{"id":872484,"date":"2023-11-06T09:42:27","date_gmt":"2023-11-06T09:42:27","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/comentario-invitado-despliegue-de-tanques-contra-el-sovietico-supremo-boris-yeltsin-se-convirtio-en-un-pionero-del-putinismo-con-su-bombardeo-del-parlamento-en-1993\/"},"modified":"2023-11-06T09:42:31","modified_gmt":"2023-11-06T09:42:31","slug":"comentario-invitado-despliegue-de-tanques-contra-el-sovietico-supremo-boris-yeltsin-se-convirtio-en-un-pionero-del-putinismo-con-su-bombardeo-del-parlamento-en-1993","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/comentario-invitado-despliegue-de-tanques-contra-el-sovietico-supremo-boris-yeltsin-se-convirtio-en-un-pionero-del-putinismo-con-su-bombardeo-del-parlamento-en-1993\/","title":{"rendered":"COMENTARIO INVITADO – Despliegue de tanques contra el Sovi\u00e9tico Supremo – \u00bfBoris Yeltsin se convirti\u00f3 en un pionero del putinismo con su bombardeo del Parlamento en 1993?"},"content":{"rendered":"


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Hace treinta a\u00f1os, el presidente ruso Boris Yeltsin hizo bombardear la Casa Blanca en Mosc\u00fa. La soluci\u00f3n violenta a la crisis constitucional fue un s\u00edntoma, pero de ninguna manera la causa, del fracaso de la democracia liberal en Rusia.<\/p>\n

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El 4 de octubre de 1993, el presidente ruso, Boris Yeltsin, hizo bombardear con tanques el parlamento de la Casa Blanca en Mosc\u00fa.<\/h2>\n

Sergu\u00e9i Karpukhin \/ AP<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Los tanques llevaban varios d\u00edas parados frente a la Casa Blanca, sede del S\u00f3viet Supremo a orillas del Moscova. Al amanecer del 4 de octubre de 1993, el presidente ruso, Boris Yeltsin, orden\u00f3 disparar contra los pisos superiores. Al mediod\u00eda, las fuerzas especiales irrumpieron en el edificio y lo limpiaron piso por piso. Cuando los parlamentarios insurgentes restantes y sus partidarios se rindieron, la crisis constitucional que se hab\u00eda intensificado durante las semanas anteriores termin\u00f3. Las im\u00e1genes del parlamento en llamas dieron la vuelta al mundo.<\/p>\n

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Se pueden encontrar dos lecturas comunes en la percepci\u00f3n p\u00fablica y cient\u00edfica popular: desde la d\u00e9cada de 1990, los acontecimientos han sido a menudo retratados como un conflicto entre capitalismo y democracia, como una implementaci\u00f3n violenta de reformas \u201cneoliberales\u201d contra la resistencia democr\u00e1tica. Recientemente, los observadores han visto cada vez m\u00e1s las acciones de Yeltsin como una ra\u00edz del putinismo, ya que la constituci\u00f3n presidencial que se introdujo posteriormente debilit\u00f3 significativamente al parlamento a favor del ejecutivo en el Kremlin.<\/p>\n

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Caos y cuesti\u00f3n de poder<\/span><\/h2>\n

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Ambas opiniones son s\u00f3lo parcialmente correctas. Las cuestiones de pol\u00edtica econ\u00f3mica no estaban originalmente en el centro del conflicto. Ruslan Khasbulatov, que encabez\u00f3 el levantamiento como presidente del S\u00f3viet Supremo e hizo derrocar a Yeltsin, era un economista de mercado y partidario declarado de Adam Smith. El Parlamento critic\u00f3 en repetidas ocasiones la actuaci\u00f3n de los ministros liberales de Econom\u00eda y Finanzas; Sin embargo, nunca present\u00f3 un plan de reforma alternativo para la colapsada econom\u00eda rusa.<\/p>\n

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La cuesti\u00f3n principal fue el poder en el caos pol\u00edtico y legal que sigui\u00f3 al colapso de la URSS. Khasbulatov y m\u00e1s tarde tambi\u00e9n el derrocado vicepresidente Alexander Rutskoi vieron como una afrenta personal que su antiguo compa\u00f1ero de armas Yeltsin se distanciara y en su lugar incorporara a j\u00f3venes liberales al gobierno. En esta lucha por el poder, lograron que el S\u00f3viet Supremo mantuviera un bloqueo: desde mediados de 1992 en adelante, no se apoy\u00f3 ni una sola iniciativa pol\u00edtica de Yeltsin y no se confirm\u00f3 ning\u00fan personal. Se rechazaron un total de doce proyectos de nueva constituci\u00f3n que habr\u00edan limitado el enorme poder del parlamento.<\/p>\n

