{"id":950928,"date":"2024-01-04T09:28:33","date_gmt":"2024-01-04T09:28:33","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/george-w-bush-no-pudo-ayudar-a-ralph-krueger-el-gerente-de-un-hotel-se-convierte-en-un-gran-entrenador-de-hockey-sobre-hielo\/"},"modified":"2024-01-04T09:28:36","modified_gmt":"2024-01-04T09:28:36","slug":"george-w-bush-no-pudo-ayudar-a-ralph-krueger-el-gerente-de-un-hotel-se-convierte-en-un-gran-entrenador-de-hockey-sobre-hielo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/george-w-bush-no-pudo-ayudar-a-ralph-krueger-el-gerente-de-un-hotel-se-convierte-en-un-gran-entrenador-de-hockey-sobre-hielo\/","title":{"rendered":"George W. Bush no pudo ayudar a Ralph Krueger: el gerente de un hotel se convierte en un gran entrenador de hockey sobre hielo"},"content":{"rendered":"


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La carrera del veterano seleccionador suizo comenz\u00f3 por casualidad. Lo que hizo con \u00e9l es asombroso.<\/p>\n

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Cuando empez\u00f3 todo: Ralph Krueger como seleccionador suizo en el Campeonato Mundial de Hockey sobre Hielo de 1998 en Basilea.<\/h2>\n

Michael Kupferschmidt \/ Keystone<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Una tarde nublada de martes de diciembre. Ralph Krueger est\u00e1 sentado en un profundo sill\u00f3n de cuero, con una taza de t\u00e9 frente a \u00e9l. En la chimenea arde un fuego y afuera hay nieve. El cabello de Krueger, el cabello que le queda, es fino y gris. La nariz sigue siendo prominente, la voz es firme.<\/p>\n

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El alem\u00e1n-canadiense cumplir\u00e1 65 a\u00f1os el pr\u00f3ximo verano. Las cosas se han calmado en torno al hombre que durante m\u00e1s de una d\u00e9cada dio forma no s\u00f3lo al hockey sobre hielo suizo, sino, en principio, a todo el deporte suizo. Desde el oto\u00f1o de 1997 hasta la primavera de 2010, Krueger fue el entrenador nacional suizo de hockey sobre hielo. Se trata de una corta eternidad en una posici\u00f3n en la que casi ninguno de sus predecesores pudo aguantar m\u00e1s de uno o dos a\u00f1os.<\/p>\n

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Trabajar como seleccionador suizo le abre las puertas a la NHL y al f\u00fatbol ingl\u00e9s<\/span><\/h2>\n

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Krueger califica los trece a\u00f1os al frente del equipo nacional de hockey sobre hielo como \u00abla pieza central de mi vida profesional\u00bb. Tambi\u00e9n podr\u00edas llamarlo trozo de filete. Aunque Krueger nunca gan\u00f3 una medalla con los suizos, su trabajo con la peque\u00f1a e inicialmente insignificante naci\u00f3n del hockey sobre hielo le dio una reputaci\u00f3n internacional que luego le abri\u00f3 las puertas de la NHL y, en el f\u00fatbol, \u200b\u200bde la Premier League inglesa.<\/p>\n

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Krueger dio recientemente una charla en Tegernsee, cerca de Munich. Es el pa\u00eds del f\u00fatbol. Cuando el moderador enumer\u00f3 sus estaciones, se dio cuenta de lo que hab\u00eda experimentado, dice Krueger. \u201cSin el deporte, sin mi paso por la Asociaci\u00f3n Suiza de Hockey sobre Hielo, esto probablemente no habr\u00eda sido posible\u201d.<\/p>\n

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Cuando se le pregunt\u00f3 si hab\u00eda creado una lista de deseos ahora que ten\u00eda en mente la \u00faltima parte de su vida, Krueger dijo: \u201cNo necesito una. Ni siquiera quiero especular sobre d\u00f3nde estar\u00e9 dentro de cinco a\u00f1os. La imagen es cada vez m\u00e1s peque\u00f1a. Soy un fan\u00e1tico de los deportes y hoy hago m\u00e1s ejercicio que antes. Me tomo muy en serio mi papel de abuelo de cuatro hijos y, sobre todo, intento cumplir lo mejor posible los deseos de mi esposa Glenda. El precio que una mujer tiene que pagar junto a un deportista es grande\u201d.<\/p>\n

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Krueger nunca interpret\u00f3 al gran fil\u00f3sofo. Se ve\u00eda a s\u00ed mismo m\u00e1s como un motivador, como un hombre que cree en sus propias posibilidades, pero tambi\u00e9n en las de quienes lo rodean. \u00abCree en lo imposible y lo imposible se har\u00e1 posible\u00bb. El legendario mensaje de texto que envi\u00f3 a sus jugadores en la primavera de 2000 en el Mundial de San Petersburgo, despu\u00e9s de una sorprendente derrota contra Francia antes del decisivo partido de la fase de grupos contra Rusia, hizo historia en el deporte suizo.<\/p>\n

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La frase con la que quiso motivar a sus jugadores en aquel momento le fue lanzada m\u00e1s tarde a sus o\u00eddos como frase. Pero no estuvo exento de impacto. Los suizos ganaron el partido contra los rusos por 3-2 y avanzaron a los cuartos de final.<\/p>\n

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Para superar el tiempo de espera, Krueger se convierte en entrenador en Vorarlberg<\/span><\/h2>\n

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Desde entonces, Krueger ha sido considerado una especie de Rey Midas del deporte. Todo lo que toc\u00f3 result\u00f3 ser bueno. Sus \u00e9xitos despertaron no s\u00f3lo reconocimiento sino tambi\u00e9n envidia. Surgi\u00f3 una rivalidad con Arno Del Curto, la segunda gran figura del entrenador de la \u00e9poca, que los medios de comunicaci\u00f3n vivieron m\u00e1s que los dos protagonistas, que viv\u00edan uno al lado del otro en Davos y cuyos caminos se cruzaban casi a diario en el aparcamiento subterr\u00e1neo.<\/p>\n

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La carrera de Krueger fue en realidad producto del azar. Realiz\u00f3 pr\u00e1cticas como director de hotel. Luego quiso hacerse cargo de un hotel en Austin, Texas. Como ciudadano canadiense, necesitaba una tarjeta verde en Estados Unidos. En el campo de golf conoci\u00f3 al futuro presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, quien le escribi\u00f3 una carta de recomendaci\u00f3n para las autoridades de inmigraci\u00f3n responsables.<\/p>\n

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Pero el funcionario que tramit\u00f3 la solicitud de permiso de trabajo era dem\u00f3crata, no republicano. En consecuencia, la recomendaci\u00f3n de Bush fue de poca ayuda. A Krueger le dijeron que tardar\u00eda seis meses en procesar la solicitud. Al menos. Para salvar el tiempo vol\u00f3 a Europa y en noviembre de 1991 encontr\u00f3 trabajo como entrenador de hockey sobre hielo en el VEU Feldkirch.<\/p>\n

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\u00abYo ten\u00eda entonces 32 a\u00f1os y llegu\u00e9 a ser entrenador por casualidad. \u201cMuchas cosas en la vida son producto de coincidencias afortunadas\u201d, dice. Incluso como jugador activo, se capacit\u00f3 constantemente y asisti\u00f3 a cursos hasta que se dio cuenta de lo que le faltaba: responsabilidad. Comenz\u00f3 a dar conferencias motivacionales y fund\u00f3 la empresa Teamlife, cuyo ideario luego incorpor\u00f3 a un libro que lleg\u00f3 a las listas de bestsellers. <\/p>\n

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