{"id":900001,"date":"2023-11-25T10:26:36","date_gmt":"2023-11-25T10:26:36","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/metamorfosis-voladora-este-avion-propulsado-guarda-su-helice-durante-el-vuelo\/"},"modified":"2023-11-25T10:26:41","modified_gmt":"2023-11-25T10:26:41","slug":"metamorfosis-voladora-este-avion-propulsado-guarda-su-helice-durante-el-vuelo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/metamorfosis-voladora-este-avion-propulsado-guarda-su-helice-durante-el-vuelo\/","title":{"rendered":"Metamorfosis voladora: este avi\u00f3n propulsado guarda su h\u00e9lice durante el vuelo"},"content":{"rendered":"


\n<\/p>\n

<\/p>\n
\n
\n

Un avi\u00f3n de Stemme es la simbiosis de un motor y un planeador de alto rendimiento. El avi\u00f3n, que cuesta alrededor de medio mill\u00f3n de euros, no es precisamente barato, pero ofrece ventajas inmejorables.<\/p>\n

<\/div>\n<\/div>\n

<\/p>\n

\n
<\/div>
\n
\n

En vuelo motorizado puedes buscar tranquilamente las corrientes ascendentes y las olas de sotavento adecuadas para poder ascender. Entonces el Stemme podr\u00e1 navegar a suficiente altura sin motor.<\/h2>\n

PD<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

<\/p>\n

En tan solo 20 segundos, el avi\u00f3n motorizado se transforma en un planeador de alto rendimiento. Y eso en pleno vuelo. Unos sencillos pasos inician la metamorfosis: el motor Rotax de cuatro cilindros situado en la parte trasera del fuselaje se apaga. La h\u00e9lice plegable se pliega en el morro del avi\u00f3n y desaparece dentro de la carcasa. Ahora todo lo que tienes que hacer es tirar de la palanca azul y empujar el morro del avi\u00f3n suavemente hacia el fuselaje y listo.<\/p>\n

<\/p>\n

Si no lo supieras mejor, nadie sospechar\u00eda que este planeador es un avi\u00f3n propulsado. Y esa fue exactamente la idea del inventor y hom\u00f3nimo Reiner Stemme, que fund\u00f3 en 1984 la empresa Stemme GmbH & Co. KG en el distrito berlin\u00e9s de Wedding: quer\u00eda combinar las propiedades de un potente motor con una calidad de primera clase. caracter\u00edsticas de deslizamiento. Como ingeniero y apasionado piloto de planeadores, ide\u00f3 un avi\u00f3n que pod\u00eda volar independientemente de los veh\u00edculos de remolque, los cabrestantes y las tripulaciones asociadas. Tambi\u00e9n deber\u00eda permitir vuelos sin motor de larga distancia al m\u00e1s alto nivel.<\/p>\n

<\/p>\n

En septiembre tuvimos la oportunidad de tomar un vuelo en este artista t\u00e9cnico del cambio r\u00e1pido. Con el piloto de pruebas de Stemme, Martin Wurm-Reithmayer, realizamos un primer vuelo motorizado desde la sede de la empresa en Strausberg, cerca de Berl\u00edn, en direcci\u00f3n sur hasta Gr\u00fcnheide. Pero primero tuvimos que ponernos el paraca\u00eddas y subir a la cabina bastante alta.<\/p>\n

<\/p>\n

Durante el vuelo nos quedamos asombrados: debajo de nosotros estaba la gigaf\u00e1brica de Tesla: un claro llamativo en el bosque. Luego continuamos en vuelo motorizado, hacia el norte, sobre Berl\u00edn, con Alexanderplatz, la torre de televisi\u00f3n y Tempelhofer Feld debajo de nosotros.<\/p>\n

<\/p>\n

Ahora tocaba ganar altura y subir a los 3000 metros. Una vez arriba, el piloto apag\u00f3 el motor y transform\u00f3 el Stemme en un planeador. Al pulsar un bot\u00f3n se hizo el silencio, s\u00f3lo el viento silbaba ligeramente. Recorrimos otros 70 kil\u00f3metros en vuelo sin motor y despu\u00e9s de casi hora y media de vuelo y 202 kil\u00f3metros volvimos a acercarnos a Strausberg.<\/p>\n

<\/p>\n

Si se quiere navegar desde Berl\u00edn por las monta\u00f1as bajas, primero hay que recorrer una distancia. Berl\u00edn y sus alrededores son planos como un panqueque. Las monta\u00f1as m\u00e1s cercanas est\u00e1n a unos 200 kil\u00f3metros de distancia. La idea de Stemme de utilizar un motor para superar la larga aproximaci\u00f3n antes de que el planeador pueda arrancar tiene sentido desde este punto de vista.<\/p>\n

