{"id":900568,"date":"2023-11-25T22:20:14","date_gmt":"2023-11-25T22:20:14","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/cachonda-y-codiciosa-de-mundo-la-literatura-necesita-grandes-sentimientos\/"},"modified":"2023-11-25T22:20:18","modified_gmt":"2023-11-25T22:20:18","slug":"cachonda-y-codiciosa-de-mundo-la-literatura-necesita-grandes-sentimientos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/cachonda-y-codiciosa-de-mundo-la-literatura-necesita-grandes-sentimientos\/","title":{"rendered":"Cachonda y codiciosa de mundo. La literatura necesita grandes sentimientos."},"content":{"rendered":"


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Hay muchas razones para convertirse en escritor. Algunos escriben por miedo, otros por ira. Casi nadie ha escrito buenos libros motivado por la alegr\u00eda o la serenidad.<\/p>\n

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\u201cLos escritores son los peores dictadores en sus obras\u201d, afirma Peter Stamm, dejando abierta la cuesti\u00f3n de si \u00e9l tambi\u00e9n se considera un dictador en su escritorio. <\/h2>\n

Rampa Annick \/ NZZ<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Cuando se le pregunt\u00f3 por qu\u00e9 escrib\u00eda, un autor estadounidense cuyo nombre he olvidado respondi\u00f3: \u00abPor lujuria, avaricia y vanidad\u00bb. Siempre he entendido esta afirmaci\u00f3n, que le\u00ed hace mucho tiempo en alguna parte, como autocr\u00edtica: el autor admite que no escribe por nobles motivos literarios, cualesquiera que sean, o porque quiera hacer del mundo un lugar mejor. con sus textos o rinde homenaje a la est\u00e9tica pura, sino porque s\u00f3lo espera satisfacer su lujuria, avaricia y vanidad a trav\u00e9s de su \u00e9xito literario.<\/p>\n

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Pero quiz\u00e1s tambi\u00e9n lo entendi\u00f3 de otra manera: la literatura no como un medio para un fin, sino como un producto de la lujuria y la codicia por el mundo, de la vanidad de pasarse la vida estudi\u00e1ndose a uno mismo y reflexionando sobre uno mismo. Porque escribir significa comer y digerir el mundo y a ti mismo, controlar y manipular el mundo y a ti mismo. En sus obras, los escritores son los peores dictadores que deciden sobre la vida y la muerte como si nada. S\u00f3lo por esta raz\u00f3n es preferible que vivan sus fantas\u00edas en el espacio protegido de la ficci\u00f3n.<\/p>\n

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Cuando era ni\u00f1o, por motivos que nada tienen que ver con el presente asunto, fui examinado durante un tiempo en el servicio de psiquiatr\u00eda infantil del hospital cantonal de St. Gallen. Cuando ten\u00eda treinta a\u00f1os, poco despu\u00e9s de abandonar mis estudios de psicolog\u00eda y empezar a trabajar en mi primera novela, Agnes, fui a St. Gallen para consultar mi expediente de entonces.<\/p>\n

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No me sorprendi\u00f3 que cuando ten\u00eda trece a\u00f1os, el psiquiatra dijera que ten\u00eda una \u00abimaginaci\u00f3n muy viva\u00bb y una \u00abrica vida interior\u00bb y que \u00abinventaba personajes\u00bb. Sin embargo, me sorprend\u00ed cuando le\u00ed que estaba \u201ccargado de agresividad\u201d, a veces de mal genio, propenso a \u201cavances emocionales\u201d y que no pod\u00eda hacer frente a mi agresividad.<\/p>\n

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Agresi\u00f3n sublimada<\/span><\/h2>\n

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Por supuesto, esto no es inusual para un ni\u00f1o que est\u00e1 pasando por la pubertad, pero antes de eso siempre estuve convencido de que hab\u00eda sido extremadamente pac\u00edfico cuando era ni\u00f1o y adolescente, y despu\u00e9s de algunas peleas en los primeros a\u00f1os de escuela, cualquier violencia era profundamente ajeno a m\u00ed, incluso repugnante. Sin embargo, cuando lo pens\u00e9 un poco m\u00e1s, se me ocurri\u00f3 que s\u00ed ten\u00eda una racha agresiva.<\/p>\n

