Democracia en una \u00e9poca m\u00e1s c\u00e1lida: cambio clim\u00e1tico y transformaci\u00f3n democr\u00e1tica<\/em>, editado por David W. Orr. Publicado por MIT Press. Copyright \u00a9 2023. Todos los derechos reservados.<\/p>\n
\nColinas ardientes y cielos rojos resplandecientes, lechos de r\u00edos secos como piedras, extensiones de agua marr\u00f3n que envuelven diminutos tejados humanos. \u00c9ste es el escenario del siglo XXI. \u00bfCu\u00e1l es la trama? Para muchos de los que trabajamos en el clima y la energ\u00eda, la historia de este siglo consiste en hacer realidad la transici\u00f3n energ\u00e9tica. Entonces es cuando transformamos completamente tanto la energ\u00eda como el uso de la tierra para evitar, o no hacerlo, los impactos m\u00e1s devastadores del cambio clim\u00e1tico.<\/p>\n
Enfrentar el autoritarismo es a\u00fan m\u00e1s urgente. Alrededor de cuatro mil millones de personas, o el 54 por ciento del mundo, en noventa y cinco pa\u00edses, viven bajo tiran\u00eda en reg\u00edmenes totalmente autoritarios o autoritarios competitivos. El siglo XXI tambi\u00e9n se trata de la lucha contra nuevas y crecientes formas de autoritarismo. En esta narraci\u00f3n, el siglo XXI comenz\u00f3 con una ola de levantamientos democr\u00e1ticos aplastados y continu\u00f3 con la elecci\u00f3n de l\u00edderes autoritarios en todo el mundo que comenzaron a desmantelar las instituciones democr\u00e1ticas. Cualquier ilusi\u00f3n del \u00e9xito de la globalizaci\u00f3n, o de que el siglo XXI representar\u00eda una ruptura con el brutal siglo XX, fue despojada con la m\u00e1s reciente invasi\u00f3n rusa de Ucrania. La trama es menos clara, dado el fracaso de los esfuerzos de construcci\u00f3n de la democracia en el siglo XX. Hay una trama apenas discernible de resistencia general y reconstrucci\u00f3n de democracias imperfectas.<\/p>\n
Tambi\u00e9n hay una tercera historia sobre este siglo: la penetraci\u00f3n de Internet en todas las esferas de la vida diaria, social y pol\u00edtica. A pesar de los rumores de principios de siglo sobre la era de la informaci\u00f3n, apenas estamos comenzando a conceptualizar lo que esto significa. En este momento, la trama actual gira en torno a la centralizaci\u00f3n del discurso en unas pocas plataformas corporativas. El auge de las plataformas ofrece potencial para conectar levantamientos democr\u00e1ticos, as\u00ed como para animar a l\u00edderes autoritarios a trav\u00e9s de memes posverdad y algoritmos optimizados para repartir ira y odio. Esta es una historia m\u00e1s dif\u00edcil de narrar, porque el escenario est\u00e1 en todas partes. La historia se desarrolla en nuestros dormitorios mientras deber\u00edamos estar durmiendo o despert\u00e1ndonos, llenando los momentos m\u00e1s cotidianos de espera en la cola del supermercado o en tr\u00e1nsito. Los personajes somos nosotros, incluso m\u00e1s \u00edntimamente que con el cambio clim\u00e1tico. Hace que sea dif\u00edcil ver la forma y el significado de esta historia. Y si bien somos cada vez m\u00e1s conscientes de la influencia que tiene en nuestra democracia el traslado de nuestros medios de comunicaci\u00f3n y nuestra vida social a las grandes plataformas tecnol\u00f3gicas, se dedica menos atenci\u00f3n a la influencia que esto tiene en nuestra capacidad para responder al cambio clim\u00e1tico.<\/p>\n
Piense en el encuentro de estas tres fuerzas: el cambio clim\u00e1tico, el autoritarismo, Internet. \u00bfQu\u00e9 te viene a la mente? Si se recombinan los personajes familiares de estas historias, tal vez parezca que los activistas clim\u00e1ticos utilizan las capacidades de Internet para promover tanto la protesta en red como la democracia energ\u00e9tica. En particular, la defensa de una versi\u00f3n de \u201cdemocracia energ\u00e9tica\u201d que se parezca a la e\u00f3lica, la hidr\u00e1ulica y la solar; sistemas descentralizados; y control comunitario local de la energ\u00eda.<\/p>\n
