{"id":824184,"date":"2023-09-28T02:34:41","date_gmt":"2023-09-28T02:34:41","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/una-vez-cuando-estaba-en-necesidad-me-llovieron-billetes-de-un-dolar-de-la-biblia-ensayo-del-escritor-thomas-hurlimann\/"},"modified":"2023-09-28T02:34:48","modified_gmt":"2023-09-28T02:34:48","slug":"una-vez-cuando-estaba-en-necesidad-me-llovieron-billetes-de-un-dolar-de-la-biblia-ensayo-del-escritor-thomas-hurlimann","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/una-vez-cuando-estaba-en-necesidad-me-llovieron-billetes-de-un-dolar-de-la-biblia-ensayo-del-escritor-thomas-hurlimann\/","title":{"rendered":"Una vez, cuando estaba en necesidad, me llovieron billetes de un d\u00f3lar de la Biblia – ensayo del escritor Thomas H\u00fcrlimann"},"content":{"rendered":"


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M\u00e1s all\u00e1 de la raz\u00f3n, reinan el azar y lo improbable. una pieza de lectura<\/p>\n

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M\u00e1s all\u00e1 de lo visible, se abre otro mundo. Arnold B\u00f6cklin: \u201cRuinas junto al mar\u201d. 1880<\/h2>\n

Casa de Arte Aargauer<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Appenzellerland es parte del pa\u00eds de mi infancia, por el que sub\u00eda y bajaba colinas con mi t\u00edo antes de la escuela primaria. Llev\u00e1bamos la misma ropa. En la cabeza, como protecci\u00f3n solar, un pa\u00f1uelo con esquinas, pantalones cortos, zapatos con clavos, una mochila, un bast\u00f3n de senderismo. Mi t\u00edo hab\u00eda acortado mi bast\u00f3n a la mitad de su longitud; Un cigarro R\u00f6ssli humeaba en su cara y de vez en cuando la burbuja roja de un chicle bazuca estallaba en la m\u00eda.<\/p>\n

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As\u00ed que pasamos de \u00abS\u00e4ntisblick\u00bb a \u00abS\u00e4ntisblick\u00bb, mi t\u00edo se serv\u00eda cada vez un aguardiente y su pasi\u00f3n por ense\u00f1arme los secretos de las matem\u00e1ticas a menudo tomaba formas amenazadoras durante el largo d\u00eda de caminata. En aquel entonces, aprend\u00ed a leer por mi cuenta usando un libro ilustrado de Robinson y con la amable ayuda de mi abuela; Me entusiasmaban los viajes mar\u00edtimos llenos de aventuras y no ten\u00eda ning\u00fan inter\u00e9s en la \u201csanta claridad de las matem\u00e1ticas\u201d, como evocaba mi t\u00edo con ojos vidriosos.<\/p>\n

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Una tarde se trataba de c\u00e1lculo de probabilidades. Seg\u00fan sus leyes, afirm\u00f3 el t\u00edo, aqu\u00ed, en la carretera rural a Gontenbad, s\u00f3lo nos encontrar\u00edamos con un coche con matr\u00edcula de Zug en el \u201ccaso m\u00e1s improbable\u201d. Herido en mi orgullo patrio, grit\u00e9 indignado: \u201c\u00a1Eso no es cierto!\u201d.<\/p>\n

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Al principio el t\u00edo se enoj\u00f3, pero luego dijo con confianza: \u201cPuedes confiar en las matem\u00e1ticas. Si pasa un vag\u00f3n de tren, cobrar\u00e1s cinco libras\u00bb.<\/p>\n

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Despu\u00e9s de angustiosos minutos de espera, apareci\u00f3 una columna de tres elegantes descapotables, todos ellos con un equipo con trajes deportivos, neum\u00e1ticos de banda blanca y el coche delantero con una matr\u00edcula claramente visible: ZG, Zug, escudo azul y blanco. Antes de que el t\u00edo se recuperara del susto, pas\u00f3 el segundo coche: ZG, Zug, el escudo blanquiazul. Justo detr\u00e1s, el coche n\u00famero tres: ZG, Zug, el escudo azul y blanco. Y cr\u00e9anme, m\u00e1s importante que la fortuna ganada fue la experiencia del jugador que qued\u00f3 sumido en pura felicidad por su gol.<\/p>\n

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dios esta despierto<\/span><\/h2>\n

