{"id":952433,"date":"2024-01-05T09:32:04","date_gmt":"2024-01-05T09:32:04","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/todo-viaje-empieza-en-la-puerta-principal-de-safari-con-franz-hohler-por-8050-zurich-oerlikon\/"},"modified":"2024-01-05T09:32:06","modified_gmt":"2024-01-05T09:32:06","slug":"todo-viaje-empieza-en-la-puerta-principal-de-safari-con-franz-hohler-por-8050-zurich-oerlikon","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/todo-viaje-empieza-en-la-puerta-principal-de-safari-con-franz-hohler-por-8050-zurich-oerlikon\/","title":{"rendered":"Todo viaje empieza en la puerta principal: de safari con Franz Hohler por 8050 Zurich Oerlikon"},"content":{"rendered":"


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Karin Hofer \/ NZZ<\/span><\/p>\n

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El escritor Franz Hohler hace un recorrido por su vivienda: calles y plazas corrientes se convierten en escenario de lo extraordinario. Y a la lecci\u00f3n sobre c\u00f3mo lo local refleja lo universal.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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Un viaje de mil millas comienza con un paso, dice un proverbio chino. \u00bfVen conmigo?<\/p>\n

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\u00bfEn lugar de volar a lo lejos para hacer una escala cercana, hacer un safari local por Oerlikon? \u00bfNo sabemos desde Corona que el mundo empieza en la puerta?<\/p>\n

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Me estoy recuperando y deber\u00eda salir a caminar todos los d\u00edas, pero no quiero irme muy lejos. Por lo tanto, puede detenerse en cualquier momento si se vuelve demasiado o muy poco para usted.<\/p>\n

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Puedo recogerte en la estaci\u00f3n de tren de Oerlikon y primero caminamos por Gubelhangstrasse, pasando por la Iglesia Metodista, un edificio que hasta hace unos a\u00f1os era una gran iglesia con dos apartamentos y que hoy, dada la disminuci\u00f3n de miembros y dinero, ha convertirse en una casa con diez apartamentos y una peque\u00f1a iglesia.<\/p>\n

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Aventura urbana en la peque\u00f1a Selva Negra del norte de Z\u00farich<\/span><\/h2>\n

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Cruzamos la Regensbergstra\u00dfe y nos adentramos en un peque\u00f1o bosque detr\u00e1s de la Gubelschulhaus, que se defiende del diminutivo con \u00e1rboles sorprendentemente altos y densos arbustos. Es mi peque\u00f1a Selva Negra; Si no llevas zapatos demasiado limpios, puedes seguirme por un camino que pasa entre los arbustos y que a veces requiere que mantengas las ramas alejadas de tu cara. Hay un soplo de naturaleza salvaje y aventura urbana. Cuando recojo las primeras hojas de ajo silvestre del suelo del bosque aqu\u00ed en febrero, s\u00e9 que se acerca la primavera.<\/p>\n

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El paseo para perros es un poco m\u00e1s c\u00f3modo y los peque\u00f1os bancos se utilizan a menudo como zonas de lectura con sombra en verano. Tambi\u00e9n puedes entablar una conversaci\u00f3n con los nativos aqu\u00ed, m\u00e1s f\u00e1cilmente si preguntas el nombre del perro.<\/p>\n

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En pocos minutos estamos en el campo deportivo, que trivialmente se llama parque infantil. Sin embargo, sobre un pedestal, una figura de bronce firme indica que se trata de rendimiento. La escultura procede del escultor Franz Fischer, que ten\u00eda su estudio un poco m\u00e1s atr\u00e1s en Allenmoosstrasse, estuvo expuesta en la Exposici\u00f3n Universal de Nueva York de 1939 y, cuando volvi\u00f3, el ayuntamiento decidi\u00f3 colocarla aqu\u00ed como s\u00edmbolo. de aptitud. Sin embargo, el hecho de que el joven estuviera desnudo provoc\u00f3 una carta de protesta de todo el personal docente de Oerlikon, exigiendo la retirada de esta ofensiva obra de arte. S\u00f3lo dos no firmaron: una maestra de jard\u00edn de infancia y el escritor Albin Zollinger. El caminante sigue parado en el mismo lugar, d\u00eda y noche, va y va y todav\u00eda no puede escapar.<\/p>\n

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Un toque de naturaleza salvaje: Franz Hohler deambula por el peque\u00f1o bosque detr\u00e1s de la Gubelschule. Los arbustos y los \u00e1rboles j\u00f3venes a veces son tan densos que tiene que mantener las ramas alejadas de su cara. Los perros del distrito de Allenmoos tambi\u00e9n suelen utilizar el F\u00f6hrenwald para pasear.<\/h2>\n

