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La oficina de tr\u00e1fico exige que se someta a un reconocimiento m\u00e9dico. Pero la mujer ya no quiere ver a un psiquiatra.<\/p>\n
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Desde el punto de vista penal, todo est\u00e1 muy claro: la pensionista del IV admite abiertamente que conduc\u00eda sin permiso de conducir.<\/h2>\n Rampa Annick \/ NZZ<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n <\/p>\n
Una pensionista suiza IV de 55 a\u00f1os, que compareci\u00f3 sin abogado, explica a los tres jueces superiores por qu\u00e9 necesita urgentemente su coche y no puede coger el autob\u00fas:<\/p>\n
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Cuando era ni\u00f1a, viajaba en un autob\u00fas que se incendi\u00f3 en la antigua Yugoslavia. La llevaron al hospital y desde entonces tiene asma. Tambi\u00e9n estaba en el autob\u00fas escolar secuestrado en Chowchilla, California, en 1976. Fue enterrada bajo tierra con otros ni\u00f1os secuestrados.<\/p>\n
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Y tambi\u00e9n estaba en el autob\u00fas escolar secuestrado por terroristas en Yibuti en 1976. Vio fotograf\u00edas en Internet en las que se reconoc\u00eda. \u201cHoy eso siempre me causa problemas cuando me siento en el autob\u00fas\u201d, explica. Adem\u00e1s, tomar el autob\u00fas es demasiado caro \u201cy nunca llegas a donde quieres ir\u201d.<\/p>\n
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A la mujer se le revoc\u00f3 la licencia de conducir como medida cautelar en 2016. Sin embargo, ella sigui\u00f3 conduciendo. En febrero de 2022, recibi\u00f3 una orden de sanci\u00f3n de la fiscal\u00eda de See-Oberland porque el 4 de febrero de 2022 condujo su coche hasta una oficina de correos. Como no era la primera vez, tuvo que pagar la multa de 45 d\u00edas de 30 francos cada uno, es decir 1.350 francos, m\u00e1s 800 francos de honorarios.<\/p>\n
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\u00bfSe qued\u00f3 sordo en el tribunal superior?<\/span><\/h2>\n <\/p>\n
Ella impugn\u00f3 la orden de sanci\u00f3n ante el tribunal de distrito de Hinwil. Este confirm\u00f3 la sentencia de julio de 2022, pero redujo la pena a 30 tarifas diarias de 30 francos cada una, es decir, 900 francos. Los honorarios ascend\u00edan ya a 2.500 francos. Ante el tribunal de distrito aleg\u00f3, entre otras cosas, que hab\u00eda actuado en estado de emergencia porque no pod\u00eda ir a comprar a pie por problemas de salud. <\/p>\n
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Sin embargo, en la primera vista de apelaci\u00f3n ante el tribunal superior, ella se neg\u00f3 a cooperar y, en opini\u00f3n del tribunal, hizo o\u00eddos sordos. Sin embargo, bas\u00e1ndose en las preguntas del examen, los jueces superiores consideraron que esto era incre\u00edble. Se decidi\u00f3 que su conducta en la apelaci\u00f3n no merec\u00eda reparaci\u00f3n y, por lo tanto, se retir\u00f3 la apelaci\u00f3n. Esto le habr\u00eda ahorrado a la mujer muchos costes.<\/p>\n
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Sin embargo, llev\u00f3 el caso a la corte federal. \u00c9ste inmediatamente lo remiti\u00f3 nuevamente al tribunal superior. El motivo: aunque exista la obligaci\u00f3n de cooperar en el proceso de apelaci\u00f3n, no existe base legal para aceptar una retirada. Por lo tanto el caso debe ser renegociado.<\/p>\n
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Esto es lo que sucede ahora: al comienzo del juicio, la mujer explica que ahora tiene un aud\u00edfono y que ha asumido los gastos correspondientes. Sin embargo, afirma repetidamente que \u201cno entiende casi todo correctamente\u201d. \u201cResuena demasiado fuerte\u201d en la sala del tribunal. Esta es la tercera vez que comparece ante el tribunal, se queja. Podr\u00eda haberse acortado si la gente la hubiera escuchado atentamente desde el principio, afirma. <\/p>\n
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Tambi\u00e9n le cont\u00f3 todo a un abogado durante 40 horas. Por ello le quit\u00f3 20.000 francos, pero al final los \u201cdesperdici\u00f3\u201d y no hizo nada. La mujer vive de IV y prestaciones complementarias y dice que tiene una deuda de 300.000 francos.<\/p>\n
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