{"id":813835,"date":"2023-09-18T05:56:29","date_gmt":"2023-09-18T05:56:29","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/en-un-mundo-tan-cruel-para-un-hombre-negro-cada-dia-que-los-blancos-no-lo-han-matado-es-un-pequeno-triunfo\/"},"modified":"2023-09-18T05:56:34","modified_gmt":"2023-09-18T05:56:34","slug":"en-un-mundo-tan-cruel-para-un-hombre-negro-cada-dia-que-los-blancos-no-lo-han-matado-es-un-pequeno-triunfo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/en-un-mundo-tan-cruel-para-un-hombre-negro-cada-dia-que-los-blancos-no-lo-han-matado-es-un-pequeno-triunfo\/","title":{"rendered":"En un mundo tan cruel, para un hombre negro, cada d\u00eda que los blancos no lo han matado es un peque\u00f1o triunfo."},"content":{"rendered":"


\n<\/p>\n

<\/p>\n
\n
\n

El escritor estadounidense Colson Whitehead escribe una gran epopeya de Harlem. En \u00e9l describe la historia desde el fondo de la sociedad estadounidense: una persona negra cuenta poco o nada.<\/p>\n

<\/div>\n<\/div>\n

<\/p>\n

\n
<\/div>
\n
\n

Harlem era una zona insegura en la d\u00e9cada de 1970, muchas casas estaban vac\u00edas y las entradas estaban bloqueadas. Para cobrar el dinero del seguro se incendiaron deliberadamente numerosos edificios. (grabaci\u00f3n de 1973)<\/h2>\n

Gelpke \/ Ullstein \/ Getty<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

<\/p>\n

Nueva York era una pesadilla en los a\u00f1os 1970. En 1972, aqu\u00ed mor\u00eda una persona cada cinco horas de media. Al cierre del a\u00f1o hubo 1.691 personas asesinadas. Cada siete minutos se produc\u00eda un atraco o un robo de coche, mientras que miles de agentes de polic\u00eda eran despedidos porque la ciudad ya no pod\u00eda pagar sus salarios. En 1975, ni siquiera ahorrar dinero ayudaba al alcalde. Nueva York era insolvente y al final del a\u00f1o depend\u00eda del gobierno de Washington.<\/p>\n

<\/p>\n

A principios de estos desolados a\u00f1os 70 y en pleno Harlem, donde la polic\u00eda corrupta, el crimen organizado y los peque\u00f1os delincuentes crean una fina red para el beneficio mutuo, se ambienta la nueva novela de Colson Whitehead, \u00abLas reglas del juego\u00bb. Aqu\u00ed Ray Carney, el personaje central de la novela, regenta una peque\u00f1a tienda de muebles en una direcci\u00f3n que promete idilio y ofrece todo lo dem\u00e1s: en la esquina de 125th Street y Morningside, Carney abre su tienda todas las ma\u00f1anas y vende a sus clientes de todo, desde sof\u00e1s hasta L\u00e1mparas, lo que hace que la vida y la vida sean m\u00e1s placenteras. Si tan solo algunas personas pudieran vender en paz y otras pudieran vivir con la misma tranquilidad.<\/p>\n

<\/p>\n

Pero los tiempos no son tales que a un vendedor de muebles negro se le pueda permitir ejercer su oficio sin ser molestado. No importa que este hombre no haya utilizado la puerta trasera que alguna vez instal\u00f3 en su tienda para llevar a cabo un negocio completamente diferente y m\u00e1s secreto durante cuatro a\u00f1os.<\/p>\n

<\/p>\n

Cuando el negocio de los muebles fue inicialmente dif\u00edcil y la creciente familia quer\u00eda alimentarse, Ray Carney se diversific\u00f3 y se convirti\u00f3 en un experto en bienes robados. \u201cA veces se venden cosas que se caen de un cami\u00f3n\u201d, como alfombras, as\u00ed describe la esposa de Carney, medio conscientemente, su trabajo en la puerta trasera. M\u00e1s o menos, confirma.<\/p>\n

<\/p>\n

En t\u00e9rminos generales: la mayor\u00eda de las veces son diamantes y cosas similares, \u00a1y simplemente se cayeron de un cami\u00f3n! Es propiedad robada de robos. Carney sabe para qu\u00e9 sirve el producto de moda y qui\u00e9n podr\u00eda comprarlo. Y los delincuentes de Harlem saben que el comerciante de muebles tambi\u00e9n sabe c\u00f3mo convertir esas cosas en buen dinero.<\/p>\n

<\/p>\n

\n
\"Agentes <\/div>
\n
\n

Agentes de polic\u00eda se encuentran frente a un bar en Harlem despu\u00e9s de un tiroteo en 1973.<\/h2>\n