En este ensayo, me gustar\u00eda sugerir que en realidad no es aqu\u00ed donde las tres fuerzas del autoritarismo creciente <\/em>X cambio clim\u00e1tico <\/em>X dominaci\u00f3n de las plataformas tecnol\u00f3gicas <\/em>dirige. M\u00e1s bien, la econom\u00eda pol\u00edtica de los medios en l\u00ednea nos ha encerrado en un panorama social en el que es imposible construir tanto el consenso pol\u00edtico como la infraestructura que necesitamos para la transici\u00f3n energ\u00e9tica. La configuraci\u00f3n actual de Internet es un obst\u00e1culo clave para la acci\u00f3n clim\u00e1tica.<\/p>\nLas posibilidades de acci\u00f3n clim\u00e1tica existen dentro de un ecosistema medi\u00e1tico que ha monetizado nuestra atenci\u00f3n y que se beneficia de nuestro odio y divisi\u00f3n. Los algoritmos que obtienen beneficios publicitarios maximizando el tiempo en el sitio han descubierto que lo que nos mantiene haciendo clic es la ira. Peor a\u00fan, el sistema es adictivo, con notificaciones que generan dosis de dopamina en una parte de lo que el historiador y experto en adicciones David Courtwright llama \u201ccapitalismo l\u00edmbico\u201d. La sociedad ha entrado m\u00e1s o menos son\u00e1mbula en este complejo industrial indignante sin tener un marco anal\u00edtico real para comprenderlo. Las plataformas tecnol\u00f3gicas y algunos grupos de investigaci\u00f3n o think tanks ofrecen \u201cdesinformaci\u00f3n\u201d o \u201cdesinformaci\u00f3n\u201d como marco, que presentan el problema como si el problema fuera un mal contenido que envenena el pozo, en lugar de que la estructura en s\u00ed estuviera podrida. Como brome\u00f3 Evgeny Morozov: \u201cLa posverdad es para el capitalismo digital lo que la contaminaci\u00f3n es para el capitalismo f\u00f3sil: un subproducto de las operaciones\u201d.<\/p>\n
Una serie de trabajos describen los contornos y la din\u00e1mica de la ecolog\u00eda de los medios actual y lo que hace: Siva Vaidhyanathan. Medios antisociales<\/em>Safiya U. Noble Algoritmos de opresi\u00f3n<\/em>Geert Lovink Triste por dise\u00f1o<\/em>Capitalismo de vigilancia de Shoshana Zuboff, Richard Seymour La m\u00e1quina de Twitter<\/em>Tim Hwang Crisis de atenci\u00f3n de alto riesgo<\/em>, los escritos de Tressie McMillan Cottom sobre c\u00f3mo comprender las relaciones sociales de las tecnolog\u00edas de Internet a trav\u00e9s del capitalismo racial, y muchos m\u00e1s. Al mismo tiempo, existe una contradiscusi\u00f3n razonable sobre cu\u00e1ntos de nuestros problemas realmente pueden atribuirse a las redes sociales. La investigaci\u00f3n sobre los impactos de las redes sociales en la disfunci\u00f3n pol\u00edtica, la salud mental y la sociedad en general no ofrece un retrato claro. Los acad\u00e9micos han argumentado que poner demasiado \u00e9nfasis en las plataformas puede ser demasiado simplista y apesta a determinismo tecnol\u00f3gico; Tambi\u00e9n han se\u00f1alado que culturas como la de Estados Unidos y los medios tradicionales tienen una larga historia con la posverdad. Dicho esto, ciertamente se est\u00e1n produciendo din\u00e1micas que no anticipamos, y no parecemos muy seguros de qu\u00e9 hacer con ellas, incluso con m\u00faltiples \u00e1reas acad\u00e9micas en comunicaci\u00f3n, desinformaci\u00f3n, redes sociales y democracia trabajando en estas investigaciones para a\u00f1os.<\/p>\nLo que parece claro es que Internet no es la conectividad que imaginamos. La ecolog\u00eda y la espiritualidad de la d\u00e9cada de 1960, que dieron forma y estructuraron gran parte de lo que hoy vemos como democracia energ\u00e9tica y el buen futuro, nos dijeron que todos est\u00e1bamos conectados. Globalmente conectados en red: suena familiar, como un sue\u00f1o febril de los a\u00f1os 1980 o 1990, un sue\u00f1o que a su vez tuvo sus ra\u00edces en los a\u00f1os 1960 y antes. El te\u00f3rico de los medios Geert Lovink reflexiona sobre una entrevista de 1996 con John Perry Barlow, cofundador de Electronic Frontier Foundation y letrista de Grateful Dead, en la que Barlow describ\u00eda c\u00f3mo el ciberespacio conectaba todas y cada una de las sinapsis de todos los ciudadanos del planeta. Como escribe Lovink: \u201cAparte de los llamados \u00faltimos mil millones, ya estamos ah\u00ed. Esto es en lo que todos podemos estar de acuerdo. La crisis del coronavirus es el primer acontecimiento en la historia mundial en el que Internet no desempe\u00f1a simplemente \u00abun papel\u00bb: el acontecimiento coincide con Internet. Hay una profunda iron\u00eda en esto. El virus y la red… suspiro, ese es un viejo tropo, \u00bfverdad? De hecho, al leer una historia cultural, parece obvio que llegar\u00edamos a este punto de estar conectados globalmente y que Internet no s\u00f3lo \u201cdesempe\u00f1ar\u00eda un papel\u201d en eventos globales como el COVID-19 o el cambio clim\u00e1tico, sino que los moldear\u00eda.<\/p>\n
