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Me siento bastante frustrado con las startups que hacen las cosas mucho m\u00e1s complejas de lo necesario. No creer\u00edas la frecuencia con la que veo presentaciones de empresas que tienen m\u00e1s niveles de precios y modelos de negocio que los que tendr\u00edan sus clientes. Es una idea terrible por varias razones, pero en el contexto de una presentaci\u00f3n, la complejidad prematura es una gran se\u00f1al de alerta para los inversores.<\/p>\n
Parece que el atractivo de los complejos modelos de precios y estrategias comerciales a menudo resulta demasiado tentador para resistirse. De hecho, \u00bfqui\u00e9n no se sentir\u00eda atra\u00eddo por la perspectiva de precios variables, paquetes escalonados o la atractiva e intrincada matriz de opciones que prometen maximizar los ingresos de cada segmento de clientes imaginable? Es el sue\u00f1o de un estudiante de una escuela de negocios.<\/p>\n
Pero con cada nueva idea y nivel de precios viene una complejidad exponencial. El servicio al cliente, la contabilidad, el desarrollo de productos e incluso el proceso de ventas y las p\u00e1ginas de destino se vuelven mucho m\u00e1s complicados de lo necesario.<\/p>\n
Hay un momento y un lugar para la complejidad, y para las empresas emergentes en sus primeras etapas, ese momento generalmente no es el \u201cahora\u201d. Una empresa en crecimiento que est\u00e9 introduciendo precios complejos demasiado pronto podr\u00eda verse empantanada en gastos administrativos, luchando con fricciones en las ventas y potencialmente disuadiendo a clientes potenciales con una estructura de precios complicada.<\/p>\n<\/p><\/div>\n