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Faltaba una cultura de debate civil y voluntad de llegar a acuerdos. En el culto al hombre supuestamente fuerte no hab\u00eda necesidad de mostrar debilidad.<\/p><\/blockquote>\n

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Adem\u00e1s, el parlamento no era en modo alguno m\u00e1s democr\u00e1tico que el gobierno. Como resultado de la era de la perestroika, surgi\u00f3 por primera vez de elecciones libres. Pero los dem\u00f3cratas liberales s\u00f3lo se presentaron en las grandes ciudades. Por lo tanto, tres cuartas partes de los parlamentarios eran elites industriales y del antiguo partido sovi\u00e9tico; Con el colapso de la URSS, un gran n\u00famero de representantes democr\u00e1ticos abandonaron el parlamento y ocuparon puestos centrales en el gobierno y la administraci\u00f3n rusos.<\/p>\n

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La decisi\u00f3n de Yeltsin de convocar nuevas elecciones parlamentarias, pero no las presidenciales, fue una violaci\u00f3n de la constituci\u00f3n sovi\u00e9tica a\u00fan v\u00e1lida. Pero la violencia provino originalmente de las milicias armadas del S\u00f3viet Supremo. Asaltaron el edificio del alcalde democr\u00e1tico con la vieja bandera sovi\u00e9tica y ocuparon la agencia de noticias Itar-Tass y la torre de televisi\u00f3n en Ostankino. Una turba incitada mat\u00f3 a decenas de polic\u00edas y fuerzas de seguridad leales al presidente. Rutskoi, ex general de la fuerza a\u00e9rea, incluso orden\u00f3 el bombardeo del Kremlin.<\/p>\n

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Pero los militares permanecieron en gran medida del lado de Yeltsin. La intelectualidad democr\u00e1tica tambi\u00e9n se mantuvo unida detr\u00e1s del presidente, se reuni\u00f3 en las calles de Mosc\u00fa y exigi\u00f3 en voz alta la prohibici\u00f3n de todas las asociaciones comunistas y nacionalistas. Muchos se\u00f1alaron la experiencia hist\u00f3rica de los dem\u00f3cratas rusos pol\u00edticamente marginales: un gobierno liberal d\u00e9bil no deber\u00eda ser derrocado nuevamente por comunistas radicales, como ocurri\u00f3 en 1917.<\/p>\n

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Estado naci\u00f3n expl\u00edcitamente antiimperial<\/span><\/h2>\n

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Cualquiera que busque una de las ra\u00edces del imperialismo revanchista de Putin en la soluci\u00f3n a la crisis constitucional deber\u00eda recordar que en el momento de la transici\u00f3n fue el bando de Yeltsin el que defendi\u00f3 un Estado naci\u00f3n ruso expl\u00edcitamente antiimperial. El Parlamento, por otra parte, anul\u00f3 los tratados que disolvieron la URSS, bloque\u00f3 el regreso planeado por Yeltsin de las Islas Kuriles a Jap\u00f3n, revis\u00f3 la decisi\u00f3n de su instituci\u00f3n sovi\u00e9tica predecesora en los a\u00f1os cincuenta de colocar a Crimea bajo la administraci\u00f3n de la Rep\u00fablica Sovi\u00e9tica de Ucrania y formul\u00f3 Reclamaci\u00f3n de Rusia en varias ocasiones sobre la pen\u00ednsula.<\/p>\n

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Las continuidades del personal tambi\u00e9n son claras: la mayor\u00eda de los liberales que apoyaron a Yeltsin en octubre de 1993 le han dado la espalda al actual r\u00e9gimen autoritario. Los ex economistas del lado del Soviet Supremo son ahora los asesores econ\u00f3micos del capitalismo cliente de Putin. El presidente del Tribunal Constitucional, que cubri\u00f3 el proceso de impeachment contra Yeltsin en 1993, es ahora un abogado de la corona del Kremlin y el hombre que recientemente present\u00f3 a Putin frente a las c\u00e1maras un mapa hist\u00f3rico que supuestamente niega el derecho de Ucrania a existir.<\/p>\n

