{"id":939518,"date":"2023-12-23T21:58:11","date_gmt":"2023-12-23T21:58:11","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/de-vuelta-a-la-vida-la-primera-ascension-a-la-cumbre-tras-un-grave-accidente-de-coche\/"},"modified":"2023-12-23T21:58:14","modified_gmt":"2023-12-23T21:58:14","slug":"de-vuelta-a-la-vida-la-primera-ascension-a-la-cumbre-tras-un-grave-accidente-de-coche","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/de-vuelta-a-la-vida-la-primera-ascension-a-la-cumbre-tras-un-grave-accidente-de-coche\/","title":{"rendered":"De vuelta a la vida: la primera ascensi\u00f3n a la cumbre tras un grave accidente de coche"},"content":{"rendered":"


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Los m\u00e9dicos no estaban seguros de si su marido sobrevivir\u00eda; pasaron meses antes de que los dos recuperaran la esperanza de una vida normal. Un a\u00f1o m\u00e1s tarde estaban llorando en la cima del Elbrus. \u00c9sta no fue en absoluto su monta\u00f1a m\u00e1s dif\u00edcil, pero s\u00ed la m\u00e1s importante, escribe la autora.<\/p>\n

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A 5.642 metros la vida empez\u00f3 de nuevo: Stephanie Geiger y su marido Karl Gabl en Elbrus.<\/h2>\n

Archivo privado<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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No vale la pena arriesgar la vida por escalar ninguna monta\u00f1a. Ninguna cumbre deber\u00eda ser motivo para derramar una sola l\u00e1grima; ni por excesiva alegr\u00eda porque has llegado al punto m\u00e1s alto, ni por desilusi\u00f3n porque has tenido que abandonar prematuramente la subida.<\/p>\n

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La ambici\u00f3n nunca ha sido una buena virtud en la monta\u00f1a; demasiados entusiastas de la monta\u00f1a han sido v\u00edctimas de ella. Y sin embargo: llor\u00e9 en la cima del Elbrus a finales de julio de 2018. Con 5.642 metros, no era ni mucho menos la monta\u00f1a m\u00e1s alta que hab\u00eda escalado en mi vida hasta ese momento. Y no es el m\u00e1s dif\u00edcil en absoluto. Pero Elbrus era mi monta\u00f1a m\u00e1s importante.<\/p>\n

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Elbrus se encuentra en el sur de Rusia: es un cono volc\u00e1nico, como lo pintar\u00eda un ni\u00f1o, con dos picos seg\u00fan la perspectiva. Aunque es la monta\u00f1a m\u00e1s alta del C\u00e1ucaso, es completamente f\u00e1cil de escalar. Dependiendo de la definici\u00f3n de la frontera interior de Eurasia, se considera la monta\u00f1a m\u00e1s alta de Europa. Por eso tambi\u00e9n aparece en la lista de las Siete Cumbres, las monta\u00f1as m\u00e1s altas de los siete continentes. Por eso acuden all\u00ed monta\u00f1eros de todo el mundo.<\/p>\n

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El abuelo ya estaba arriba y Hitler estaba furioso.<\/span><\/h2>\n

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Mi inter\u00e9s por Elbrus era familiar. La leyenda que cuenta en nuestra familia es que uno de mis abuelos escal\u00f3 esta monta\u00f1a como austriaco al servicio de la Wehrmacht alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Nunca pude preguntarle si realmente estaba en la cima. Pero me gust\u00f3 la idea de que en lugar de librar una guerra sin sentido, deber\u00eda haber perseguido su pasi\u00f3n. Se dice que Adolf Hitler se enfureci\u00f3 por lo que consideraba una acci\u00f3n completamente sin sentido.<\/p>\n

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El hecho de que estableciera esta cumbre como mi objetivo en 2018 no se debi\u00f3 solo a la nostalgia familiar. Casi exactamente doce meses antes del viaje al Elbrus, mi marido Karl Gabl y yo nos dirig\u00edamos a otra monta\u00f1a al otro lado del mundo, en Am\u00e9rica del Sur. Sin embargo, ni siquiera se supon\u00eda que pudi\u00e9ramos ver esta monta\u00f1a en el Altiplano boliviano. Fuimos parte de un accidente de tr\u00e1nsito que casi acaba con nuestras vidas.<\/p>\n