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Muchos a\u00f1os despu\u00e9s, tras suspender mis estudios, lo perd\u00ed todo jugando al p\u00f3quer en un bar oscuro de la estaci\u00f3n de tren de Stuttgart. Hambriento, sediento, desesperado, me tir\u00e9 sobre el colch\u00f3n de la destartalada casa de hu\u00e9spedes en la que hab\u00eda alquilado una habitaci\u00f3n pero a\u00fan no la hab\u00eda pagado, cog\u00ed la Biblia polvorienta de la mesilla de noche, la abr\u00ed encima de m\u00ed y cay\u00f3 flotando un libro entero. paquete de hermosos billetes de d\u00f3lar verdes. Reprim\u00ed el impulso de informar de mi descubrimiento, as\u00ed como la tentaci\u00f3n de volver al juego de p\u00f3quer.<\/p>\n

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En lugar de eso, compr\u00e9 cerveza y cigarrillos y me sumerg\u00ed en el Antiguo Testamento y los libros de los profetas. As\u00ed como el jugador apuesta a la suerte, me dije, el profeta apuesta a la desgracia. As\u00ed que ten\u00eda que haber alg\u00fan tipo de relaci\u00f3n, y dado que Isa\u00edas, Am\u00f3s y Habacuc ten\u00edan un \u00edndice de aciertos sorprendente, definitivamente hab\u00eda algo que aprender de ellos.<\/p>\n

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Ahora ya no fui tan ingenuo como para creer seriamente que estudiar la Biblia me convertir\u00eda en un s\u00faper jugador que sabe de antemano en qu\u00e9 n\u00famero caer\u00e1 la bola de la ruleta. Si esto fuera posible, los casinos probablemente estar\u00edan llenos de rabinos y pastores que constantemente arruinar\u00edan sus cuentas bancarias. No, as\u00ed no es como funciona. Pero, \u00bfqu\u00e9 le dio a un simple pastor como Jerem\u00edas una visi\u00f3n m\u00e1s all\u00e1 del presente? \u00bfCu\u00e1l fue su secreto, su truco?<\/p>\n

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Una tarde estaba pastando su reba\u00f1o bajo el sol abrasador. Mal humor en perros y ovejas. El suelo estaba lleno de sedimentos, s\u00f3lo unos cuantos arbustos espinosos en los que mordisqueaban sus hocicos ensangrentados. No hab\u00eda duda de que el Se\u00f1or estaba sobre ellos, despu\u00e9s de todo, estaban en Su creaci\u00f3n, pero \u00bfpodr\u00eda ser, se pregunt\u00f3 Jerem\u00edas, que el Se\u00f1or estuviera durmiendo? Y he aqu\u00ed que en el momento en que ten\u00eda este pensamiento, se le apareci\u00f3 una rama de enebro. As\u00ed le fue revelado a Jerem\u00edas: Dios est\u00e1 despierto.<\/p>\n

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El juego, como todo jugador sabe, no es razonable. Tan irrazonable como mi afirmaci\u00f3n de que un autom\u00f3vil de Zug aparecer\u00eda en la carretera rural a Gontenbad, tan irrazonable como el dicho del profeta de que pronto llover\u00eda azufre sobre Sodoma. \u00abLo que es es razonable\u00bb, responde Hegel,<\/a> y es probable que todos los funcionarios del mundo compartan su opini\u00f3n. El profeta irracional y el int\u00e9rprete irracional, sin embargo, se atienen al texto de la cantata de Bach: \u201c\u00a1Silencio, calla, raz\u00f3n tambaleante! No hables.\u00bb<\/p>\n

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Cae de rodillas con gratitud<\/span><\/h2>\n

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La raz\u00f3n, como Kant dice m\u00e1s claramente, s\u00f3lo cubre aquella parte de la realidad que ella misma ha creado. Esto afecta a gran parte de nuestro pensamiento, incluido el planeta, y el m\u00e9todo es apropiado en las ciencias naturales, donde se realizan c\u00e1lculos, mediciones, an\u00e1lisis y disecciones. \u00abEl verdadero ser del hombre\u00bb, dice Hegel, \u00abes su acci\u00f3n\u00bb. L\u00f3gica del perpetrador, determinada por la raz\u00f3n. Pero nunca reconocer\u00edas as\u00ed la rama de enebro. La rama se marchitar\u00eda en la mano que la agarraba; es una manifestaci\u00f3n de lo absoluto, florece en el ojo asombrado del observador silencioso y pasivo.<\/p>\n

