigo \u00edntimo de Walser, el autor Arnold Stadler, abordan en su \u00faltimo viaje. O mejor: intenta aclararlo de una vez por todas.<\/p>\n

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Premio Guerra y Paz<\/span><\/h2>\n

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Se trata de lo que Radisch llama el \u00abcrimen sin nombre de nuestros antepasados\u00bb. Y sobre el Premio de la Paz del Comercio Librero Alem\u00e1n en 1998, que fue concedido a Walser. En su discurso en la Paulskirche de Frankfurt, Walser se manifest\u00f3 entonces en contra de la \u00abrepresentaci\u00f3n permanente de nuestra verg\u00fcenza\u00bb. La declaraci\u00f3n provoc\u00f3 indignaci\u00f3n. Nunca se desvaneci\u00f3 del todo, y menos a\u00fan en los o\u00eddos de Walser.<\/p>\n

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Martin Walser no quer\u00eda evitar la conmemoraci\u00f3n, dice Iris Radisch, sino que se opuso a un tipo de conmemoraci\u00f3n que le parec\u00eda una venta de indulgencias. Cualquiera que vio esto como una s\u00faplica a mirar hacia otro lado no mir\u00f3 de cerca. Walser, el autor solitario, el \u201ccorsario espiritual\u201d, s\u00f3lo quer\u00eda practicar la mirada en privado, no como un fen\u00f3meno de masas.<\/p>\n

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Mientras que el orador anterior se refiri\u00f3 al esc\u00e1ndalo m\u00e1s antiguo de Walser, Stadler se refiri\u00f3 al m\u00e1s reciente. El \u00faltimo argumento que busc\u00f3 Walser fue uno contra la guerra. Al menos eso es lo que quiso decir: cuando Rusia atac\u00f3 a Ucrania, Walser exigi\u00f3 que el gobierno federal no suministrara armas a Ucrania.<\/p>\n

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Walser no se equivoc\u00f3, explica Stadler. M\u00e1s bien, su viejo amigo se qued\u00f3 con el humanista Sebasti\u00e1n Castellio: \u201cMatar a una persona no significa defender una doctrina, sino matar a una persona\u201d. Walser no prestaba mucha atenci\u00f3n a posiciones de derecha o de izquierda, afirma Stadler.<\/p>\n

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En la d\u00e9cada de 1970, sin embargo, Walser simpatizaba con la izquierda. La ceguera ante la ideolog\u00eda puede haber sido un signo de vejez.<\/p>\n

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\u201cPero vuelve\u201d<\/span><\/h2>\n

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El orador de la celebraci\u00f3n estuvo bien elegido. Recuerdan tanto al escritor como al ciudadano privado. Stadler cuenta que una vez Walser le grit\u00f3: \u00abEntonces vete\u00bb, cuando Stadler quer\u00eda despedirse de la Walserhaus en el lago de Constanza demasiado pronto para el gusto de Walser. Y luego sigue inmediatamente: \u00abPero vuelve\u00bb. <\/p>\n

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En su \u00faltimo libro, \u201cLos peces y los p\u00e1jaros env\u00edan saludos. Poemas locales\u201d (2023), se dice que Walser a menudo escrib\u00eda la dedicatoria: \u201cEn lugar de doler, duele\u201d. El dolor como mejora de la vida. Stadler, amigo de Walser, dice en su largo discurso que Walser siempre tuvo una sombra. Incluso cuando brillaba el sol. Walser consigui\u00f3 que la sombra cayera sobre las p\u00e1ginas del libro. <\/p>\n

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Martin Walser delante de su casa en Nussdorf, junto al lago de Constanza, en 2008.<\/h2>\n

Patrick Seeger \/ DPA<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Finalmente, toda la conversaci\u00f3n llega al lago. Sobre el lago de Constanza, sobre el que Walser escribi\u00f3 que cuando jugaba al fiordo, volv\u00eda a fingir ser mediterr\u00e1neo. Y Walser era como este lago, dice Radisch: no hab\u00eda nada a lo que comprometerse.<\/p>\n

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La fuente m\u00e1s grande<\/span><\/h2>\n

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Aqu\u00ed es donde entra en juego Arnold Stadler. Walser logr\u00f3 la haza\u00f1a de convertir el agua en lenguaje. Sac\u00f3 del lago en el que nad\u00f3 toda su vida, con los brazos y las piernas tan largos como pudo, y en alg\u00fan momento s\u00f3lo con los ojos. Seg\u00fan Stadler, entonces comenzaron los \u00faltimos meses de Walser. El tiempo de los peque\u00f1os pasos, lo llam\u00f3.<\/p>\n

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Para que los peque\u00f1os pasos no se convirtieran en pasos cortos, Walser entren\u00f3 en una cinta de correr. En la \u00faltima reuni\u00f3n, dice Stadler, el moribundo ya no pod\u00eda hablar. Y de alguna manera hablado. \u00c9l sonri\u00f3, cuya sonrisa a veces parec\u00eda toda una conversaci\u00f3n. Una sonrisa que parec\u00eda decir: \u201cAs\u00ed son las cosas\u201d. Fue una muerte lenta, pero f\u00e1cil.<\/p>\n

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Walser otra vez<\/span><\/h2>\n

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Martin Walser estuvo presente en su funeral no s\u00f3lo en la imagen sino tambi\u00e9n en el sonido. Al final, antes de que la gente volviera a salir al verano, se reprodujo una grabaci\u00f3n de una de sus lecturas. \u201cLa muerte viste una bata con mis iniciales\u201d, se escuch\u00f3 decir a Walser.<\/p>\n

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Las palabras de Walser van acompa\u00f1adas de una m\u00fasica suave. Pero el golpeteo de un bajo fuerte tambi\u00e9n llega a trav\u00e9s de las ventanas cerradas del sal\u00f3n de baile. Porque mientras en el Palacio Nuevo se recuerda a un hombre que marc\u00f3 los \u00faltimos setenta a\u00f1os de la literatura alemana, al lado se celebra una fiesta. El Museo Estatal de W\u00fcrttemberg organiza el Vibrancy Open Air: en el antiguo castillo, que fue residencia de los poderosos, fue v\u00edctima de la guerra y fue reconstruido, ahora los j\u00f3venes bailan al son de m\u00fasica electr\u00f3nica.<\/p>\n

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Al salir del antiguo Palacio Nuevo, ver\u00e1 la fachada de cristal del Museo de Arte de Stuttgart. All\u00ed est\u00e1 escrito en amarillo ne\u00f3n \u201cEl comienzo de algo m\u00e1s\u201d. El comienzo de algo m\u00e1s. Una exposici\u00f3n del artista Wolfgang Laib, que naci\u00f3 un a\u00f1o despu\u00e9s de que Walser comenzara a trabajar como reportero para el S\u00fcddeutscher Rundfunk de Stuttgart. El c\u00edrculo vital de Walser se cerr\u00f3 el 26 de julio, seg\u00fan inform\u00f3 el Ministro de Estado Olschowski. Pero el final de un c\u00edrculo es siempre tambi\u00e9n su comienzo. El comienzo \u2013 de algo nuevo.<\/p>\n

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