{"id":885883,"date":"2023-11-15T14:57:50","date_gmt":"2023-11-15T14:57:50","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/revisando-el-legado-de-lena-horne\/"},"modified":"2023-11-15T14:57:55","modified_gmt":"2023-11-15T14:57:55","slug":"revisando-el-legado-de-lena-horne","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/revisando-el-legado-de-lena-horne\/","title":{"rendered":"Revisando el legado de Lena Horne"},"content":{"rendered":"


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\n Foto: Bettmann\/Bettmann Archive\/Getty Images<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

\u00bfQui\u00e9n quiere Hollywood que sean las mujeres negras? La et\u00e9rea Lena Horne fue el primer intento de la instituci\u00f3n de crear estrellas de calcular una respuesta cr\u00edtica. Seg\u00fan el nuevo libro del destacado historiador de cine negro Donald Bogle, Lena Horne: Diosa recuperada<\/em>, en el espacio limitado de las primeras posibilidades de Tinseltown Black, la transformaci\u00f3n de la estrella de alto color de corista del Cotton Club a una actriz \u00fanica en una generaci\u00f3n fue agridulce. Como la primera ingenua negra de MGM, Horne recibi\u00f3 el glamour y la prensa que la catapultaron al estrellato internacional. Aun as\u00ed, el glamour no sustituy\u00f3 la carrera que, aunque prometida, nunca lleg\u00f3 del todo.<\/p>\n

Mis primeros recuerdos de Horne son de su belleza y un aire de descontento en torno a su nombre. \u00abElla era hermosa… pero \u00bfqu\u00e9 pudo haber sido?\u00bb Fue un sentimiento compartido que reson\u00f3 en mi periferia. Aunque cumpli\u00f3 con las expectativas del p\u00fablico de cruzar l\u00edneas de color y convertirse en un cr\u00e9dito para nuestra raza, lo que ella no pude<\/em> se convirti\u00f3 en el mensaje general. Los creadores de historia, especialmente aquellos que han construido una segunda piel a lo largo de toda una vida luchando contra los estereotipos, rara vez reciben la plenitud de su humanidad.<\/p>\n

Bas\u00e1ndose en una extensa investigaci\u00f3n, Bogle narra las luchas de la estrella con el r\u00e1pido estatus de \u00edcono que la atrap\u00f3 dentro de las percepciones limitadas del ser. El funcionamiento interno del alma que la estrella no pudo mostrar, debido a la injusticia de la \u00e9poca, rara vez se imagin\u00f3 en el envoltorio p\u00fablico consumible de su vida. Desde su primer personaje en pantalla, Horne se convirti\u00f3 en un s\u00edmbolo protot\u00edpico de la sensualidad negra, una figura edificante para el p\u00fablico negro y una educadora de la dif\u00edcil situaci\u00f3n de los negros. Con gran afecto por la estrella en su tercer escrito sustancial sobre ella, Bogle nos desaf\u00eda a considerar que Horne no se define simplemente por las limitaciones de lo que no pudo lograr, y que debemos considerar su continua reinvenci\u00f3n como un signo de resiliencia. en una industria racista.<\/p>\n

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Imagen fija de Lena Horne y Eddie Anderson en Caba\u00f1a en el cielo<\/em>.
\n Foto: FPG\/Getty Images<\/span>\n <\/p>\n<\/div>\n

El primer roce de fama latente de Horne lleg\u00f3 a principios de la d\u00e9cada de 1940 en el club nocturno Caf\u00e9 Society de West Village, un abrevadero integrado para progresistas. All\u00ed fue notada por primera vez por el famoso compositor de MGM, Roger Edens, y se dirigi\u00f3 a Los \u00c1ngeles en un sue\u00f1o despu\u00e9s de una temporada en pel\u00edculas raciales, pel\u00edculas con elenco negro para audiencias negras. Edens, sorprendido nuevamente por el canto de sirena de Horne al verla actuar en un club de Los \u00c1ngeles, organiz\u00f3 una reuni\u00f3n con el ejecutivo del estudio Louis B. Mayer. Mientras continuaba la reuni\u00f3n, Horne se enter\u00f3 de que MGM hab\u00eda comprado el musical de Broadway. Caba\u00f1a en el cielo<\/em> y buscaban su estrella. Encontraron un meteorito en Horne, quien se convirti\u00f3 en el primer artista negro en firmar un contrato de siete a\u00f1os con un importante estudio de Hollywood.<\/p>\n

