{"id":916956,"date":"2023-12-07T10:01:05","date_gmt":"2023-12-07T10:01:05","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/suizo-como-obispo-en-la-zona-de-la-droga-de-ecuador-estamos-llamados-a-transformar-el-infierno-de-la-tierra-en-paraiso\/"},"modified":"2023-12-07T10:01:10","modified_gmt":"2023-12-07T10:01:10","slug":"suizo-como-obispo-en-la-zona-de-la-droga-de-ecuador-estamos-llamados-a-transformar-el-infierno-de-la-tierra-en-paraiso","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/suizo-como-obispo-en-la-zona-de-la-droga-de-ecuador-estamos-llamados-a-transformar-el-infierno-de-la-tierra-en-paraiso\/","title":{"rendered":"Suizo como obispo en la zona de la droga de Ecuador: \u201cEstamos llamados a transformar el infierno de la tierra en para\u00edso\u201d"},"content":{"rendered":"


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El suizo Antonio Crameri, natural de Puschlav en Graub\u00fcnden, es obispo de Esmeraldas en Ecuador. Es una de las zonas m\u00e1s peligrosas y pobres de Am\u00e9rica Latina. <\/p>\n

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Durante la campa\u00f1a electoral, Daniel Noboa, ahora elegido presidente, s\u00f3lo se atrevi\u00f3 a acudir a Esmeraldas bajo las mayores medidas de seguridad.<\/h2>\n

Rodrigo Abd\/AP<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Cuando Antonio Crameri lleg\u00f3 a Esmeraldas como sacerdote hace 22 a\u00f1os, experiment\u00f3 un choque cultural: era insoportablemente tropical y h\u00famedo, incluso en medio de la noche. Se pudo escuchar m\u00fasica en las calles hasta tarde. Los gritos lo despertaron temprano en la ma\u00f1ana. \u201c\u00bfAlguien est\u00e1 pidiendo ayuda?\u201d, se pregunt\u00f3. Hab\u00eda vendedores ambulantes en las calles vendiendo sus tamales de ma\u00edz envueltos en hojas de pl\u00e1tano.<\/p>\n

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Incluso cuando era ni\u00f1o, su sue\u00f1o era convertirse en misionero en \u00c1frica. Dos t\u00edos eran sacerdotes en Kenia. \u201cCuando ven\u00edan de visita a casa cada tres a\u00f1os, me fascinaban sus historias\u201d. Crameri creci\u00f3 en una familia cat\u00f3lica en Puschlav, un valle del sur de Graub\u00fcnden, en la frontera con Italia. \u00abTodos los domingos \u00edbamos todos a la iglesia, no hab\u00eda excusa\u00bb. Su padre era funcionario de aduanas y guardia de fronteras. Posteriormente trabaj\u00f3 como carpintero en el hotel Kulm de St. Moritz.<\/p>\n

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A los 13 a\u00f1os ingres\u00f3 al seminario Cottolengin en Tur\u00edn.<\/span><\/h2>\n

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Cuando Crameri ten\u00eda 13 a\u00f1os, su madre conoci\u00f3 a un sacerdote de la comunidad de Cottolenginer mientras visitaba a los hermanos misioneros en \u00c1frica. Recomend\u00f3 que el hijo fuera inscrito en el seminario de Tur\u00edn. El fundador de la orden, Giuseppe Benedetto Cottolengo, fund\u00f3 all\u00ed en el siglo XIX un hospital para pobres, que la orden todav\u00eda dirige en la actualidad. Los Cottolenginers se centran en la atenci\u00f3n pastoral a los pobres de todo el mundo, tal como lo hizo la Madre Teresa de Calcuta.<\/p>\n

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Crameri es obispo de Esmeraldas desde hace dos a\u00f1os. <\/h2>\n

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Cuando le preguntaron si quer\u00eda ir a Esmeraldas en Ecuador, le advirtieron: la zona era peligrosa, muy pobre y muy remota, le dijeron. Eso suena bien, fue su respuesta.<\/p>\n

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La provincia de Esmeraldas con la capital regional del mismo nombre est\u00e1 ubicada en la costa del Pac\u00edfico en la frontera con Colombia. La regi\u00f3n sufre el crimen organizado con drogas, personas y contrabando de armas a trav\u00e9s de la frontera. La infraestructura est\u00e1 en un estado desolado, la pobreza es grande y el estado est\u00e1 muy lejos. Para Crameri, hay \u201cmucho potencial para la pastoral\u201d.<\/p>\n

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La mayor\u00eda de la gente tiene ra\u00edces africanas, una minor\u00eda entre los 17 millones de habitantes de Ecuador. M\u00e1s tarde le preguntaron en Quito, la capital, c\u00f3mo se llevaba all\u00ed con los monos. Cuando Crameri se molesta o se indigna (lo que sucede a menudo, como ocurre con esta pregunta), su espa\u00f1ol suena un poco a italiano. El alem\u00e1n suizo de Crameri est\u00e1 oxidado.<\/p>\n

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Aprendi\u00f3 espa\u00f1ol principalmente con los ni\u00f1os, \u201clos mejores maestros\u201d, como \u00e9l dice, \u201cporque no tienen miedo de mejorar constantemente ni siquiera a un sacerdote\u201d. Y ten\u00eda curiosidad. Sigui\u00f3 preguntando. Hasta que un d\u00eda, despu\u00e9s de misa en uno de estos pueblos violentos, una mujer le advirti\u00f3 en voz baja: \u201c\u00a1Monse\u00f1or, pide demasiado! \u00a1Mejor no hagas eso!<\/p>\n