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Pero su ejemplo funciona. En el campo deportivo, con casi cualquier clima, ver\u00e1s gente dando vueltas por las pistas se\u00f1alizadas con sus puls\u00f3metros, cron\u00f3metros o pod\u00f3metros en la mu\u00f1eca. El edificio de guardarropas del club de gimnasia, con una galer\u00eda cubierta a modo de porche y una divertida torreta en el tejado, desde lejos podr\u00eda confundirse con una capilla.<\/p>\n

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Una piedra en memoria del \u201cdefensor de los vivos\u201d<\/span><\/h2>\n

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Me gustar\u00eda llevarles a Albin-Zellinger-Platz, justo despu\u00e9s del parque infantil a la derecha, donde en una l\u00e1pida se lee: \u00abEl poeta es un defensor de la vida, de la audacia\u00bb. El poeta vivi\u00f3 en este lugar, en una casa con una panader\u00eda en la planta baja, y muri\u00f3 con apenas 46 a\u00f1os en plena Segunda Guerra Mundial. La m\u00e1s famosa es su novela de artista \u00abPfannenstiel\u00bb, que tambi\u00e9n incluye la historia del caminante, pero m\u00e1s sorprendente para m\u00ed es \u00abEl medio hombre\u00bb, una novela que trata sobre el amor de un profesor por un alumno y es m\u00e1s relevante que siempre en tiempos de abuso.<\/p>\n

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Para inaugurar este lugar en 1980, escrib\u00ed un texto sobre el viaje de Zollinger a la escuela.<\/p>\n

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Vamos por aqu\u00ed ahora, nos llevar\u00e1 en unos minutos a la escuela Privet donde ense\u00f1aba. Hace poco present\u00e9 all\u00ed en clase de secundaria mi cuento \u201cLa Reconquista\u201d, en el que Z\u00farich se convierte en una jungla. El motivo fue la presentaci\u00f3n de una furgoneta biblioteca m\u00f3vil que sustituy\u00f3 a la biblioteca escolar. Instagram y Tiktok han ganado la batalla por los libros.<\/p>\n

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Ahora vamos por la Venusstra\u00dfe. \u00bfSigues ah\u00ed? \u2013 y pasamos por un peque\u00f1o parque con dos casta\u00f1os centenarios, en el que se alza sobre un pie, tambi\u00e9n de bronce, una mujer apenas vestida. Esta debe haber sido una pose m\u00e1s extenuante para el modelo que simplemente estirar los brazos en el aire con la cabeza hacia atr\u00e1s. Le pregunt\u00e9 a algunas personas de qui\u00e9n era esta escultura, pero nadie lo sab\u00eda. \u00bfHermann Haller? \u00bfKarl Geiser? \u00bfFranz Fischer por el segundo? Es por eso que ahora aprovecho mi oportunidad de escribir para el NZZ y su audiencia educada y preguntarles a ustedes, los lectores, si alguno de ustedes puede decirme.<\/p>\n

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Dos preguntas preocupan a Franz Hohler cuando se trata de la escultura de bronce \u00abEl ba\u00f1ista\u00bb en el parque de la Schulstrasse: \u00bfQu\u00e9 tan agotador debi\u00f3 ser posar para la modelo? \u00bfY qui\u00e9n cre\u00f3 la estatua: Hermann Haller? \u00bfKarl Geiser? \u00bfFranz Fischer? \u00bfHans Brandenberger?<\/h2>\n

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Quien comercia con papel lo pasa mal<\/span><\/h2>\n

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Los dos edificios de gran altura del patio de la izquierda se encuentran en diagonal a las calles adyacentes, un truco urban\u00edstico del arquitecto contra la idea de linealidad. La tienda de la casa de la derecha est\u00e1 vac\u00eda, la papeler\u00eda Nievergelt ya no existe, la casa fue comprada por un holding inmobiliario, al igual que la librer\u00eda Nievergelt contigua, donde compro mis libros sin tener en cuenta todas las ofertas online, y que ahora est\u00e1n cambiando tienen que buscar nuevas instalaciones.<\/p>\n

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La fuente de Franklinplatz, a la que llegamos ahora, es seguramente de Franz Fischer. Un ni\u00f1o y una ni\u00f1a est\u00e1n sentados uno frente al otro y cada uno sostiene en la mano un pez del que brota un chorro de agua. \u00bfPara un momento, por favor? Bebo tres sorbos de agua cada vez que la paso.<\/p>\n

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El nombre de un callej\u00f3n se compone<\/span><\/h2>\n