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La constituci\u00f3n presentada por Yeltsin despu\u00e9s de la crisis, aprobada en un refer\u00e9ndum nacional en diciembre, de hecho fortaleci\u00f3 enormemente el poder del presidente. Los borradores del medio disidente fueron rechazados, y los confidentes personales de Yeltsin pertenecientes a la elite legal de la extinta Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica redactaron una constituci\u00f3n presidencial basada en el modelo franc\u00e9s: el presidente elegido directamente pod\u00eda ahora nombrar y destituir a las elites ejecutiva, judicial y militar tal como lo consideraba. adaptar.<\/p>\n

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El Parlamento estaba debilitado, pero Rusia todav\u00eda ten\u00eda la constituci\u00f3n m\u00e1s liberal de su historia. Sobre el papel, el pa\u00eds se convirti\u00f3, por primera vez, en un Estado constitucional democr\u00e1tico pluralista que garantizaba la libertad de conciencia, la libertad de viajar y la libertad de prensa y estaba comprometido con los principios del derecho internacional. El presidente estuvo limitado a dos mandatos, pero los abogados liberales que participaron en la convenci\u00f3n constitucional lamentaron m\u00e1s tarde haber aceptado la adici\u00f3n \u00abconsecutiva\u00bb, que permitir\u00eda posteriormente el regreso de Putin.<\/p>\n

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Problemas heredados restantes<\/span><\/h2>\n

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Sin embargo, sin una cultura jur\u00eddica vivida, el documento tuvo poco impacto, ni como pionero del liberalismo ni como precursor de la autocracia recurrente. El fin de la democracia parlamentaria lleg\u00f3 m\u00e1s tarde y como consecuencia no del fuego de los tanques o de la redacci\u00f3n de la constituci\u00f3n, sino de una cultura pol\u00edtica que no cambi\u00f3 de la noche a la ma\u00f1ana para la mayor\u00eda de los rusos. Los nacionalistas radicales y los comunistas retr\u00f3grados ganaron alternativamente en las elecciones libres de la reci\u00e9n creada Duma en los a\u00f1os 1990; Los dem\u00f3cratas liberales perecieron silenciosamente.<\/p>\n

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Putin, que rompi\u00f3 desde el principio la constituci\u00f3n de Yeltsin con su reestructuraci\u00f3n autoritaria, cont\u00f3 con el apoyo de este parlamento (y al principio tambi\u00e9n de muchos liberales). Una comparaci\u00f3n con otras antiguas rep\u00fablicas sovi\u00e9ticas muestra tambi\u00e9n que lo decisivo no fue la debilidad de los parlamentos, sino la actitud de la mayor\u00eda de los representantes en ellos: en Bielorrusia, por ejemplo, se mantuvo el poderoso S\u00f3viet Supremo, pero la transformaci\u00f3n en un La dictadura personalizada tuvo lugar incluso antes que en Rusia. La propia enmienda constitucional de Putin en 2020 no cre\u00f3 autocracia, sino que solo codific\u00f3 lo que desde hac\u00eda mucho tiempo se hab\u00eda convertido en una pr\u00e1ctica pol\u00edtica.<\/p>\n

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La crisis constitucional de hace treinta a\u00f1os, que desemboc\u00f3 en el violento incendio del Parlamento, fue, por tanto, m\u00e1s un s\u00edntoma que la causa del fracaso de la democracia liberal en Rusia. En ausencia de procesos formalizados e instituciones estables, la pol\u00edtica fue altamente personalizada. Ambos bandos del conflicto, pero especialmente los partidarios del Soviet Supremo, estaban atrapados en las tradiciones pol\u00edticas de la autocracia: faltaba una cultura de discusi\u00f3n civil y voluntad de llegar a acuerdos; En el culto al hombre supuestamente fuerte era importante no mostrar debilidad.<\/p>\n

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En los a\u00f1os siguientes, y especialmente durante el impresionante auge econ\u00f3mico y social de los primeros a\u00f1os de Putin, habr\u00eda existido una posibilidad real de superar esta cultura pol\u00edtica obsoleta. El hecho de que esto no sucediera y que el r\u00e9gimen volviera a caer en las bolas de naftalina del imperialismo ruso, tanto en pol\u00edtica interior como exterior, se bas\u00f3 en el mismo legado, pero no fue resultado de la disoluci\u00f3n violenta del Sovi\u00e9tico Supremo en la ca\u00edda de 1993.<\/p>\n

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Tobias Rupprecht<\/strong> Es jefe del grupo de investigaci\u00f3n sobre Liberalismo Perif\u00e9rico en el Grupo de Concursos de Excelencia sobre Escritura Liberal de la Universidad Libre de Berl\u00edn.<\/p>\n

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