{"id":913613,"date":"2023-12-05T04:43:01","date_gmt":"2023-12-05T04:43:01","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/un-docente-decente-el-recorrido-de-gavin-creel\/"},"modified":"2023-12-05T04:43:05","modified_gmt":"2023-12-05T04:43:05","slug":"un-docente-decente-el-recorrido-de-gavin-creel","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/un-docente-decente-el-recorrido-de-gavin-creel\/","title":{"rendered":"Un docente decente: el recorrido de Gavin Creel"},"content":{"rendered":"


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Al aprender a apreciar el arte, podr\u00e1 llegar a comprenderse mejor a s\u00ed mismo. \u00c9sa es la gentil perogrullada que sustenta Camina a trav\u00e9s de<\/em>, en el que Gavin Creel, un \u201cnovato en museos\u201d, seg\u00fan su subt\u00edtulo, descubre su amor por el Museo Metropolitano de Arte despu\u00e9s de ignorarlo durante gran parte de su edad adulta. Al principio del espect\u00e1culo, ve una pintura de una cantante, Henry Lerolle. El ensayo del \u00f3rgano<\/em>, e imagina una vida interior para ella no muy diferente a la suya como actor en una audici\u00f3n: \u201cElla est\u00e1 sola y sabe que lo \u00fanico que importa es la m\u00fasica que tiene en la mano. Ha estado en salas de ensayo durante horas con un piano, el director musical y su viejo y desagradable asistente. Este es el momento en el que antes solo hab\u00eda so\u00f1ado\u2026\u201d Creel contin\u00faa, y al verlo observar la pintura, se aprecian los detalles de la obra: su postura r\u00edgida, la anticipaci\u00f3n creada por la extensi\u00f3n del pasillo frente a ella. Pero tambi\u00e9n puedes ver el interior del propio Creel: su versi\u00f3n del cantante tiene un gran talento pero tambi\u00e9n un deseo innato de agradar y una cierta necesidad de tener un prop\u00f3sito. \u00c9l se desliza hacia su perspectiva: \u201cHe escuchado los v\u00edtores al tocar el tel\u00f3n, una vida vivida como nunca antes. \u00bfPero es por eso que canto? \u00bfPor qu\u00e9 canto?<\/p>\n

Creel act\u00faa como su gu\u00eda ligeramente autocr\u00edtico en un recorrido por sus obras de arte favoritas en el Met, que inevitablemente se convierte en una historia personal. Autocr\u00edtico en parte porque el propio Creel, ahora de 47 a\u00f1os, nunca visit\u00f3 el museo hasta hace unos a\u00f1os, bromeando diciendo que estaba fuera de su camino en el Upper East Side. Sin embargo, una raz\u00f3n m\u00e1s importante para buscar refugio en el arte parece haber sido la crisis de la mediana edad: Creel ha tenido una exitosa carrera en Broadway como tenor juvenil de referencia, desde Millie completamente moderna <\/em>en 2002 hasta ganar un Tony por \u00a1Hola mu\u00f1equita! <\/em>En 2017, pero dice que se siente insatisfecho con el trabajo. En el escenario, escuchamos mensajes de voz de un agente que lo presiona para que le devuelvan la llamada para lo que parece un papel aburrido y sobre un puesto docente en la Universidad de Michigan que no se ha materializado (en un chiste espec\u00edfico, esa llamada termina con \u00abVaya\u00bb. \u00a1Azul!\u00bb). Adem\u00e1s, hay un exnovio, interpretado por Ryan Vasquez, que permanece en los l\u00edmites de la conciencia de Creel. En definitiva, se trata del espacio existencial adecuado para una visita a un museo.<\/p>\n

Creel admite desde el principio que tiene muy poca educaci\u00f3n art\u00edstica y que est\u00e1 aqu\u00ed para conquistarte con entusiasmo, no con lecciones de historia. Mientras reconstruye su primera visita al museo, pasa entre una sucesi\u00f3n de obras de arte, arrojando sus primeras impresiones tal como aparecen enmarcadas en la pared detr\u00e1s de \u00e9l (el decorado es de I. Javier Ameijeiras, las proyecciones de David Bengali). En su mayor parte, su amateurismo es el enfoque correcto. Es m\u00e1s interesante escuchar lo que las respuestas de Creel al arte revelan sobre s\u00ed mismo que una conferencia sobre su procedencia, aunque anhelaba algunos detalles m\u00e1s fundamentales (el t\u00edtulo y, tal vez, la fecha de cada pintura proyectada en la pared) junto con el camino. Cuando Creel reduce el ritmo y pasa m\u00e1s tiempo con una pintura, como lo hace con un retrato de Vsevolod Mikhailovich Garshin de Ilia Efimovich Repin, se entrega a esa fantas\u00eda cl\u00e1sica de un recorrido por un museo de imaginar la vida interior de la figura de la pintura. Garshin, interpretado por V\u00e1squez, sale para darnos una serenata con la tormentosa angustia rusa.<\/p>\n

