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Temiendo que sus padres lo maten o lo encarcelen, Peter toma su decisi\u00f3n en Halloween. Cuando la familia se sienta a comer gachas marrones, Mark y Carol las comen, pero Peter solo juega con su comida. Demasiado tarde, Mark se da cuenta de que la comida sabe mejor de lo habitual debido al sabor a\u00f1adido de canela, que tambi\u00e9n es el sabor del veneno para ratas que Mark puso antes. El veneno pronto mata a Mark, y Peter remata a Carol pate\u00e1ndola escaleras abajo y provocando que ella se apu\u00f1ale accidentalmente con su propio cuchillo. Curiosamente, sin embargo, sus \u00faltimas palabras a Peter son una advertencia: \u00abNo la dejes salir\u00bb.<\/p>\n
Peter, lamentablemente, no escucha. Aparta el pesado reloj de pie de una puerta oculta en el dormitorio de sus padres y usa las llaves de Carol para abrir la puerta. Tan pronto como su hermana (que en los cr\u00e9ditos aparece como Sarah, aunque su nombre nunca se pronuncia en voz alta en la pel\u00edcula) se da cuenta de que es libre, su voz cambia de la de una ni\u00f1a peque\u00f1a (Olivia Sussman) a algo mayor, m\u00e1s profundo, y m\u00e1s monstruoso (Debra Wilson). Ella abandona el acto de ser una v\u00edctima inocente y revela que fue ella quien mat\u00f3 al ni\u00f1o que ped\u00eda dulces; Mark y Carol s\u00f3lo enterraron el cuerpo para encubrir el crimen.<\/p>\n
Como Sarah le explica a Peter (mientras sostiene la cabeza cortada de uno de los matones que eligi\u00f3 un mal momento para tratar de vengarse de Peter destrozando su casa), ella realmente es su hermana, y realmente fue encerrada dentro de las paredes por sus padres. La pregunta de cuando<\/em> Sarah se volvi\u00f3 monstruosa, sin embargo, es un poco m\u00e1s complicado.<\/p>\n<\/p><\/div>\n