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Con el tiempo, hab\u00eda aprendido cada vez mejor c\u00f3mo evitar rupturas emocionales, pero sab\u00eda c\u00f3mo enfurecer a mi contraparte en las discusiones manteni\u00e9ndome completamente tranquilo. Y tambi\u00e9n puedo ser bastante agresivo, despiadado y moralista en mis juicios, un rasgo del que lamentablemente no me he deshecho por completo hasta el d\u00eda de hoy.<\/p>\n

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Me tom\u00f3 un tiempo aceptar mi lado agresivo y reconciliarme con \u00e9l, pero sobre todo me ayud\u00f3 a pensar que la agresividad tambi\u00e9n puede usarse para el bien, como una energ\u00eda no dirigida que no s\u00f3lo puede destruir, sino tambi\u00e9n crear. O como viene la palabra: avanzar hacia algo, acercarse. Quiz\u00e1s mi creatividad no fuera m\u00e1s que una agresi\u00f3n sublimada.<\/p>\n

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Los grandes sentimientos son el combustible que mantiene viva la literatura. No importa qu\u00e9 tipo de sentimientos sean esos. Puedes escribir por amor o por miedo, enfado, tristeza o dolor. Dudo que se puedan escribir buenos libros por serenidad, alegr\u00eda o de acuerdo con el mundo.<\/p>\n

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Si no tengo \u00e9xito con un texto, rara vez se debe a una incapacidad para utilizar el idioma. Las dificultades del idioma se pueden superar. Mi lenguaje es siempre m\u00e1s o menos el mismo, tanto en los textos exitosos como en los no exitosos. En general, cuando se habla de escritura, se le da demasiado \u00e9nfasis al lenguaje, como si unas pocas palabras hermosas y unas cuantas construcciones ingeniosas de oraciones fueran suficientes para hacer literatura.<\/p>\n

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Encontrar \u2013 sin mirar<\/span><\/h2>\n

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Por supuesto, el dominio del idioma es un buen requisito previo para escribir, pero la calidad de un texto literario s\u00f3lo tiene una relaci\u00f3n indirecta con \u00e9l. Cuando pienso en libros que fueron importantes para m\u00ed, que me tocaron profundamente, que tal vez incluso cambiaron mi vida, libros que no he olvidado incluso despu\u00e9s de d\u00e9cadas, rara vez pienso en la belleza del idioma, sino m\u00e1s bien en la profundidad de sus pensamientos y sentimientos, de escenas tan v\u00edvidas que me pareci\u00f3 que las hab\u00eda vivido yo mismo, de sinceridad, de compasi\u00f3n, de comprensi\u00f3n, de actitud, de fortaleza.<\/p>\n

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Aprender a escribir significa aprender a dominar el idioma, pero el idioma es s\u00f3lo un medio para lograr un fin. Dominar la lengua significa ser capaz de utilizar la lengua para expresar lo que constituye la literatura, lo extraling\u00fc\u00edstico. Todo lo dem\u00e1s es caligraf\u00eda.<\/p>\n

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Me he referido a la agresi\u00f3n creativa como un impulso de escritura, pero el impulso por s\u00ed solo no es suficiente, necesita direcci\u00f3n. Y ah\u00ed es donde entra en juego el hallazgo, la parte m\u00e1s dif\u00edcil de explicar pero probablemente la m\u00e1s importante del trabajo art\u00edstico. \u00bfC\u00f3mo puedes encontrar algo si no sabes lo que est\u00e1s buscando? \u00bfQu\u00e9 pasa si no sabes lo que est\u00e1s buscando? Al no ser un objeto espec\u00edfico como un llavero o un celular, saber lo que se busca coincide con encontrarlo. En cuanto sepas lo que buscas, ya lo habr\u00e1s encontrado. O mejor dicho: Cuando lo encuentras, te das cuenta de que era lo que buscabas.<\/p>\n

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En los \u00faltimos a\u00f1os me parece que el hacer se ha vuelto m\u00e1s dominante en la literatura y que el hallazgo ha pasado a un segundo plano. Quiz\u00e1s tenga algo que ver con el hecho de que cada vez hay m\u00e1s cursos de escritura creativa y que es m\u00e1s f\u00e1cil ense\u00f1ar hacer que encontrar. Nada en contra de los 180 cr\u00e9ditos ECTS que necesitas para estudiar escritura literaria en Biel, por ejemplo, pero no te convierten en escritor.<\/p>\n

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Por supuesto, el director del instituto y los profesores tambi\u00e9n lo saben: todos son profesionales experimentados con listas de publicaciones en su mayor\u00eda largas. Tambi\u00e9n he dado clases en Biel y el instituto tiene toda mi simpat\u00eda, simplemente porque ha producido muchos escritores interesantes.<\/p>\n