Creel dramatiza todos estos encuentros a trav\u00e9s de canciones que \u00e9l mismo ha escrito, en su mayor\u00eda temas adyacentes al pop que suenan un poco a Sara Bareilles y un poco a Pasek y Paul. En sus letras, no se mantiene alejado de emociones inc\u00f3modas (y a veces escabrosas y vertiginosas, como un n\u00famero ambientado en el ala griega que se centra en gran medida en las nalgas de todos esos macizos de m\u00e1rmol), aunque a veces recurre a estribillos, ofreciendo saca conclusiones claras en las que quieres que la letra permanezca m\u00e1s tiempo en la ambig\u00fcedad. Esa tensi\u00f3n tambi\u00e9n se manifiesta en la actuaci\u00f3n porque su voz es muy pr\u00edstina: navega en su l\u00edquido registro superior pero se siente menos c\u00f3modo volvi\u00e9ndose m\u00e1s crudo. Creel, o al menos la versi\u00f3n de s\u00ed mismo que interpreta, se siente cohibido por parecer un diletante y se identifica con Jackson Pollock porque siente que \u00e9l tambi\u00e9n tiene un cerebro disperso, en posesi\u00f3n de talento pero que necesita direcci\u00f3n.<\/p>\n

El recorrido de Creel por el museo (cuyo programa MetLiveArts encarg\u00f3 este musical) lo lleva a confrontar en el escenario muchas de esas ansiedades: esa dispersi\u00f3n, esa ruptura desordenada, una relaci\u00f3n complicada con su educaci\u00f3n cristiana que es dif\u00edcil de ignorar en un lugar lleno de representaciones de Jes\u00fas. pero cuando quieres que profundice en ellos, se vuelve vago. Creel revive una conversaci\u00f3n final con ese ex justo antes de sacar a relucir una pintura de Judit con la cabeza de Holofernes<\/em>. Sasha Allen sube al escenario para interpretar a Judith y realiza un solo espectacular, un momento asombroso que oscurece la din\u00e1mica emocional m\u00e1s fina en la que Creel hab\u00eda estado trabajando en la escena anterior con su ex. Por muy bueno que sea escuchar sobre \u00abla perra que salv\u00f3 el d\u00eda\u00bb, parad\u00f3jicamente, uno se encuentra queriendo saber menos sobre el arte y m\u00e1s sobre \u00e9l. Referirse Domingo en el parque con George<\/em>que, por supuesto, se verifica con el nombre: Deja que venga de ti. Entonces ser\u00e1 nuevo.<\/em><\/p>\n

Como muchas exposiciones individuales recientes (ver tambi\u00e9n Rachel Bloom), Camina a trav\u00e9s de <\/em>fracasa cuando intenta adaptarse al impacto emocional de la pandemia, cuando Creel y la directora Linda Goodrich llegan a una descripci\u00f3n demasiado dram\u00e1tica del cierre del museo por parte del Met. Pero una vez que Creel regresa al museo, se encuentra con un nuevo visitante y los dos discuten sus diferentes interpretaciones de una pintura de Edward Hopper de la vista desde el puente de Williamsburg. Uno ve a un so\u00f1ador esperanzado mirando por esa ventana, otro a alguien aplastado por la soledad de la ciudad. \u201cAmbos miramos lo mismo, pero cada uno lo ve de manera totalmente diferente\u201d, reflexiona Creel. \u00c9sta es una de esas peque\u00f1as observaciones que pueden parecer trilladas, pero que conllevan mucho. Vas a una exposici\u00f3n o a un musical para encontrarte con la visi\u00f3n del mundo de otra persona, pero t\u00fa mismo s\u00f3lo puedes verla a trav\u00e9s de tu peque\u00f1a ventana. Y su punto de vista, a su vez, puede convertirse en su propia capa de interpretaci\u00f3n, transmitida a otra persona. Esa es la base de gran parte del arte y, de hecho, de la cr\u00edtica de arte: todos nosotros intentamos hablar sobre lo que vemos, cuando tambi\u00e9n estamos revelando qui\u00e9nes somos. Si eres un principiante en museos, ciertamente no es un mal lugar para comenzar.<\/p>\n

Sigue caminando: confesiones de un novato en el museo est\u00e1 en el teatro MCC<\/em>.<\/p>\n