{"id":819477,"date":"2023-09-23T09:55:17","date_gmt":"2023-09-23T09:55:17","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/serie-golpee-el-tronco-con-el-cuchillo-no-quedo-ni-rastro-de-muesca-asi-ocurre-con-las-malas-hierbas-ucranianas\/"},"modified":"2023-09-23T09:55:21","modified_gmt":"2023-09-23T09:55:21","slug":"serie-golpee-el-tronco-con-el-cuchillo-no-quedo-ni-rastro-de-muesca-asi-ocurre-con-las-malas-hierbas-ucranianas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/serie-golpee-el-tronco-con-el-cuchillo-no-quedo-ni-rastro-de-muesca-asi-ocurre-con-las-malas-hierbas-ucranianas\/","title":{"rendered":"SERIE – Golpe\u00e9 el tronco con el cuchillo, no qued\u00f3 ni rastro de muesca – as\u00ed ocurre con las malas hierbas ucranianas"},"content":{"rendered":"


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Sergei Gerasimov todav\u00eda est\u00e1 en Kharkiv y contin\u00faa con su diario de guerra. Incluso si los ataques con cohetes han disminuido, el horror de la guerra con sus profundidades psicol\u00f3gicas y situaciones absurdas sigue estando presente con urgencia.<\/p>\n

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Campo de baloncesto cubierto de maleza en Kostyantinivka, octubre de 2022.<\/h2>\n

Carl Court\/Getty<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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21 de julio<\/p>\n

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En el f\u00e9rtil suelo negro de Ucrania, las malas hierbas son una fuerza terrible. Hubo un tiempo, durante la era de la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica, en que a los estudiantes nos enviaban a recoger pepinos. En aquel entonces exist\u00eda una extra\u00f1a tradici\u00f3n: en lugar de estudiar, los estudiantes a veces recog\u00edan pepinos, zanahorias o cualquier otra cosa. Nos llevaron a un campo cubierto de algas gigantes. En aquel entonces no sab\u00eda que se llamaba hierba de pantano gigante: lo \u00fanico que ve\u00eda frente a m\u00ed eran plantas absolutamente terribles e inolvidables de tres metros de altura.<\/p>\n

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\u201c\u00bfD\u00f3nde est\u00e1n los pepinos?\u201d, preguntamos con ansiedad.<\/p>\n

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\u201cAqu\u00ed est\u00e1n\u201d, nos respondieron. \u00abJusto debajo de tus narices\u00bb.<\/p>\n

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Las malas hierbas crec\u00edan como \u00e1rboles en el bosque y apenas se pod\u00eda meter entre sus troncos. La luz del sol flu\u00eda a trav\u00e9s del exuberante dosel e iluminaba los peque\u00f1os y temblorosos arbustos de pepinos que en realidad crec\u00edan en el suelo de este bosque.<\/p>\n

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Ten\u00edamos cuchillos grandes a mano y decid\u00ed cortar las malas hierbas m\u00e1s cercanas. Golpe\u00e9 el ba\u00fal con el cuchillo y escuch\u00e9 un sonido casi met\u00e1lico. No qued\u00f3 ni rastro de una muesca. Lo mismo ocurre con la hierba ucraniana.<\/p>\n

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Hoy vi a una anciana cavando un prado en la calle frente al edificio alto donde aparentemente vive para plantar algo all\u00ed, aunque all\u00ed no deber\u00eda crecer nada m\u00e1s que hierba limpiamente cortada. Las ancianas expulsadas de sus aldeas destruidas a J\u00e1rkov no pueden vivir sin sus huertos. Sin proximidad a la solla, se sienten como peces varados.<\/p>\n

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Las personas que se instalaron en el orfanato frente a mis ventanas en la primavera primero cavaron diligentemente el c\u00e9sped donde antes solo crec\u00edan hierba y dientes de le\u00f3n. Plantaron patatas, tomates, calabazas y hermosas flores. Se tomaron el tiempo y el esfuerzo de regar sus huertos improvisados \u200b\u200by desyerbarlos durante meses.<\/p>\n

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No creo que realmente necesitaran esos tomates o patatas. Ellos mismos simplemente se marchitaron sin tierra. Sin embargo, hace mucho tiempo que no veo a nadie regar estas peque\u00f1as parcelas de tierra. Quiz\u00e1s los aldeanos hayan regresado a sus hogares, donde pueden trabajar en sus jardines a gusto y vivir en armon\u00eda consigo mismos, aunque los bombardeos rusos no han cesado en absoluto.<\/p>\n

