\n<\/aside>\n<\/p>\n
Ha sido uno de los a\u00f1os m\u00e1s lluviosos en California desde que comenzaron los registros. Desde octubre de 2022 hasta marzo de 2023, el estado fue arrasado por 31 r\u00edos atmosf\u00e9ricos: colosales bandas de vapor de agua que se forman sobre el Pac\u00edfico y se convierten en mangueras contra incendios cuando llegan a la costa oeste. Lo que sorprendi\u00f3 a los cient\u00edficos del clima no fue la cantidad de tormentas, sino su fuerza y \u200b\u200bfrecuencia. Los aguaceros sacudieron un sistema de agua que acababa de experimentar los tres a\u00f1os m\u00e1s secos en la historia del estado, provocando inundaciones, evacuaciones masivas y al menos 22 muertes.<\/p>\n
Oscilar entre extremos h\u00famedos y secos es t\u00edpico de California, pero las lluvias del invierno pasado, potencialmente intensificadas por el cambio clim\u00e1tico, fueron casi inmanejables. Si a eso le sumamos la llegada de El Ni\u00f1o, es probable que se produzcan condiciones clim\u00e1ticas m\u00e1s extremas en el estado. Esto har\u00e1 la vida muy dif\u00edcil a los operadores de represas encargados de capturar y controlar gran parte del agua del estado.<\/p>\n <\/figure>\nComo la mayor\u00eda de las 58.700 grandes represas del mundo, las de California se construyeron teniendo en cuenta los patrones clim\u00e1ticos m\u00e1s estables de ayer. Pero a medida que el cambio clim\u00e1tico afecta los sistemas h\u00eddricos del mundo (afectando las precipitaciones, el deshielo y la evaporaci\u00f3n), se vuelve dif\u00edcil predecir cu\u00e1nta agua llega a una presa y cu\u00e1ndo. Las represas est\u00e1n cada vez m\u00e1s privadas de agua, incapaces de mantener el suministro de energ\u00eda y agua para sus comunidades, o est\u00e1n abrumadas y obligadas a liberar m\u00e1s agua de la deseada, con riesgo de inundaciones r\u00edo abajo.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nPero en una importante represa en el norte de California, los operadores han estado demostrando c\u00f3mo no s\u00f3lo capear estas tormentas err\u00e1ticas e intensas, sino tambi\u00e9n c\u00f3mo sacar provecho de ellas. Los equipos administrativos del New Bullards Bar, construido en 1970, ingresaron el invierno pasado armados con nuevas herramientas de pron\u00f3stico que brindaron informaci\u00f3n sin precedentes sobre el tama\u00f1o y la fuerza de las tormentas venideras, permiti\u00e9ndoles dise\u00f1ar estrategias para manejar la lluvia.<\/p>\n
Primero, dejaron que las lluvias llenaran su dep\u00f3sito, una medida t\u00edpica despu\u00e9s de una larga sequ\u00eda. Luego, a medida que se formaban m\u00e1s tormentas en el mar, tomaron la dif\u00edcil decisi\u00f3n de liberar parte de este precioso tesoro a trav\u00e9s de sus turbinas hidroel\u00e9ctricas, confiados en que vendr\u00edan m\u00e1s lluvias. \u201cAl principio me sent\u00ed un poco nervioso\u201d, dice John James, director de planificaci\u00f3n de recursos de Yuba Water Agency en el norte de California. Nuevas lluvias pronto validaron la medida. New Bullards Bar termin\u00f3 el invierno con un suministro de agua reducido, un aumento del 150 por ciento en la generaci\u00f3n de energ\u00eda y un historial de seguridad limpio. La estrategia ofrece una idea de c\u00f3mo una mejor previsi\u00f3n puede permitir que la energ\u00eda hidroel\u00e9ctrica se adapte al cambio clim\u00e1tico.<\/p>\n
