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S\u00ed, \u00abThe Haunting of Hill House\u00bb sigue siendo el n\u00famero uno. Es la s\u00edntesis de todo lo que Flanagan hace tan bien; una saga desgarradora, aterradora y emotiva sobre la familia, el dolor y la soledad. Es una obra singular que duele con un coraz\u00f3n crudo, honesto y palpitante, y me deja sin aliento. Claro, puedes estar en desacuerdo con el hecho de que Flanagan juega con el inmejorable tema de Shirley Jackson: saca un final sorprendentemente feliz, algo que no se encuentra en ninguna parte de la escalofriante obra maestra de Jackson. <\/p>\n
Pero si puedes pasar por alto eso, y s\u00e9 que puedo, encontrar\u00e1s la tr\u00e1gica historia de la familia Crane mientras lidia con la vida, la p\u00e9rdida y, s\u00ed, los fantasmas. Aqu\u00ed todos est\u00e1n perseguidos, ya sea por espectros literales o por las sombras de su desgarrador pasado. En el centro est\u00e1 nuevamente Victoria Pedretti, quien aqu\u00ed es una especie de revelaci\u00f3n interpretando a la tr\u00e1gica y condenada Nell, cuya muerte pone en marcha toda la historia. Lo que le sucede a Nell es casi demasiado traum\u00e1tico para comprenderlo, y la naturaleza traum\u00e1tica de su historia es el marco en el que Flanagan sustenta la narrativa. Me gustan los otros programas de Mike Flanagan (especialmente \u00abMidnight Mass\u00bb), pero ninguno de ellos ha estado cerca de romperme el coraz\u00f3n y dejarme boquiabierto como lo hizo \u00abThe Haunting of Hill House\u00bb. Flanagan no ha podido superar esto, pero eso no es ninguna sorpresa: es dif\u00edcil recrear la perfecci\u00f3n. <\/p>\n<\/p><\/div>\n