{"id":929461,"date":"2023-12-16T07:41:56","date_gmt":"2023-12-16T07:41:56","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/mi-n64-sigue-siendo-mi-regalo-de-navidad-favorito\/"},"modified":"2023-12-16T07:41:58","modified_gmt":"2023-12-16T07:41:58","slug":"mi-n64-sigue-siendo-mi-regalo-de-navidad-favorito","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/mi-n64-sigue-siendo-mi-regalo-de-navidad-favorito\/","title":{"rendered":"Mi N64 sigue siendo mi regalo de Navidad favorito"},"content":{"rendered":"
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En noviembre de 1996, mis padres nos llevaron a mi hermano y a m\u00ed a la ciudad vecina a nuestro peque\u00f1o pueblo para hacer algunas compras, una tarea que yo detestaba. <\/p>\n
Cuando era un ni\u00f1o ansioso con TDAH no diagnosticado, seguir a mis padres a diferentes tiendas era un acto de tortura que resultaba en el aburrimiento m\u00e1s intenso imaginable. Pas\u00e9 horas de mi infancia simplemente mirando las inofensivas baldosas de lin\u00f3leo moteadas o las alfombras de pelo corto con manchas vagas y amorfas, esperando que sucediera algo. <\/p>\n
Sin embargo, Blockbuster era diferente de otras tiendas.<\/p>\n
No tuvimos un Blockbuster en mi ciudad natal durante la mayor parte de mi infancia, as\u00ed que entrar y ver las filas y filas de videojuegos y pel\u00edculas siempre me emocion\u00f3. Siempre hab\u00eda algo que leer o imaginarme jugando. Y m\u00e1s que eso, estaban los stands de demostraci\u00f3n para consolas y juegos. En noviembre de 1996, el stand de la consola de demostraci\u00f3n mostraba la Nintendo 64 y su juego de lanzamiento: Mario 64<\/em>.<\/p>\n Pas\u00e9 la mayor parte de esa visita al Blockbuster, que como siempre fue agregada a nuestro viaje de compras m\u00e1s grande, jugando Mario 64<\/em>. En otra parte, mi madre y mi hermano eligieron qu\u00e9 juego iba a alquilar durante la semana, y mi padre busc\u00f3 en la cesta de ofertas y sali\u00f3 con la versi\u00f3n VHS de alguna pel\u00edcula que ahora se ha perdido por completo en la memoria cultural. <\/p>\n Estaba absolutamente cautivado por la capacidad de mover a mi plomero rojo favorito en el espacio 3D, lo que me pareci\u00f3 tan novedoso entonces como la realidad virtual me parece ahora. El doloroso aburrimiento que hab\u00eda experimentado durante todo el d\u00eda vali\u00f3 la pena, porque pude probar algo nuevo y divertido. <\/p>\n Sab\u00eda que ten\u00eda que tener un N64. <\/p>\n Cada una de mis cartas a Santa esa Navidad hablaba de lo mucho que deseaba la consola. En ese momento, ya hab\u00eda descubierto, completamente por accidente, que Santa no era real, ya que el a\u00f1o anterior hab\u00eda sorprendido a mi mam\u00e1 y a mi abuela envolviendo regalos en Nochebuena. Ellos no sab\u00edan que yo lo sab\u00eda y me preocupaba que si se enteraban dejar\u00eda de recibir regalos de Navidad, as\u00ed que segu\u00ed actuando. A\u00fan as\u00ed, cuando era ni\u00f1o, sent\u00eda que mis padres pod\u00edan conseguirme cualquier cosa. Todav\u00eda no ten\u00eda el sentido ni la experiencia para darme cuenta de lo rid\u00edculamente dif\u00edcil que pod\u00eda ser comprar cosas.<\/p>\n Relacionado: Super Mario World es mejor que Bros. 3 y estoy cansado de fingir que no lo es<\/strong><\/p>\n