\u201cLa apariencia de Lena la coloc\u00f3 en el epicentro de la \u00e9lite del poder de Hollywood. Aunque ella misma todav\u00eda no era parte de esa sociedad, fue un reconocimiento de que pertenec\u00eda aqu\u00ed\u201d, escribe Bogle. Con su color caf\u00e9 con leche y sus rasgos seductores, el subtexto de su carrera r\u00e1pidamente se convirti\u00f3 en \u00bfPuede ella hacer algo?<\/em> y \u00bfDeber\u00eda ella?<\/em> MGM, que utiliz\u00f3 a Horne como estudio de caso sobre c\u00f3mo los actores negros deber\u00edan aparecer ante la c\u00e1mara a trav\u00e9s de pruebas de iluminaci\u00f3n, maquillaje y cabello extendido, no pudo encontrar un lugar s\u00f3lido para la estrella fuera de sus propias limitaciones de caracterizaci\u00f3n negra limitante. Ante la insistencia de su padre (\u201cSe\u00f1or Mayer, es un gran privilegio que le ofrece a mi hija\u2026 [but] Puedo comprarle una criada a mi propia hija\u201d, le dijo al pez gordo del estudio) y la firme inversi\u00f3n de la NAACP, Mayer prometi\u00f3 que Horne sentar\u00eda nuevos precedentes. Su belleza intocable se convirti\u00f3 en un recordatorio constante de que, aunque fue recibida en las puertas doradas de Hollywood, el racismo se convirti\u00f3 en un obst\u00e1culo para mostrar la plenitud de sus dones. Ella era, como se suele decir, una artista cuya estrella ascendi\u00f3 \u201cdemasiado pronto\u201d para que el racismo de la industria le permitiera brillar plenamente.<\/p>\n

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Retrato de estudio de 1950 de lena horne<\/em>.
\n Foto: Colecci\u00f3n Silver Screen\/Getty Images<\/span>\n <\/p>\n<\/div>\n

En 1917, Lena Mary Calhoun Horne naci\u00f3 en lo que ella describe como una de las \u201cPrimeras familias de Brooklyn\u201d: miembros del prominente clan burgu\u00e9s negro de Brooklyn que eran patrocinadores de las causas negras y anunciados como ciudadanos modelo de la raza. Residiendo en el majestuoso y cercado para\u00edso de 189 Chauncey Street durante gran parte de su infancia, el primer modelo a seguir de Horne fue la se\u00f1ora de la casa, su abuela Cora Horne. La mayor de Horne fue miembro fundador de la Asociaci\u00f3n Nacional de Mujeres de Color y se organiz\u00f3 con la Unidad de la Cruz Roja de la YWCA. Junto con su abuelo paterno, Edwin Horne, los Horne fueron los primeros miembros de la NAACP. La prominente familia rara vez hablaba de la esclavitud y el condicionamiento de los negros fuera del lujoso mundo que habitaban. La futura estrella desarroll\u00f3 m\u00e1s tarde su conciencia negra a partir de sus compa\u00f1eros profesionales como el en\u00e9rgico Paul Robeson, quien pudo asistir a la Universidad de Rutgers con una beca patrocinada por Cora Horne.<\/p>\n

Teddy Horne, el padre de Lena, se rebel\u00f3 contra la vida que le hab\u00edan preparado y se convirti\u00f3 en un jugador con sede en Pittsburgh despu\u00e9s de separarse de Edna, la madre de Lena, antes de que su hija tuviera edad escolar. Edna, que anhelaba una carrera en el mundo del espect\u00e1culo y se dio cuenta de que su ambici\u00f3n de convertirla en una industria obsesionada con la juventud se marchit\u00f3 a medida que envejec\u00eda. \u2014<\/strong> invertido <\/strong>esperanzas postergadas en su hija adolescente.<\/p>\n

Fue Edna quien convenci\u00f3 a Horne, de 16 a\u00f1os, para que se convirtiera en corista en la tierra prometida segregada del Cotton Club. La estrella, que ganaba 25 d\u00f3lares a la semana a mediados de la d\u00e9cada de 1930, describi\u00f3 la experiencia como \u201cuna forma de servidumbre por contrato\u201d y tuvo que esquivar las insinuaciones de los clientes exclusivamente blancos que buscaban establecerse con los j\u00f3venes \u201caltos, bronceados, y estupendas chicas en el coro. La madre de Horne la acompa\u00f1\u00f3, ahora el sost\u00e9n de la familia despu\u00e9s de que su madre se volvi\u00f3 a casar, a las apariciones nocturnas. Edna finalmente se dio cuenta de que Lena necesitaba liberarse de su agresivo contrato con el Cotton Club mientras los due\u00f1os de los g\u00e1nsteres intentaban explotar a\u00fan m\u00e1s su juventud y belleza para beneficio del club. Con la ayuda de los rudos y duros conocidos de su padre, Horne fue liberada. Pronto se lanz\u00f3 a los pastos m\u00e1s verdes de los clubes nocturnos negros de Nueva York y fue la vocalista principal de la orquesta de Noble Sissle antes de que finalmente la llamaran a Los \u00c1ngeles.<\/p>\n

