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\u00ab2001: Odisea en el espacio\u00bb, dirigida por Stanley Kubrick y estrenada en 1968, es famosa hasta el d\u00eda de hoy por sus innovadores efectos especiales. Los m\u00e1s ic\u00f3nicos incluyen la representaci\u00f3n visualmente impresionante de los viajes espaciales, desde el vals de las naves espaciales en vuelo \u00abDanubio Azul\u00bb hasta las desgarradoras caminatas espaciales y, finalmente, la secuencia del portal estelar del \u00abviaje definitivo\u00bb. Pero la \u00fanica secuencia llena de enga\u00f1os visuales es la que nadie adivinar\u00eda.<\/p>\n
\u00abEl amanecer del hombre\u00bb representa un punto de inflexi\u00f3n evolutivo de los primeros ancestros humanos. Para ello, la pel\u00edcula emple\u00f3 proyecci\u00f3n frontal a una escala nunca antes vista. Esta t\u00e9cnica implicaba proyectar fotograf\u00edas de gran formato en un espejo \u00abdivisor de haz\u00bb semiplateado colocado frente a la c\u00e1mara. Este reflejaba las im\u00e1genes en una pantalla gigante situada al final del set, detr\u00e1s de los actores. Esta pantalla estaba compuesta de material Scotchlite retrorreflectante, que hace rebotar la luz directamente en su fuente. <\/p>\n
El resultado: el set en vivo y los fondos fotogr\u00e1ficos se combinaron en el acto, pasando a trav\u00e9s del espejo bidireccional hasta la lente de la c\u00e1mara. La t\u00e9cnica queda delatada por las retinas del leopardo visto en dos planos: sus ojos, como la pantalla Scotchlite, reflejan la luz del proyector. Para cualquiera que no estuviera directamente en el camino de la luz reflejada, todo lo que ver\u00eda era una pantalla gris en blanco.<\/p>\n
Solo hay una toma de un hombre mono filmada al aire libre: el ic\u00f3nico hueso arrojado al cielo, filmado en el estacionamiento de un estudio.<\/p>\n<\/p><\/div>\n