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El jugador experimenta algo similar cuando apuesta contra todas las probabilidades matem\u00e1ticas y obtiene una carga completa de la cornucopia de Fortuna. Entonces el verdadero ser del hombre no es actividad, sino asombro. Aceptar. Asumir. Cae de rodillas con humildad y gratitud cuando la bendici\u00f3n del dinero caiga de la Biblia abierta. O cuando pasa ronroneando el tercer descapotable con matr\u00edcula ZG, Zug y escudo azul y blanco. La raz\u00f3n ya no tiene nada que decir. Luego, borracha, cae tambale\u00e1ndose a la zanja.<\/p>\n

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Poco despu\u00e9s de Stuttgart, me liber\u00e9 de mi pasi\u00f3n por la interpretaci\u00f3n traslad\u00e1ndola al escenario. Durante a\u00f1os estuve ocupado con Nestroy,<\/a> en el que el hada de la suerte representa el principio dramat\u00fargico m\u00e1s elevado, pero nunca pude trasladar sus trucos del per\u00edodo Biedermeier a nuestra \u00e9poca completamente racionalizada. Tampoco tuve \u00e9xito cuando incorpor\u00e9 momentos epif\u00e1nicos en textos en prosa. La mayor\u00eda de las veces fueron v\u00edctimas de la censura en la versi\u00f3n final, la censura de mi raz\u00f3n.<\/p>\n

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Una puerta a lo desconocido<\/span><\/h2>\n

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Por eso soy consciente de que es casi imposible utilizar la palabra para penetrar en zonas que no han sido colonizadas por la raz\u00f3n. Claro, esto sucede todas las noches en nuestros sue\u00f1os, pero se nos aparecen cosas que estallan al despertar como lo hicieron mis burbujas de chicle. Sin embargo, quisiera correr el riesgo de tocar este \u00e1mbito. Bach tambi\u00e9n hace esto en su cantata. Evoca una puerta que se canta como una \u201cpuerta de gracia siempre abierta\u201d. No s\u00e9 si fue la puerta de la gracia, pero la experiencia de la puerta me resulta familiar.<\/p>\n

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Era la noche anterior a una operaci\u00f3n que defini\u00f3 su vida.<\/a> Me recost\u00e9 sobre almohadas empapadas de sudor, conectadas a tubos, mirando fijamente a la oscuridad. All\u00ed, ma\u00f1ana me sacar\u00edan por la puerta ancha y me llevar\u00edan en el montacargas hasta el quir\u00f3fano. \u00bf\u00daltima salida? \u00bfUn viaje sin retorno? Mis dedos ara\u00f1aban las s\u00e1banas, mi coraz\u00f3n lat\u00eda con fuerza y, extra\u00f1amente, de repente me tranquilic\u00e9. No s\u00e9 c\u00f3mo pas\u00f3, s\u00f3lo puedo decir que pas\u00f3. \u00c9l.<\/em> Ocurri\u00f3. Ocurri\u00f3.<\/p>\n

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La habitaci\u00f3n del hospital se convirti\u00f3 de repente en la sala de un museo, y el \u00fanico cuadro representaba una puerta de perfecta belleza: era la puerta que acababa de mirar, pero que ya no me encerraba en los confines de mi miedo, sino que se abr\u00eda a Yo un espacio desconocido.<\/p>\n

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Me sent\u00ed invadido por la felicidad, igual que en el camino rural hacia Gontenbad. O como en la pensi\u00f3n de Stuttgart, cuando me cay\u00f3 encima la bendici\u00f3n del d\u00f3lar. Ahora era plenamente un jugador y un profeta que sab\u00eda: ganaste, de una forma u otra. O regresar\u00e1s a esta habitaci\u00f3n despu\u00e9s de la operaci\u00f3n y unos d\u00edas en la unidad de cuidados intensivos, o los intemporales te recibir\u00e1n detr\u00e1s de puertas.<\/p>\n

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Thomas H\u00fcrlimann<\/strong> Es escritor y vive en Walchwil. El presente texto es una conferencia que pronunci\u00f3 por invitaci\u00f3n de la Fundaci\u00f3n J. S. Bach sobre la cantata de Bach \u00abDonde Dios el Se\u00f1or no se detiene con nosotros\u00bb (BWV 178) el 18 de agosto de 2023 en la iglesia protestante de Speicher, en Appenzell Rodas Exteriores.<\/p>\n

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