\u00bfQu\u00e9 pasa si Internet realmente nos ha conectado m\u00e1s profundamente de lo que normalmente creemos? \u00bfQu\u00e9 pasa si la conexi\u00f3n de todos imaginada en la segunda mitad del siglo XX en realidad est\u00e1 apareciendo, pero se manifiesta tarde y en absoluto como pens\u00e1bamos? Realmente estamos conectados, pero nuestro cuerpo global no es una conciencia colectiva psicod\u00e9lica ni una infraestructura para la transmisi\u00f3n de datos que comprenda paquetes de informaci\u00f3n y c\u00f3digos. Parece que hemos creado un cerebro colectivo que no se parece en nada a una computadora. Funciona con datos, c\u00f3digos y d\u00edgitos binarios, pero act\u00faa de forma emocional, irracional, de lucha o huida y sin conciencia. Es una entidad que opera como un ni\u00f1o emocional, en lugar de con la clara capacidad de detecci\u00f3n computacional que transmiten los gr\u00e1ficos comunes de \u00abInternet\u00bb. Pensar en ello como datos o informaci\u00f3n es lo mismo que pensar que una red de c\u00e9lulas es una persona.<\/p>\n
Lo que estamos conectados y creando colectivamente parece m\u00e1s un sistema endocrino global que cualquier cosa que hayamos visualizado en los a\u00f1os en que \u00abcibern\u00e9tico\u00bb era un prefijo. Esto puede parecer una observaci\u00f3n banal, dado que Marshall McLuhan hablaba del sistema nervioso global hace m\u00e1s de cincuenta a\u00f1os. Durante d\u00e9cadas tuvimos entusiasmo por la cibern\u00e9tica y la conectividad global y, m\u00e1s recientemente, una revitalizaci\u00f3n de la teor\u00eda sobre las redes, el parentesco, los rizomas y todo lo dem\u00e1s. (La iron\u00eda es que despu\u00e9s de cincuenta a\u00f1os de conversaciones sobre \u201cpensamiento sist\u00e9mico\u201d, todav\u00eda tenemos respuestas a cosas como la COVID-19 o el clima que son casi la ant\u00edtesis de considerar sistemas interconectados, dominados por un conjunto de conocimientos especializados y sin incorporar las ciencias sociales. y humanidades). Entonces, globalmente conectados, pero divididos en silos, campamentos, c\u00e1maras de eco, etc. Las plataformas de redes sociales act\u00faan como agentes, estructurando nuestras interacciones y nuestros espacios para el di\u00e1logo y la construcci\u00f3n de soluciones. Los autoritarios lo saben, y es por eso que tienen granjas de trolls que pueden manipular la variedad de soluciones y los sentimientos sobre ellas.<\/p>\n
Internet, tal como la experimentamos, representa un obst\u00e1culo central para la acci\u00f3n clim\u00e1tica, a trav\u00e9s de varios mecanismos. La promoci\u00f3n de informaci\u00f3n falsa sobre el cambio clim\u00e1tico es s\u00f3lo una de ellas. Existe una polarizaci\u00f3n pol\u00edtica general, que inhibe las coaliciones que necesitamos construir para hacer realidad la energ\u00eda limpia, adem\u00e1s de crear luchas internas paralizantes dentro del movimiento clim\u00e1tico sobre las estrategias de las que se benefician las plataformas. Existe una oposici\u00f3n en red a la infraestructura que necesitamos para la transici\u00f3n energ\u00e9tica. Existe una distracci\u00f3n constante de la crisis clim\u00e1tica, en forma de los esc\u00e1ndalos actuales, en una econom\u00eda de la atenci\u00f3n donde todos los temas compiten por la energ\u00eda mental. Y est\u00e1 la p\u00e9rdida de tiempo y atenci\u00f3n invertida en estas plataformas en lugar de en acciones del mundo real.<\/p>\n
Vale la pena dedicar tiempo a cualquiera de estas \u00e1reas, pero este ensayo se centra en c\u00f3mo la ecolog\u00eda de los medios contempor\u00e1neos interfiere con la estrategia clim\u00e1tica y la infraestructura en particular. Para comprender la din\u00e1mica, debemos observar m\u00e1s de cerca el concepto de democracia energ\u00e9tica, tal como lo entiende generalmente el movimiento clim\u00e1tico, y sus principios: energ\u00edas renovables, sistemas de peque\u00f1a escala y control comunitario. La amarga iron\u00eda del momento actual es que no es s\u00f3lo el creciente autoritarismo lo que nos impide alcanzar buenos futuros. Tambi\u00e9n son nuestras concepciones estrechas y retorcidas de la democracia las que nos est\u00e1n atrapando.<\/p>\n<\/div>\n
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