Pier Marco Tacca\/Getty<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n <\/p>\n
Wolfgang empuja. El anciano con traje elegante y expresi\u00f3n importante pasa junto a la cola del control de seguridad. \u00ab\u00a1Wolfgang, eso no es posible!\u00bb, grita su compa\u00f1ero.<\/p>\n
<\/p>\n
La mujer polic\u00eda se desespera. Dentro de la sala de conferencias necesita urgentemente dos asientos en la primera fila por razones de seguridad. Pero la mujer que aparece en \u00e9l, disfrazada e indignada, no se levanta. \u201c\u00a1Voy a llamar a mi marido!\u201d, anuncia.<\/p>\n
<\/p>\n
A pocos asientos de distancia se sienta un exconsejero federal barbudo (Ueli Maurer) y espera educadamente. Consejeros nacionales, diplom\u00e1ticos, un arist\u00f3crata y otro ex consejero federal (Christoph Blocher): todos ellos acudieron al Nobel Hotel Dolder de Z\u00farich para escuchar a un \u00eddolo de la derecha europea. <\/p>\n
<\/p>\n
Viktor Orban, primer ministro de Hungr\u00eda y autoproclamado fundador de una \u201cdemocracia iliberal\u201d, vino a Z\u00farich para encontrarse con amigos. <\/p>\n
<\/p>\n
En esta ocasi\u00f3n no habr\u00e1 preguntas cr\u00edticas; no se discutir\u00e1n las reformas antidemocr\u00e1ticas de Orban. El control de los medios independientes, las leyes homof\u00f3bicas, el trasfondo antisemita de sus diatribas contra el multimillonario George Soros: aqu\u00ed no se habla de eso.<\/p>\n
<\/p>\n
En cambio, el anfitri\u00f3n de Orban, el consejero nacional saliente de la UDC y editor de \u00abWeltwoche\u00bb, Roger K\u00f6ppel, elogia al primer ministro h\u00fangaro como un \u00abluchador por la libertad\u00bb, un \u00abgran europeo\u00bb, incluso \u00abuno de mis modelos a seguir\u00bb, a quien admira como un hombre y un pol\u00edtico.<\/p>\n
<\/p>\n
Las personalidades de la UDC all\u00ed reunidas (adem\u00e1s de Blocher y Maurer, tambi\u00e9n estaban los Consejeros Nacionales Magdalena Martullo-Blocher, Franz Gr\u00fcter y Andreas Glarner) aplaudieron.<\/p>\n
<\/p>\n
\n