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La Franklinstra\u00dfe que conduce hasta all\u00ed recibi\u00f3 su nombre cuando Armin Bollinger, que m\u00e1s tarde se convertir\u00eda en profesor de geograf\u00eda, incorpor\u00f3 Oerlikon a la ciudad de Z\u00farich en 1933. Su padre, me dijo Bollinger, fue el \u00faltimo secretario municipal de Oerlikon, y como ya exist\u00edan algunos nombres de calles parecidos a Oerlikon en Zurich, se lo dec\u00eda a su hijo, entonces estudiante, por cada nuevo nombre que suger\u00eda y que era aprobado por el ayuntamiento. : recibe diez francos. Franklinstrasse, Nansenstrasse, Ohmstrasse, Gubelhangstrasse (la antigua Bergstrasse) fueron aprobadas sin problemas, incluso la extra\u00f1a Welchogasse, que suena a apropiaci\u00f3n de tierras alemana, pero fue pura invenci\u00f3n de un estudiante con talento ling\u00fc\u00edstico.<\/p>\n

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Nos adentramos ahora en un desfiladero que se aprieta entre el centro comercial Neumarkt y el antiguo Swiss\u00f4tel, que viste un abrigo verde porque fue vendido a una empresa francesa durante la pandemia y ahora es un hotel Mama Shelter con mucho ruido. Se est\u00e1n reconvirtiendo peque\u00f1os apartamentos. . Bajo el dosel, los mensajeros en bicicleta de Uber Eat, de piel oscura, con sus mochilas en forma de cubo esperan el pr\u00f3ximo pedido de entrega a domicilio.<\/p>\n

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La diversidad de Zurich Oerlikon se puede ver en un espacio reducido: desde las sucursales de Aldi y Alnatura hasta el edificio modular de dos plantas de la escuela Liguster hay s\u00f3lo unos pocos pasos.<\/h2>\n

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Las estrellas de la cultura pop aparecen en la aldea mundial<\/span><\/h2>\n

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\u00bfMe preguntas cu\u00e1l es la esencia de Oerlikon? Tiene el encanto de un centro secundario, no necesita representar nada en absoluto, pero aqu\u00ed Banksy se exhibe en antiguas naves industriales, Helene Fischer y Bob Dylan cantan en el Hallenstadion, \u00abMummenschanz\u00bb y Massimo Rocchi act\u00faan en el \u00abTheater 11\u00bb, y cada vez hay corrientes de gente en las salas perif\u00e9ricas.<\/p>\n

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Los trabajadores han desaparecido de la escena callejera, no hay puertas de f\u00e1brica que se abran a las 5 de la tarde, pero de los centros de servicio salen en tropel j\u00f3venes con pomadas y bolsas para port\u00e1tiles. M\u00e1s de la mitad de los escolares tienen nombres extranjeros. Cuando las personas mayores van de compras, van \u201cal pueblo\u201d. A la aldea mundial.<\/p>\n

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Ahora podr\u00edamos ir a la plaza del mercado para unirnos a los ajedrecistas de todo tiempo, la plaza donde los mi\u00e9rcoles y s\u00e1bados hay un verdadero mercado a pesar de los centros comerciales, pero si quieres seguir adelante, lo veo. Al final del desfiladero nos espera el ala de la estaci\u00f3n, con una superestructura verde cuya \u00fanica funci\u00f3n es a\u00f1adir color al gris de las casas, y ya nos encontramos en el siguiente desfiladero, al pie de la reci\u00e9n construida Torre Franklin. M\u00e1s all\u00e1, la Andreasturm se alza como la proa de un enorme barco y ofrece un horizonte al centro de Oerlikon.<\/p>\n

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Aqu\u00ed el convaleciente vuelve a dar la vuelta sin haberle llevado al otro lado de la v\u00eda, hacia la \u00fanica atracci\u00f3n real de Oerlikon, el parque MFO, frente al cual a veces se re\u00fanen incluso grupos de visitantes japoneses. Se trata de una p\u00e9rgola de varios pisos transitable hasta la cima y rodeada de plantas trepadoras, un parque vertical, por as\u00ed decirlo, a falta de una zona de aparcamiento suficientemente amplia. Tal vez te despierte la curiosidad y vayas all\u00ed t\u00fa mismo.<\/p>\n

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No s\u00e9 si el viaje a Oerlikon vali\u00f3 la pena para ti, simplemente te llev\u00e9 a mi entorno cotidiano y ya sabes, lo que ves todos los d\u00edas se convierte en tu hogar, lo quieras o no.<\/p>\n

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Incluso el c\u00f3digo postal.<\/p>\n

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\"Oerlikon <\/div>
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Oerlikon es una aldea global: a 80 metros, la Torre Franklin, cerca de la estaci\u00f3n de tren, tiene la mitad de altura que un rascacielos.<\/h2>\n

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El ritual del paseante: cada vez que Franz Hohler pasa junto a la fuente de Franklinplatz, bebe tres sorbos de la mejor agua de Z\u00farich.<\/h2>\n

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