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La mayor\u00eda de los graduados obtienen su diploma cuando tienen veintitantos a\u00f1os, e incluso si -como dicen los requisitos del curso- ya han \u00abescrito textos que tienen calidad art\u00edstica y potencial literario\u00bb cuando comienzan, es probable que la mayor\u00eda de ellos carezcan de la vida La experiencia es quiz\u00e1s el requisito previo m\u00e1s importante para la escritura literaria, especialmente para escribir en prosa.<\/p>\n

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Desde que decid\u00ed ser escritor a los veinte a\u00f1os hasta la publicaci\u00f3n de mi primera novela, pasaron quince a\u00f1os, tiempo que necesitaba para vivir, adquirir experiencia, aprender mucho y escribir mucho y muy a menudo. fallar.<\/p>\n

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arte del fracaso<\/span><\/h2>\n

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No s\u00f3lo puedes ganar experiencia, Si vas a la guerra como Ernest Hemingway,<\/a> c\u00f3mo Jack London busca oro en Alaska o c\u00f3mo Joseph Conrad navega por los oc\u00e9anos como marinero. Tambi\u00e9n puedes adquirir experiencia trabajando como archivero como Georges Perec, como Natalia Ginzburg como empleada editorial,<\/a> como Gerhard Meier como director t\u00e9cnico de una f\u00e1brica de l\u00e1mparas, como Marlen Haushofer como ama de casa y madre. Quien vive, quien trabaja, quien conoce gente acumula experiencias. Aunque la literatura se imprime en papel, se hace a partir de la vida.<\/p>\n

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Ciertamente siempre ha habido triunfadores que, como Georg B\u00fcchner, Thomas Mann, Wolfgang Borchert, escribieron grandes textos cuando eran j\u00f3venes, pero son raras excepciones.<\/p>\n

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Cuando ense\u00f1aba en Biel y en otros lugares, not\u00e9 repetidamente la resistencia de los estudiantes a las cr\u00edticas y sugerencias de cambios en sus textos. Intuitivamente, parecieron comprender que no bastaba con reescribir un texto gracias a algunos consejos de profesores o compa\u00f1eros, sino que ten\u00eda que seguir siendo su texto, que ten\u00edan que hablar con su voz, que no pod\u00eda cambiarse. de un d\u00eda para el otro. Pero la voz era s\u00f3lo la expresi\u00f3n de su personalidad. El trabajo literario es a menudo menos un trabajo sobre el lenguaje que un trabajo sobre uno mismo, porque s\u00f3lo aquellos que se cambian a s\u00ed mismos pueden cambiar su voz de manera sostenible.<\/p>\n

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Hasta el d\u00eda de hoy dudo en dar consejos a autores j\u00f3venes sobre c\u00f3mo pueden mejorar sus textos porque siempre me digo a m\u00ed mismo que tal vez tengan que escribir textos no tan buenos o incluso muy malos para poder mejorar en alg\u00fan momento, como escrib\u00ed yo. muchos textos malos, que fueron una parte importante de mi desarrollo.<\/p>\n

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A menudo he visto en los cursos de escritura c\u00f3mo el lenguaje y el talento de la escritura inhib\u00edan de hecho el desarrollo de los estudiantes porque los m\u00e1s talentosos nunca ten\u00edan que abandonar la zona de confort de sus propias habilidades y siempre -variando una frase de Oscar Wilde- escrib\u00edan con su talento y no con el suyo Genio. Por genio no me refiero a un talento especial, sino simplemente a esa parte de nuestro trabajo que no se puede aprender, que no se puede explicar.<\/p>\n

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El fracaso es una parte muy importante de todo desarrollo art\u00edstico; si nunca fracasas, nunca avanzas. Porque el fracaso nos obliga a cuestionar nuestros paradigmas, tirarlos por la borda y traspasar fronteras. El fracaso nos obliga a no escribir de manera diferente, sino a ser diferentes.<\/p>\n

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El escritor Peter Stamm<\/strong> organiza este a\u00f1o las Conferencias de Poes\u00eda de Z\u00farich. La tercera y \u00faltima conferencia tendr\u00e1 lugar el jueves 30 de noviembre, de la que publicamos aqu\u00ed un extracto (Literaturhaus Zurich, 20 h).<\/p>\n

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