Bettman\/Getty<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

<\/p>\n

Personas muertas y medio muertas<\/span><\/h2>\n

<\/p>\n

Sin embargo, hac\u00eda tiempo que hab\u00eda dejado de robar bienes robados en 1971, cuando comienza la novela. Luego, como siempre, cuando las cosas van bien, surge una peque\u00f1a complicaci\u00f3n con consecuencias. Carney le prometi\u00f3 a su hija entradas para un concierto de Jackson 5 en el Madison Square Garden. Se agot\u00f3 hace mucho tiempo. \u00bfQu\u00e9 hacer? Llama a su gente, a los que tienen conexiones, al final termina con un polic\u00eda, es su \u00faltima esperanza. El detective Munson es la mejor interfaz entre el establishment y el crimen organizado. Es bueno en ambos y gana dinero en ambos extremos. Promete ayuda, pero quiere, una mano lava la otra, esa es una ley de hierro, que Carney le haga un favor.<\/p>\n

<\/p>\n

Munson le entrega una bolsa de papel que contiene otra bolsa de papel que contiene cadenas de diamantes engastados en oro y platino, rub\u00edes, bienes de alta gama, como reconoce Carney. Menos de 24 horas despu\u00e9s, Carney tiene las entradas para el concierto. Mientras tanto, sin embargo, es brutalmente golpeado y tambi\u00e9n se convierte en c\u00f3mplice involuntario de Munson cuando dispara a dos personas en una redada en Harlem, golpea a un proxeneta hasta casi matarlo y roba tanto dinero que cree que se ha hecho cargo del resto de su vida. vida.<\/p>\n

<\/p>\n

Con esto termina la primera parte de esta trepidante novela, traducida al alem\u00e1n con la misma rapidez por Nikolaus Stingl. Y en este punto uno simplemente sospecha que las ingeniosas palizas y asesinatos no tendr\u00e1n fin en las siguientes dos partes, que tienen lugar en 1973 y 1976. Colson Whitehead pone en escena estas obscenas org\u00edas de violencia casi con deleite, dibujando un cuadro moral del lado oscuro de la sociedad estadounidense, sobre el cual s\u00f3lo las sobrias estad\u00edsticas proporcionan informaci\u00f3n a finales de a\u00f1o.<\/p>\n

<\/p>\n

Criminales y estafadores<\/span><\/h2>\n

<\/p>\n

Por sus novelas \u00abEl ferrocarril subterr\u00e1neo\u00bb<\/a> (2016) y \u201cLos chicos del n\u00edquel\u201d (2019),<\/a> Ambos tratan sobre la esclavitud y el racismo en Estados Unidos y Whitehead ha recibido dos premios Pulitzer seguidos. Los dos libros le exigieron mucho, como confes\u00f3 en entrevistas. La carga de la historia no pasa desapercibida para el novelista que la convierte en relatos de vida. Por eso buscaba un equilibrio en un g\u00e9nero que se adaptara a su ingenio y a su deseo de crear historias.<\/p>\n

<\/p>\n

Hace dos a\u00f1os, Whitehead public\u00f3 \u201cHarlem Shuffle\u201d, la primera parte de una trilog\u00eda que promete ser una comedia humana de Harlem. Habla de delincuentes que podr\u00edan vivir de manera diferente si quisieran y de delincuentes que quer\u00edan vivir de manera diferente pero no pueden. El foco de la novela, que se desarrolla entre finales de los a\u00f1os cincuenta y principios de los sesenta, es el comerciante de muebles Ray Carney.<\/p>\n

<\/p>\n

Teme acabar con su vida como su padre, que estuvo involucrado en muchas actividades delictivas y fue baleado por la polic\u00eda durante un robo. Honra a su padre, pero todav\u00eda desea que su destino no se repita para \u00e9l. Por eso se retira del turbio negocio, aunque sospecha que se aplican reglas diferentes a alguien como \u00e9l, negro y que creci\u00f3 en Harlem.<\/p>\n

<\/p>\n

\n
\"Colson <\/div>
<\/figure>\n

<\/p>\n

Carney no se escapa de s\u00ed mismo. Su historia, o su destino, lo alcanza en la nueva novela. Para una persona negra, incluso en el Harlem de los a\u00f1os 1970, todav\u00eda no hay libertad, ni prosperidad, ni perspectivas de una vida diferente. La mayor\u00eda de los negros en la novela de Colson Whitehead lo ven con bastante sobriedad, pero nadie lo describe de manera tan inimitablemente lac\u00f3nica como Pepper, que es un tanto limitado intelectualmente pero sabio en la vida: \u00abEn un mundo tan malo, est\u00fapido y cruel, cada d\u00eda es cuando los blancos no te matan, tienes una victoria\u201d.<\/p>\n