<\/p>\n

\n
\"Detr\u00e1s <\/div>
\n
\n

Detr\u00e1s del morro delantero del Stemme S12 hay una h\u00e9lice que hace que el parapente sea un poco menos dependiente de las corrientes ascendentes.<\/h2>\n

PD<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

<\/p>\n

Y ning\u00fan marinero puede hacerlo mejor que con el Stemme. El \u00faltimo modelo, el S12, tiene un peso al despegue de 900 kilogramos. La envergadura es de 25 metros. Para poder aparcar el gigante en un hangar, las alas se pueden plegar y desplegar con unos sencillos pasos. Y de una sola persona.<\/p>\n

<\/p>\n

Las alas est\u00e1n equipadas con aletas que cambian las caracter\u00edsticas de sustentaci\u00f3n a diferentes velocidades. Esto le da al avi\u00f3n una relaci\u00f3n de planeo de 1:50, excelente para un planeador a motor. El tren de aterrizaje principal puede retraerse el\u00e9ctricamente. El dep\u00f3sito, con capacidad para 120 litros de combustible de aviaci\u00f3n, permite una autonom\u00eda de 1.720 kil\u00f3metros a una velocidad de crucero de hasta 228 kil\u00f3metros por hora. Seg\u00fan el fabricante, el modelo puede ascender a un m\u00e1ximo de 4,14 metros por segundo.<\/p>\n

<\/p>\n

6000 piezas individuales ensambladas a mano<\/span><\/h2>\n

<\/p>\n

Estos son los n\u00fameros brutos. Pero la caracter\u00edstica principal es sin duda la disposici\u00f3n de los dos asientos. En un Stemme no os sent\u00e1is uno detr\u00e1s del otro, como es habitual en un planeador, sino uno al lado del otro. Para Benjamin de Broqueville, director general de Stemme, es como estar en un coche: \u201cSi el pasajero est\u00e1 sentado detr\u00e1s y no hay nadie delante, tienes la sensaci\u00f3n de que eres el conductor. Cuando te sientas al lado del conductor, sientes que est\u00e1s compartiendo la carretera\u00bb.<\/p>\n

<\/p>\n

El dise\u00f1o de Stemme de una h\u00e9lice retr\u00e1ctil, conectada mediante un eje de transmisi\u00f3n a un motor montado en el centro de gravedad del avi\u00f3n, sigue siendo \u00fanico hasta el d\u00eda de hoy. Normalmente la h\u00e9lice est\u00e1 unida directamente al motor. El prototipo realiz\u00f3 su primer vuelo en 1986 y fue presentado al p\u00fablico un a\u00f1o m\u00e1s tarde en la feria de aviaci\u00f3n Aero de Friedrichshafen.<\/p>\n

<\/p>\n

En 1990 finalmente se concedi\u00f3 la homologaci\u00f3n y se pudo entregar la primera versi\u00f3n de serie del potente planeador a motor. Hasta la fecha se han construido alrededor de 300 m\u00e1quinas. Un mapamundi en la sede de Stemme en Strausberg muestra d\u00f3nde terminaron: se pueden encontrar cabezas de alfiler de colores desde Australia hasta Arabia Saudita, pasando por Europa y Am\u00e9rica.<\/p>\n

<\/p>\n

Una visita a Pasewalk, a 150 kil\u00f3metros al norte de Strausberg, muestra c\u00f3mo se construye dicho tallo. Aqu\u00ed, en una sala discreta, se ensamblan 6.000 piezas individuales en m\u00e1quinas listas para volar, en gran parte ensambladas a mano. Los componentes hechos de fibra de vidrio y carbono se laminan y cuecen en hornos del tama\u00f1o de una sala de estar. Los fuselajes, las alas y las unidades de cola se crean paso a paso y se lijan y pulen durante cientos de horas hasta que brillan como finos pianos.<\/p>\n

<\/p>\n

\n
\"Con <\/div>
\n
\n

Con la h\u00e9lice empaquetada, el Stemme se convierte en un planeador de alto rendimiento.<\/h2>\n

PD<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

<\/p>\n

En otros lugares, los empleados ensamblan mazos de cables, instalan instrumentos en las cabinas o ajustan el tren de aterrizaje. En Stemme trabajan alrededor de 120 mujeres y hombres. Tanto trabajo manual tiene su precio: un avi\u00f3n cuesta 540.000 euros. \u00abSomos de los m\u00e1s caros del mercado. \u00abEs un producto de lujo absoluto\u00bb, afirma de Broqueville, antes de a\u00f1adir: \u00abTe est\u00e1s comprando la libertad\u00bb.<\/p>\n