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El coche en el que \u00edbamos fue embestido de frente por otro. El resultado fueron siete personas gravemente heridas y de los coches s\u00f3lo quedaron bolas de metal. El diagn\u00f3stico: politraumatismo. El pron\u00f3stico: vago. Adem\u00e1s de otras lesiones graves, el mayor problema: un pulm\u00f3n da\u00f1ado.<\/p>\n

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Los primeros d\u00edas el m\u00e9dico boliviano no quiso confirmar que mi marido sobrevivir\u00eda. Pasaron meses antes de que tuvi\u00e9ramos alguna esperanza de poder llevar una vida algo normal. Escalar monta\u00f1as estaba fuera de discusi\u00f3n. Anteriormente hab\u00edamos utilizado cada minuto libre para estar afuera.<\/p>\n

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S\u00f3lo hab\u00eda vac\u00edo en nuestras vidas. \u00bfDeber\u00eda haber sido as\u00ed? En alg\u00fan momento suger\u00ed que busc\u00e1ramos un destino y le puse el nombre de Elbrus. Mi marido estuvo de acuerdo a medias. La diferencia con antes: mientras que antes del accidente siempre hab\u00edamos pensado en no llegar a la cima, esta vez ten\u00edamos dudas de si siquiera podr\u00edamos lograrlo.<\/p>\n

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Mucha gente no entiende el sentido de escalar una monta\u00f1a y luego regresar al valle. Y, sin embargo, cada vez m\u00e1s personas lo hacen. Cuando hace buen tiempo, se forman largas colas en los puntos de acceso como el Aescher en Alpstein, el Oeschinensee en el Oberland bern\u00e9s o en el estrecho camino de Grosse Mythen. El senderismo y el monta\u00f1ismo han experimentado en los \u00faltimos a\u00f1os un aumento significativo en toda la regi\u00f3n alpina, y Corona ha aumentado a\u00fan m\u00e1s el auge.<\/p>\n

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Las monta\u00f1as pueden ser desaf\u00edos deportivos. En ellos se baten r\u00e9cords de velocidad y se emprenden rutas dif\u00edciles y sin seguridad. La ultrarunner estadounidense Hillary Gerardi s\u00f3lo necesit\u00f3 7 horas y 25 minutos para escalar el Montblanc en junio. Unos d\u00edas antes, Dani Arnold hab\u00eda escalado las tres crestas de Salbitschijen en los Alpes de Uri en 9 horas, 36 minutos y 55 segundos. Tambi\u00e9n un r\u00e9cord.<\/p>\n

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Las monta\u00f1as me dan un tiempo de descanso importante. Si estoy sentado en mi escritorio ante una tarea dif\u00edcil, estoy muy seguro de que encontrar\u00e9 la soluci\u00f3n en la monta\u00f1a. En la primera hora de subida, tus pensamientos suelen girar en torno a las molestias generales. Pero cuanto m\u00e1s subo y dejo atr\u00e1s las tierras bajas de la vida cotidiana, cuanto m\u00e1s bajo, m\u00e1s esenciales y concentrados se vuelven mis pensamientos. Al escalar rutas alpinas en paredes altas, me concentro tanto que s\u00f3lo cuentan la siguiente parada y el siguiente paso. Estas experiencias pueden durar d\u00edas, a veces incluso semanas.<\/p>\n

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Como la experiencia de caminar por el antiguo Reino de Mustang, una regi\u00f3n remota justo antes de la frontera entre Nepal y el T\u00edbet. Cuando estuvimos all\u00ed no hab\u00eda electricidad ni internet. Vivimos sin contacto con el mundo exterior durante tres semanas. No sab\u00edamos qu\u00e9 tiempo har\u00eda con d\u00edas de antelaci\u00f3n; Tuvimos que tomarlo como vino. La caminata nos llev\u00f3 por tres pasos de 5000 metros y un paso de 6000 metros de altura.<\/p>\n

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Kil\u00f3metro tras kil\u00f3metro, metro tras metro de altitud, arriba y abajo, caminamos a trav\u00e9s de una regi\u00f3n parecida a un desierto detr\u00e1s de la cresta principal del Himalaya. El tiempo es la medida del viaje hasta all\u00ed. Cinco horas hasta el siguiente pueblo. Dos d\u00edas sobre el paso alto. Los minutos que marcan nuestro d\u00eda a d\u00eda en casa no son m\u00e1s que humo y espejos.<\/p>\n