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Bill \u201cBojangles\u201d Robinson, Lena Horne y Cab Calloway en Clima tormentoso<\/em>.
\n Foto: Archivos Underwood\/Getty Images<\/span>\n <\/p>\n<\/div>\n

En Lena Horne: Diosa recuperada<\/em>, Bogle describe la b\u00fasqueda de s\u00ed misma, la estructura y la alegr\u00eda de la bella nacida en Brooklyn como una b\u00fasqueda de toda la vida. El contrato de la estrella con MGM inclu\u00eda temas musicales especializados en pel\u00edculas con actores blancos y dos pel\u00edculas fundamentales de Hollywood para negros. Clima tormentoso <\/em>y Caba\u00f1a en el cielo <\/em>(ambos de 1943; estuvo cedida a 20th Century Fox para Clima tormentoso<\/em>). Caba\u00f1a en el cielo<\/em>El remoto mundo de contentamiento racial segregado colocaba a la cantante como la tentadora de piel clara, mientras que Clima tormentoso<\/em>La fantas\u00eda de tiempos de guerra destac\u00f3 lo mejor de sus dotes vocales y de interpretaci\u00f3n a pesar del car\u00e1cter respaldado. Ser la bella negra de Hollywood tuvo el precio imperdonable de acoso sexual, racismo y crueldad por parte de ejecutivos y pares por igual. Restringida por su negativa a ser encasillada como sirvienta y por un incipiente romance interracial con un compositor blanco de MGM, su voz sensual y su dinamismo en pantalla fueron desatendidos por un sistema que le ten\u00eda miedo.<\/p>\n

\u00abNo me convirtieron en sirvienta, pero tampoco me hicieron nada m\u00e1s\u00bb, cit\u00f3 Bogle a Horne diciendo en su obra maestra de 1973: Toms, Coons, Mulatos, Mammies y Bucks<\/em>. \u201cMe convert\u00ed en una mariposa clavada a una columna, cantando en Movieland\u201d, dijo.<\/p>\n

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Lena Horne en un concierto ben\u00e9fico de Aretha Franklin en 1993.
\n Foto: Ron Galella, Ltd.\/Colecci\u00f3n Ron Galella v\u00eda Getty Images<\/span>\n <\/p>\n<\/div>\n

Mientras las alas de la mariposa mostraban a otras estrellas y a la industria el camino hacia la metamorfosis y la imagen digna de la actuaci\u00f3n negra, la estrella finalmente vol\u00f3 actuando libremente en el circuito de clubes negros y hacia un triunfo en Broadway en su vejez con su actuaci\u00f3n \u00fanica examinando su ilustre carrera. Incluso de forma p\u00f3stuma, sigue haciendo historia. El a\u00f1o pasado, 12 a\u00f1os despu\u00e9s de su muerte, un teatro de Broadway recibi\u00f3 su nombre, lo que la convirti\u00f3 en la primera mujer negra en recibir la distinci\u00f3n.<\/p>\n

A lo largo de la historia del cine, la posibilidad cinematogr\u00e1fica de las mujeres negras ha sido distorsionada y difamada. La capacidad de Horne para salir de la nada se refleja en las estrellas negras de Hollywood de hoy: tomemos a Viola Davis, quien ha protestado contra la insistencia de la industria de que ella es la \u201cMeryl Streep negra\u201d a pesar de su innovadora carrera y su victoria en el Oscar; o Nicole Beharie, cuyo ascenso al estrellato se detuvo cuando el equipo detr\u00e1s del programa la \u201cpuso en la lista negra\u201d que deber\u00eda haberla convertido en un nombre familiar, por ejemplo, como esa pregunta de \u201c\u00bfQui\u00e9n quiere Hollywood que sean las mujeres negras?\u201d se retuerce y persiste. Pero en una nueva lectura de la vida de esta din\u00e1mica artista, comenzamos a comprender que el \u00fanico pedazo de cielo que se ofrece a las artistas negras es aquel en el que protegen, reclaman y articulan su propia historia.<\/p>\n

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\n\"'Lena <\/picture>\n<\/p><\/div>\n<\/section>\n