<\/p>\n

Libertad. El piloto profesional de planeadores Klaus Ohlmann tambi\u00e9n lo aprecia en sus vuelos r\u00e9cord. Para este piloto nacido en Franconia que vive en el sur de Francia desde hace unos treinta a\u00f1os, el Stemme es perfecto. As\u00ed que el 17 de mayo de 2021 se sienta en la cabina del mismo. Sin embargo, a su lado no hay ning\u00fan copiloto que pueda tomar el volante en caso de emergencia, sino su equipo de salvamento mar\u00edtimo. Para llegar a C\u00f3rcega desde el aer\u00f3dromo de Serres, en Alta Provenza, a unos 80 kil\u00f3metros en l\u00ednea recta al sur de Grenoble, debe volar 180 kil\u00f3metros sobre el Mediterr\u00e1neo.<\/p>\n

<\/p>\n

Primero busca corrientes ascendentes sobre el sur de Francia y sube a 6.000 metros. Como \u00e9l mismo dice, conoce cada metro cuadrado del sur de Francia. R\u00e1pidamente encuentra su camino hacia la famosa ola de loza, una corriente de aire favorable. Y luego nos dirigimos a C\u00f3rcega.<\/p>\n

<\/p>\n

Cuando lleg\u00f3 all\u00ed, su alt\u00edmetro marcaba 2100 metros. Ahora es el momento de recargar pilas de nuevo y llegar a Italia. Al otro lado del mar otra vez. El riesgo que corre es calculable, afirma Ohlmann. Si calcula mal y se acerca peligrosamente al agua, inicia la metamorfosis y se salva con un motor. Es la marca registrada de Stemme. Y a veces el seguro de vida de Ohlmann.<\/p>\n

<\/p>\n

El Stemme hace posible un vuelo de superlativos<\/span><\/h2>\n

<\/p>\n

Pilotos como Ohlmann han demostrado lo que se puede hacer sin buscar constantemente corrientes ascendentes. \u201cA 200 kil\u00f3metros por hora se puede volar a la mejor zona de planeo en vuelo motorizado. Cuando la h\u00e9lice est\u00e1 retra\u00edda, el Stemme tiene caracter\u00edsticas de vuelo casi id\u00e9nticas a las de los planeadores modernos de alto rendimiento. Para m\u00ed, no existe ning\u00fan otro planeador a motor con una gama de usos tan extrema\u201d.<\/p>\n

<\/p>\n

Ohlmann se desliza sin preocupaciones desde C\u00f3rcega a trav\u00e9s del mar Tirreno hasta Italia. Tal como esperaba, encontr\u00f3 el siguiente sobre la baja cordillera de los Apeninos. onda de sotavento<\/a>, que lo lleva por el maletero hacia el sur. Ya ha explorado la zona varias veces en vuelos de entrenamiento. \u00c9l conoce los entresijos.<\/p>\n

<\/p>\n

\n
\"Con <\/div>
\n
\n

Con el Stemme S12 es posible realizar vuelos de larga distancia de hasta 1.500 kil\u00f3metros y m\u00e1s en vuelo combinado planeador\/motorizado.<\/h2>\n

PD<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

<\/p>\n

Pero algo no anda bien este 17 de mayo. En el extremo sur no encuentra la entrada al viento de gran altura y desciende hasta los 1.000 metros. Ahora vale la pena estar de pie. Tira de la palanca azul y enciende el motor. De hecho, quer\u00eda completar la ruta desliz\u00e1ndose. No importa. En \u00faltima instancia, quiere explorar nuevos territorios de la aviaci\u00f3n. Sin el motor, este ser\u00eda el final de su viaje, pero as\u00ed es como le va.<\/p>\n

<\/p>\n

Despu\u00e9s de unos diez minutos de conducci\u00f3n, encuentra la ola y sube a 7.500 metros. Lo suficiente como para atreverse a recorrer 300 kil\u00f3metros sobre el mar J\u00f3nico en direcci\u00f3n a Corf\u00fa. Cuando lleg\u00f3 a Grecia, la siguiente ola ya lo estaba esperando y lo llev\u00f3 hacia el interior del pa\u00eds. A las 20.48 horas aterriz\u00f3 en Sal\u00f3nica tras 1.780 kil\u00f3metros, 13 horas y 48 minutos de vuelo.<\/p>\n

<\/p>\n

<\/div>\n


\n
Source link-58 <\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Un avi\u00f3n de Stemme es la simbiosis de un motor y un planeador de alto rendimiento. El avi\u00f3n, que cuesta alrededor de medio mill\u00f3n de euros, no es precisamente barato,…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":900002,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[1],"tags":[6976,1331,87,11572,18790,42546,39913,63756,7657],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/900001"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=900001"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/900001\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":900003,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/900001\/revisions\/900003"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/900002"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=900001"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=900001"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=900001"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}