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\u201cTal vez yo tambi\u00e9n vuelva\u201d, dice una anciana que ya tiene m\u00e1s de ochenta a\u00f1os. \u00abEn casa, mi jard\u00edn est\u00e1 cubierto de malas hierbas\u00bb.<\/p>\n

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Proviene de un pueblo cercano a Kupyansk, donde los rusos acaban de lanzar una nueva ofensiva, reuniendo a 100.000 de sus mejores soldados (el mayor grupo de tropas sovi\u00e9ticas en Afganist\u00e1n hasta la fecha era de 120.000) y casi 1.000 tanques. Ya han logrado recuperar varias aldeas y avanzar ocho kil\u00f3metros. Es posible que la l\u00ednea del frente atraviese pronto su pueblo, pero la anciana todav\u00eda sue\u00f1a con regresar a casa porque su jard\u00edn necesita desyerbar.<\/p>\n

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Un soldado camina por la calle de un pueblo cerca de Kupyansk donde ya no queda gente. Los tejados de las casas est\u00e1n plagados de conchas. Las ventanas est\u00e1n cubiertas con l\u00e1minas de pl\u00e1stico, tapiadas o simplemente derribadas. Ya no hay puertas en las casas. El camino se ha convertido en un estrecho camino de tierra. Todo lo dem\u00e1s est\u00e1 cubierto de malas hierbas en flor de aproximadamente un metro de altura. Crece directamente desde los cimientos de las casas y llega hasta las ventanas.<\/p>\n

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El soldado entra a un patio. Est\u00e1 densamente cubierto de maleza gigante, la maleza ucraniana m\u00e1s grande y fuerte. Esta vez la marisma gigante crece dos metros de altura o un poco menos, como deber\u00eda ser seg\u00fan Wikipedia, pero s\u00e9 que puede llegar a ser mucho m\u00e1s alta.<\/p>\n

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\u201cLo m\u00e1s importante es que derrotemos al enemigo\u201d, dice el hombre, \u201cy luego podremos acabar de alguna manera con la maleza\u201d.<\/p>\n

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El soldado entra al jard\u00edn, y all\u00ed la gigantesca hierba pantanosa ya no se alza como un muro verde, sino que crece en arboledas individuales, pero el jard\u00edn sigue siendo intransitable. El hombre dice que le gustar\u00eda mantener el orden aqu\u00ed, pero no puede permitirlo. Los drones enemigos notar\u00edan inmediatamente un cambio en la situaci\u00f3n y un proyectil caer\u00eda en el lugar donde hab\u00eda arrancado las malas hierbas, hab\u00eda abierto un camino o simplemente hab\u00eda podado un poco las uvas.<\/p>\n

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Entonces es mejor que aqu\u00ed nadie toque la maleza.<\/p>\n

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a la persona<\/h3>\n
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\"Sergei<\/div>\n

PD<\/span><\/p>\n<\/div>\n

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Sergei Gerasimov \u2013 \u00bfQu\u00e9 es la guerra?<\/h2>\n

De los diarios de guerra escritos tras el ataque ruso a Ucrania el 24 de febrero de 2022, el de Sergei Vladimirovich Gerasimov es uno de los m\u00e1s inquietantes y conmovedores. Combina capacidad de observaci\u00f3n y conocimiento de la naturaleza humana, empat\u00eda e imaginaci\u00f3n, sentido del absurdo e inteligencia investigadora. Gerasimov naci\u00f3 en J\u00e1rkov en 1964. Estudi\u00f3 psicolog\u00eda y posteriormente escribi\u00f3 un libro de texto de psicolog\u00eda escolar y art\u00edculos cient\u00edficos sobre actividades cognitivas. Sus ambiciones literarias hasta ahora han sido la ciencia ficci\u00f3n y la poes\u00eda. Gerasimov y su esposa viven en el centro de Kharkiv, en un apartamento en el tercer piso de un edificio alto. La primera parte del diario ya est\u00e1 disponible como libro en DTV con el t\u00edtulo \u201cFire Panorama\u201d. Por supuesto, el autor no se queda sin material. \u2013 Aqu\u00ed est\u00e1 el post 301 de la cuarta parte.<\/p>\n<\/div>\n

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Traducido del ingl\u00e9s por Andreas Breitenstein.<\/p>\n

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Serie: \u201cDiario de guerra de Kharkiv\u201d
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Tras una pausa, el escritor ucraniano Sergei Gerasimov continu\u00f3 su diario de guerra. Desde el comienzo de los combates, inform\u00f3 sobre los horrores y absurdos de la vida cotidiana en el centro de su ciudad natal, Kharkiv, que todav\u00eda est\u00e1 bajo fuego.<\/p>\n<\/div>\n

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