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Entra en zonas especialmente peligrosas con sotana.<\/span><\/h2>\n

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\u201cLa ilegalidad es la norma aqu\u00ed\u201d, dice Crameri, un hombre alto y fuerte que siempre sale en p\u00fablico con el cuello alto y la cruz delante del pecho. Entra en zonas especialmente peligrosas vestido con una sotana blanca para poder ser reconocido desde lejos como sacerdote.<\/p>\n

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Hace dos a\u00f1os Crameri fue nombrado obispo del Vicariato Apost\u00f3lico de Esmeraldas. Es uno de los ocho obispos suizos que trabajan en el extranjero en todo el mundo. Y con diferencia el m\u00e1s joven. Crameri tiene un gran imperio. Esmeraldas es un poco m\u00e1s peque\u00f1a que Eslovenia. Su vicariato es tan grande como las di\u00f3cesis de Basilea y Lugano juntas.<\/p>\n

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\u201cEstamos llamados a transformar el infierno de la tierra en un para\u00edso\u201d es uno de los lemas del fundador de la orden. Crameri lo cita una y otra vez. Porque en sus comunidades en Ecuador se encuentra regularmente con lo que \u00e9l dice que es \u201cla dolencia m\u00e1s profunda de la humanidad, el pantano m\u00e1s profundo que puedas imaginar\u201d.<\/p>\n

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En las calles casi no pasa nada, ni siquiera durante el d\u00eda. La mayor\u00eda de los edificios est\u00e1n vac\u00edos. Se dice que fueron construidas con dinero del narco para lavarlo.<\/h2>\n

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Interviene cuando los participantes de una fiesta de cumplea\u00f1os n\u00famero 15 quieren linchar a un asesino que, gravemente herido, quiere esconderse entre los celebrantes. Se da cuenta de lo retorcido que est\u00e1 el sistema judicial y de c\u00f3mo la polic\u00eda encubre a los delincuentes. Los asesinos quieren que \u00e9l bendiga su arma. Un hombre muerto en un ata\u00fad sostiene un hacha en sus manos, \u201cpara poder seguir luchando en el m\u00e1s all\u00e1\u201d, explican los familiares. Nunca podr\u00e1 acostumbrarse a que los ni\u00f1os est\u00e9n descalzos junto a un cad\u00e1ver cubierto de sangre y lo miren con curiosidad.<\/p>\n

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\u00bfSu vida estuvo amenazada? Intenta no pensar en eso. \u00abNo se puede mostrar miedo\u00bb, dice.<\/p>\n

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En Ecuador, la Iglesia cat\u00f3lica es la instituci\u00f3n m\u00e1s respetada, a diferencia de la mayor\u00eda de los pa\u00edses latinoamericanos, donde ha perdido mucha influencia, por ejemplo en favor de los evang\u00e9licos. En Esmeraldas reemplaza al Estado ausente y corrupto. El Vicariato Apost\u00f3lico mantiene all\u00ed 36 escuelas, un hospital y una casa de retiro.<\/p>\n

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El dinero y las mujeres como tentaciones para los sacerdotes<\/span><\/h2>\n

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\u201cAqu\u00ed todav\u00eda somos respetados como sacerdotes\u201d, dice Crameri. Destaca el \u201cquieto\u201d. La autoridad de la iglesia siempre est\u00e1 amenazada. Para algunos sacerdotes, \u201cel dinero y las mujeres\u201d son tentaciones a las que no pueden resistir. Crameri pasa largas horas escribiendo en su cuaderno en su estudio y revisando facturas. Hay una foto de \u00e9l y el Papa Francisco en la pared. <\/p>\n

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La peor droga, dice, es la fuerza, y mira seriamente al grupo que se ha reunido con \u00e9l para desayunar. Todos miran sus platos mientras Crameri pela lentamente un pomelo. Hay pl\u00e1tanos, caf\u00e9 solo y pan tostado con huevos. <\/p>\n

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Hay un cura penitenciario que viene originalmente de Espa\u00f1a pero que vive en Esmeraldas desde hace muchos a\u00f1os. Parece un hippie. Ya conoc\u00eda a los abuelos de los actuales miembros del clan de la droga. Hoy cuida a sus nietos en prisi\u00f3n. Dice que los puentes que mantiene con las bandas criminales son estrechos y fr\u00e1giles. Se basan en la confianza, y \u00e9sta se agota en un instante. \u00abY entonces puede volverse peligroso\u00bb. Advierte a Crameri cuando algo se est\u00e1 gestando en las comunidades y en ocasiones media en secuestros.<\/p>\n

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En el vicariato trabajan 60 sacerdotes. Son responsables de 600.000 personas. De ellos, s\u00f3lo 250.000 viven en ciudades, el resto vive en el campo, en manglares, en los brazos de los r\u00edos y en granjas. Veinte seminaristas est\u00e1n en formaci\u00f3n. Crameri los mira de cerca. \u00abEs mejor tener un sacerdote menos que un problema m\u00e1s despu\u00e9s\u00bb.<\/p>\n

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Crameri dice que escuchar a la gente es crucial en su cuidado pastoral. \u201cCreo en la pastoral de la presencia\u201d, dice. \u201cComo sacerdote, lo principal es dedicar tiempo y atenci\u00f3n a quienes carecen de muchas cosas necesarias para una vida humana\u201d. Esa es la esencia de su trabajo. <\/p>\n

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