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Cuando tengo mucho fr\u00edo en invierno, a mi marido le gusta recordarme la noche m\u00e1s fr\u00eda que pasamos juntos en una tienda de campa\u00f1a. El term\u00f3metro de la tienda marcaba -27 grados. Afuera soplaba un fuerte viento. Despu\u00e9s de una noche inc\u00f3moda, subimos a la cima del Dhaulagiri VII de 7246 metros de altura.<\/p>\n

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En Namib experimentamos lo contrario. La meta era el K\u00f6nigstein de 2.573 metros de altura. Normalmente, un litro de l\u00edquido me basta para un d\u00eda de excursi\u00f3n por la monta\u00f1a. En K\u00f6nigstein beb\u00ed un litro despu\u00e9s de la primera media hora y tuve la sensaci\u00f3n de que inmediatamente querr\u00eda beber otro de tanta sed que ten\u00eda. Pero cuando m\u00e1s tarde vi estrella tras estrella caer de la V\u00eda L\u00e1ctea en el vivac, los problemas del d\u00eda quedaron olvidados.<\/p>\n

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Desafiar las adversidades de la naturaleza y aprender a afrontarlas requiere habilidades de observaci\u00f3n precisas y habilidades t\u00e1cticas. Las avalanchas son un desaf\u00edo especial en invierno y las tormentas en verano. La monta\u00f1a me ha ense\u00f1ado a vivir la vida con atenci\u00f3n.<\/p>\n

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El \u00e1nimo estaba en su punto m\u00e1s bajo.<\/span><\/h2>\n

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Llevar mi cuerpo al l\u00edmite en situaciones extremas y descubrir que soy capaz de hacer mucho m\u00e1s de lo que esperaba es una experiencia sumamente interesante que se puede vivir, especialmente a gran altura. Y all\u00ed tambi\u00e9n podr\u00e1s comprobar lo delgada que es la l\u00ednea y c\u00f3mo una experiencia saludable con el mal de altura puede convertirse en un peligro mortal.<\/p>\n

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En 2018 todo fue diferente en Elbrus. Fueron unas semanas dif\u00edciles antes de partir hacia Rusia. Mi marido me acus\u00f3 de estar agobiada por mi ambici\u00f3n. Le dije que finalmente deber\u00eda recuperar su confianza. Y las cosas empeoraron a\u00fan m\u00e1s cuando conocimos al grupo de j\u00f3venes rusos con el que se supon\u00eda que \u00edbamos a viajar a la monta\u00f1a. En las primeras caminatas en las que intentamos acostumbrarnos a la altitud, nuestros nuevos amigos marcaron un ritmo que nunca pudimos seguir. Nuestro estado de \u00e1nimo estaba en su punto m\u00e1s bajo.<\/p>\n

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\u00bfNuestra idea fue demasiado atrevida? \u201cPor favor, escribe que en ese momento todav\u00eda me sent\u00eda muy mal y que no pod\u00eda ponerme las botas de monta\u00f1a ni los crampones y que t\u00fa ten\u00edas que hacerlo por m\u00ed\u201d, dijo mi marido cuando le cont\u00e9 la idea de esto. art\u00edculo. Orden realizada por la presente.<\/p>\n

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Luego lleg\u00f3 el d\u00eda de la cumbre. Caminamos al mismo ritmo que siempre lo hab\u00edamos hecho en alta monta\u00f1a en a\u00f1os anteriores. Ya sea en el Dhaulagiri VII o en los numerosos picos de cinco y seis mil metros, esa fue nuestra receta para el \u00e9xito. La altitud es desagradable. Si sent\u00edamos que nos asfixiamos, fren\u00e1bamos. Al final fuimos los primeros en llegar a la cumbre, muy por delante de los dem\u00e1s. La mitad de nuestro grupo ni siquiera lleg\u00f3 al punto m\u00e1s alto.<\/p>\n

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All\u00ed est\u00e1bamos ahora. En la cima. Nos acostamos el uno en los brazos del otro. Las l\u00e1grimas corrieron por nuestras mejillas. Sollozamos y jadeamos ante el aire enrarecido como beb\u00e9s reci\u00e9n nacidos. Elbrus nos hab\u00eda devuelto la vida.<\/p>\n

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Un art\u00edculo del \u00abNZZ el domingo<\/a>\u00bb\n<\/p>\n

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