FELIPE DANA \/ AP<\/span> <\/figcaption><\/figure>\nEsta ma\u00f1ana de verano, cientos de palestinos se api\u00f1an bajo un toldo en el cruce fronterizo de Rafah entre la Franja de Gaza y Egipto. La luz del sol se filtra a trav\u00e9s de agujeros oxidados en la chapa. Hombres y mujeres agitan en vano abanicos. Ancianos y enfermos se estiran sobre sus pesados \u200b\u200bequipajes. Las familias han atado cintas de colores a las asas de las maletas, para reconocerlas entre la multitud. Esperan en la aduana.<\/p>\n
Delante de ellos, un camino serpentea a trav\u00e9s del desierto del Sina\u00ed en Egipto. Les esperan unas vacaciones en Sharm El-Sheikh, o un m\u00e9dico en un hospital de El Cairo, un trabajo en el extranjero o su familia emigrante. Pero para llegar a uno u otro, tienen que pasar por un peque\u00f1o infierno del que s\u00f3lo Gaza tiene el secreto.<\/p>\nLea tambi\u00e9n:<\/span> Art\u00edculo reservado para nuestros suscriptores<\/span><\/span> El Cairo, dif\u00edcil padrino del enclave palestino, a falta de otra soluci\u00f3n <\/span> <\/section>\nEl camino desde El Cairo podr\u00eda tomar seis horas. En realidad, el viaje dura como mucho un d\u00eda, a veces cinco. Depende de la buena voluntad del ej\u00e9rcito egipcio. Los habitantes de Gaza intercambian historias terribles sobre este pasaje: humillaciones, d\u00edas de espera bajo el sol, sin acceso a letrinas, extorsi\u00f3n. El viaje cuesta al menos cien euros. Algunos pagan m\u00e1s de mil euros por un \u00abservicio VIP\u00bb, prestado por una empresa vinculada a la inteligencia militar egipcia. \u201cEs el precio de un viaje digno,<\/em> dijo un notable con un suspiro, implor\u00e1ndonos que no mencion\u00e1ramos su nombre. Si llego a la lista negra del ej\u00e9rcito egipcio, estoy acabado: nadie puede sacarme. \u00bb<\/em><\/p>\nVeintiocho visas para cuatro personas<\/h2>\n
De estos abusos, Hamas, el movimiento islamista en el poder en Gaza, no dice una palabra, como tampoco los peri\u00f3dicos locales. En las redes sociales, los viajeros exasperados se permiten vagas alusiones. Rafah es un tab\u00fa. Aparte de unos pocos miles de ellos que pueden acceder a Israel, los habitantes de Gaza no tienen otra puerta abierta al mundo. Son unos 700 para recorrerlo todos los d\u00edas este verano. <\/strong>Incluso durante los recientes bombardeos israel\u00edes contra la Yihad Isl\u00e1mica, Rafah permaneci\u00f3 abierta. Estos viajeros representan solo una gota de agua, entre dos millones de personas retenidas por Israel bajo bloqueo, en buen entendimiento con Egipto, desde que Hamas tom\u00f3 el control del enclave en 2007.<\/p>\nLea tambi\u00e9n:<\/span> \u201cA diferencia de Ham\u00e1s, la Yihad Isl\u00e1mica no tiene intenci\u00f3n de ejercer el poder pol\u00edtico\u201d <\/span> <\/section>\nMohammed Arafeh se expresa sin miedo. Su hijo muri\u00f3 en Rafah el 6 de marzo. Ammar ten\u00eda 16 a\u00f1os. Sufr\u00eda de insuficiencia renal desde su nacimiento. La Autoridad Palestina hab\u00eda accedido a pagar 80.000 euros por un trasplante en El Cairo. No era suficiente, pero se las arreglar\u00edan con eso. El l\u00edder de Ham\u00e1s en Gaza, Yahya Sinouar, hab\u00eda obtenido personalmente los permisos para la familia de las autoridades egipcias. \u201cEstaba visitando a su padre, que estaba postrado en cama junto a Ammar, en el hospital Al-Shifa en Gaza\u201d.<\/em> dijo el Sr. Arafeh.<\/p>\nTe queda el 66,37% de este art\u00edculo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.<\/strong><\/p>\n<\/p><\/div>\n
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