<\/p>\n

Como persona solitaria, Pepper es un extra\u00f1o incluso entre los negros. Pero nadie ha internalizado su propio destino de una manera tan inimitable, como si creyera que s\u00f3lo podr\u00eda escapar de \u00e9l si se anticipaba a \u00e9l. Vive con los muertos. Una funeraria ofrece sus servicios bajo su apartamento de dos habitaciones. \u00abNo era tan malo vivir encima de los muertos. Era como vivir encima del metro, lo que hab\u00eda hecho durante un tiempo: viajeros o cad\u00e1veres debajo, en tr\u00e1nsito, en camino a donde pertenec\u00edan\u00bb.<\/p>\n

<\/p>\n

Vivir con los muertos tambi\u00e9n significa tener en mente el propio futuro. Esto salva a Pepper de cosas est\u00fapidas m\u00e1s grandes. Los muertos son su seguro de vida. Por ahora, sin embargo, se supone que debe cuidar de la seguridad de un equipo de filmaci\u00f3n en la segunda parte de la novela. Lo hace con una prudencia de la que s\u00f3lo es capaz alguien que ve a trav\u00e9s de las vanidades de las personas pero no se las reprocha. No deja de ponerse al servicio de los desprevenidos. \u00abPepper lleg\u00f3 a la conclusi\u00f3n de que no entend\u00eda el alma del artista\u00bb. <\/p>\n

<\/p>\n

Amar y golpear con fervor<\/span><\/h2>\n

<\/p>\n

Precisamente en personajes as\u00ed se demuestra el arte narrativo de Colson Whitehead. Pepper es un alma sencilla, puede quemar casas, golpear a ladrones y mucho m\u00e1s. Pero tiene coraz\u00f3n y est\u00e1 en el lugar correcto. Tiene su propia visi\u00f3n del mundo y puede distinguir m\u00e1s f\u00e1cilmente lo falso de lo verdadero. Debe poder leer a las personas mejor de lo que ellos mismos se conocen si quiere sobrevivir en un entorno hostil. Su conocimiento de la naturaleza humana no lo convierte en un mis\u00e1ntropo. M\u00e1s bien, puede hacer ambas cosas: amar y golpear. Y ambos con fervor.<\/p>\n

<\/p>\n

En la novela de Whitehead \u00abLas reglas del juego\u00bb hay mucha sangre y muchas casas son quemadas por fraude de seguros. El reflejo de tales llamas es el \u00fanico resplandor en el cielo nocturno en la esquina de la calle 125 y Morningside; sin embargo, no es un amanecer, sino m\u00e1s bien una se\u00f1al de lo que vendr\u00e1. <\/p>\n

<\/p>\n

Todo est\u00e1 brillantemente contado y no carece de valor de entretenimiento. Sin embargo, no valdr\u00eda la pena mencionarlo si la novela no mostrara tambi\u00e9n, o sobre todo, de una manera muy dr\u00e1stica las condiciones de existencia de una persona negra en los Estados Unidos en los a\u00f1os 1970. Ni siquiera en su barrio nadie pod\u00eda estar seguro de su vida. Para ser m\u00e1s precisos: esto era lo \u00faltimo en lo que pod\u00eda confiar.<\/p>\n

<\/p>\n

Es posible que Colson Whitehead est\u00e9 retratando un mundo de hace medio siglo. Tambi\u00e9n aqu\u00ed la mirada al pasado es una mirada al futuro, a nuestro tiempo, en el que las consecuencias del antiguo racismo rabioso est\u00e1n lejos de ser superadas.<\/p>\n

<\/p>\n

La epopeya de Harlem de Whitehead muestra el reverso de Estados Unidos que contin\u00faa proyectando sus sombras en el presente. William Faulkner ya sab\u00eda que el pasado no est\u00e1 muerto, ni siquiera ha pasado todav\u00eda. Colson Whitehead explica c\u00f3mo contin\u00faa funcionando de una manera virtuosa, tangible y opresiva que casi nadie puede hacer hoy en d\u00eda.<\/p>\n

<\/p>\n

Colson Whitehead: las reglas del juego. Novedoso. Traducido del ingl\u00e9s por Nikolaus Stingl. Hanser-Verlag, M\u00fanich 2023. 384 p\u00e1ginas, Fr. 36,90.<\/p>\n

<\/p>\n

<\/div>\n


\n
Source link-58 <\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

El escritor estadounidense Colson Whitehead escribe una gran epopeya de Harlem. En \u00e9l describe la historia desde el fondo de la sociedad estadounidense: una persona negra cuenta poco o nada.…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":813836,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[1],"tags":[11417,439,41314,865,1679,3480,8,12455,1146,4433,107,793,1435,10799],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/813835"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=813835"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/813835\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":813837,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/813835\/revisions\/813837"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/813836"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=813835"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=813835"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=813835"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}