BRUNO CHAROY \/ PASCO&CO<\/span> <\/figcaption><\/figure>\nMuchos artistas se rompen los dientes intentando captar la inefable levedad de la vida. Otar Iosseliani parec\u00eda tener con ella una relaci\u00f3n privilegiada, haber firmado un pacto secreto. \u00danico, inclasificable, el cineasta falleci\u00f3 el domingo 17 de diciembre en Tiflis, a la edad de 89 a\u00f1os.<\/p>\n
Naturalizado franc\u00e9s, era originario de Georgia, esta peque\u00f1a rep\u00fablica cauc\u00e1sica de 4 millones de habitantes, que permaneci\u00f3 durante mucho tiempo bajo el yugo de Mosc\u00fa, pero donde los favores del clima y del suelo han moldeado costumbres m\u00e1s sure\u00f1as que sovi\u00e9ticas, una \u00abdolce vita\u00bb taca\u00f1a y fatalista centrado en los placeres comensales. Iosseliani fue su custodio, incluso una vez exiliado en Francia para escapar de la censura, y dondequiera que aterrizara su c\u00e1mara (Par\u00eds, el campo, el Pa\u00eds Vasco en Euskadi<\/em>pero tambi\u00e9n Venecia en Lunes en la ma\u00f1ana<\/em> y hasta Senegal para Y hab\u00eda luz<\/em>), resurgi\u00f3 como un pedacito de la exc\u00e9ntrica Georgia, tierra de canciones y mesas augustas.<\/p>\nCon \u00c9rase una vez un mirlo que cantaba<\/em> (1970), Los favoritos de Luna<\/em> (1984) o La caza de mariposas<\/em> (1992), invent\u00f3 un estilo de escritura \u00fanico y discretamente sofisticado, una especie de fuga cinematogr\u00e1fica finamente articulada, que revolotea entre peque\u00f1os grupos de personajes. Un territorio de poes\u00eda que, a diferencia de un cine predominantemente hablador, hizo prevalecer el gesto sobre las palabras, en el esp\u00edritu de un cine mudo venerado (principalmente Ren\u00e9 Clair) y de sus continuadores burlescos como Jacques Tati, con quien lo comparamos mucho.<\/p>\nProhibida la emisi\u00f3n de la primera pel\u00edcula en la URSS<\/h2>\n
Nacido el 2 de febrero de 1934 en Tbilisi, entonces adscrita a la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica, Otar Iosseliani se dedic\u00f3 por primera vez a la m\u00fasica en el conservatorio, donde se licenci\u00f3 en piano, direcci\u00f3n y composici\u00f3n. incluso \u201cconcertista\u201d, despreocupaci\u00f3n de su futuro cine. En 1953 se traslad\u00f3 a Mosc\u00fa, estudi\u00f3 matem\u00e1ticas y mec\u00e1nica en la universidad y luego ingres\u00f3 en el Instituto Nacional de Cinematograf\u00eda o \u201cVGIK\u201d, una prestigiosa escuela nacida tras la Revoluci\u00f3n. All\u00ed recibi\u00f3, en particular, las ense\u00f1anzas de Alexandre Dovjenko (1894-1956), pero tambi\u00e9n de su \u201ccompatriota\u201d Mikha\u00efl Tchiaoureli (1894-1974).<\/p>\n\nLea tambi\u00e9n el informe:<\/span> Art\u00edculo reservado para nuestros suscriptores.<\/span><\/span> En Georgia, el esp\u00edritu de independencia del s\u00e9ptimo arte <\/span> <\/div>\n<\/section>\nSu pel\u00edcula de graduaci\u00f3n, Abril<\/em> (1961), un mediometraje de casi cincuenta minutos de duraci\u00f3n, ya es una maravilla. Una pareja joven se muda a un apartamento nuevo en un edificio moderno en las afueras del pueblo. Se aman en el hogar vac\u00edo, pero pronto se dejan invadir por una acumulaci\u00f3n de trastos, muebles y electrodom\u00e9sticos, que se interpone entre ellos, y poco a poco los separa. Sin palabras o casi, esta pantomima de la vida dom\u00e9stica tiene una banda sonora entera a posteriori, en una sinfon\u00eda c\u00f3mica de objetos que chirr\u00edan y crujen con toda su incongruencia. Los problemas no se hicieron esperar: la pel\u00edcula estuvo prohibida en la URSS durante casi quince a\u00f1os por \u201c formalismo excesivo<\/em> \u00ab.<\/p>\nTe queda el 65% de este art\u00edculo por leer. El resto est\u00e1 reservado para suscriptores.<\/strong><\/p>\n<\/p><\/div>\n
\n
Source link-5 <\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Otar Iosseliani, en Par\u00eds, en abril de 2011. BRUNO CHAROY \/ PASCO&CO Muchos artistas se rompen los dientes intentando captar la inefable levedad de la vida. Otar Iosseliani parec\u00eda tener…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":934313,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[1],"tags":[9303,4088,112035,8,684,112034,35048,38179],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/934312"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=934312"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/934312\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":934314,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/934312\/revisions\/934314"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/934313"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=934312"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=934312"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=934312"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}