Los estudios de modelizaci\u00f3n han sugerido desde hace mucho tiempo que mejores pron\u00f3sticos meteorol\u00f3gicos ser\u00edan invaluables para los administradores de represas. Ahora esto se est\u00e1 confirmando en la vida real. New Bullards Bar es uno de la media docena de sitios piloto que se asociaron con el Cuerpo de Ingenieros del Ej\u00e9rcito de EE. UU. para probar c\u00f3mo se pueden utilizar pron\u00f3sticos de vanguardia para optimizar las operaciones en el mundo real. Las primeras pruebas de estos m\u00e9todos, llamadas operaciones de embalses basadas en pron\u00f3sticos, han dado a los operadores la confianza para mantener m\u00e1rgenes de reserva de entre 5 y 20 por ciento m\u00e1s all\u00e1 de la capacidad t\u00edpica de sus embalses, dice Cary Talbot, quien dirige la iniciativa para el Cuerpo del Ej\u00e9rcito.<\/p>\n
Para Talbot, FIRO podr\u00eda significar un cambio de paradigma en la forma en que el Cuerpo y otros gestionan las represas. Hist\u00f3ricamente, los operadores de represas bajo el paraguas del Cuerpo del Ej\u00e9rcito ten\u00edan que ignorar los pron\u00f3sticos meteorol\u00f3gicos y responder s\u00f3lo a la lluvia y la nieve que ya hab\u00eda en el suelo. Esta regla se remonta al notorio capricho de los pron\u00f3sticos tradicionales: si un operador hace una mala apuesta en un evento meteorol\u00f3gico pronosticado, los resultados pueden ser peligrosos. Pero en la pr\u00e1ctica, esto obliga a los operadores a reaccionar m\u00e1s tarde de lo que les dice su instinto, dice Riley Post, investigador de la Universidad de Iowa que pas\u00f3 m\u00e1s de una d\u00e9cada como ingeniero hidr\u00e1ulico para el Cuerpo. Por ejemplo, se podr\u00eda esperar que retuvieran agua en un dep\u00f3sito casi lleno incluso cuando se aproximan fuertes lluvias.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nSin embargo, acontecimientos recientes han agudizado la confiabilidad de los pron\u00f3sticos, particularmente para los r\u00edos atmosf\u00e9ricos en la costa oeste. Los avances en la potencia inform\u00e1tica han permitido crear modelos clim\u00e1ticos y meteorol\u00f3gicos cada vez m\u00e1s potentes. Para bombear datos a estos modelos, los cient\u00edficos dirigidos por el Instituto Scripps de Oceanograf\u00eda han lanzado desde 2016 vuelos de reconocimiento sobre r\u00edos atmosf\u00e9ricos de inter\u00e9s, donde liberan docenas de gotas, paquetes de sensores con forma de latas de Pringles. El resultado es un perfil detallado de la fuerza, el tama\u00f1o y las intenciones de una tormenta, que luego puede alimentar FIRO.<\/p>\n
Estos informes no son clarividentes; Todos los pron\u00f3sticos meteorol\u00f3gicos implican una medida de incertidumbre. Pero un operador de represas con mayor confianza en cu\u00e1ndo, d\u00f3nde y cu\u00e1nta agua llegar\u00e1 a su cuenca puede adoptar un enfoque m\u00e1s \u00abquir\u00fargico\u00bb para retener o liberar agua, dice Post.<\/p>\n
Y si saben de cu\u00e1nto tiempo disponen, tambi\u00e9n podr\u00e1n aprovechar al m\u00e1ximo el agua que tienen. Tomemos como ejemplo la presa Prado, una antigua instalaci\u00f3n de 1941 que se construy\u00f3 para proteger al condado de Orange de las inundaciones, pero que tambi\u00e9n puede distribuir agua a 25 estaciones de recarga de aguas subterr\u00e1neas. El invierno pasado, los pron\u00f3sticos mostraban un desfile de tormentas bien espaciadas siguiendo su camino. Entonces, los operadores impulsaron el agua de la presa hacia el almacenamiento a una cadencia \u00f3ptima, d\u00e1ndole tiempo para impregnarse del paisaje. Adam Hutchinson, del Distrito de Agua del Condado de Orange, que administra el sistema de recarga de aguas subterr\u00e1neas, dijo p\u00fablicamente en julio que estas acciones supusieron un impulso \u00abexcepcional\u00bb al suministro de agua para \u00abesos a\u00f1os secos que sabemos que se avecinan\u00bb.<\/p>\n<\/p><\/div>\n
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