{"id":957385,"date":"2024-01-09T08:32:09","date_gmt":"2024-01-09T08:32:09","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/cuando-parasitos-imaginarios-viven-en-la-piel-2\/"},"modified":"2024-01-09T08:32:11","modified_gmt":"2024-01-09T08:32:11","slug":"cuando-parasitos-imaginarios-viven-en-la-piel-2","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/cuando-parasitos-imaginarios-viven-en-la-piel-2\/","title":{"rendered":"Cuando par\u00e1sitos imaginarios viven en la piel"},"content":{"rendered":"


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Algunas personas creen err\u00f3neamente que est\u00e1n infestadas de escarabajos, chinches o \u00e1caros. El sufrimiento es grande. Lo que ayuda a los afectados a deshacerse de la locura.<\/p>\n

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Las personas con delirios por dermatozoos experimentan sensaciones de picaz\u00f3n, escozor y hormigueo en el cuerpo.<\/h2>\n

Juan Gaertner\/Biblioteca de fotograf\u00edas cient\u00edficas\/Getty<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Ada le pica la espalda, el cuello y alrededor de las orejas. La se\u00f1ora de la limpieza, de 54 a\u00f1os, est\u00e1 convencida de que se trataba de mordeduras de peque\u00f1os animales que corr\u00edan por su piel. Se quema la piel para matar a los bichos y pasa horas pein\u00e1ndose para deshacerse de ellos. Cuando enjuaga el peine, le dice al m\u00e9dico, lo ve nadando en el fregadero como un pececito. Ya no puede trabajar; quemar y peinar le lleva demasiado tiempo.<\/p>\n

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Ada fue paciente del neur\u00f3logo sueco Karl-Axel Ekbom, quien describi\u00f3 detalladamente su enfermedad en 1938. Lo llam\u00f3 locura por los dermatozoos. Los afectados est\u00e1n falsamente convencidos de que est\u00e1n infectados por escarabajos, chinches, gusanos, \u00e1caros, bacterias, hongos u otros pat\u00f3genos. Sienten picaz\u00f3n, escozor u hormigueo en la piel, como si hubiera animales corriendo sobre ellos que luego los mordieran.<\/p>\n

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Mal funcionamiento del sistema de dopamina.<\/span><\/h2>\n

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Seg\u00fan los estudios, s\u00f3lo unas pocas docenas de personas de cada 100.000 padecen locura por dermatozoos. \u00abPero podr\u00eda haber m\u00e1s, porque los afectados van de un dermat\u00f3logo a otro y no quieren admitir que tienen un problema psicol\u00f3gico y luego no se registra como tal\u00bb, afirma Peter Falkai, director de psiquiatr\u00eda del Ludwig-Maximilians. Universidad de M\u00fanich.<\/p>\n

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Una teor\u00eda es que el delirio se produce debido al aumento de los niveles de dopamina en el cerebro. Esto se ve respaldado por el hecho de que los s\u00edntomas a veces mejoran con medicamentos que bloquean la dopamina. \u00abEl mal funcionamiento del sistema de dopamina probablemente hace que el paciente sobreinterprete la picaz\u00f3n en la piel o la descamaci\u00f3n de las c\u00e9lulas de la piel, algo que todo el mundo tiene en alg\u00fan momento, y piense que se trata de un animal que gatea\u00bb, dice Falkai.<\/p>\n

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A primera vista no resulta evidente que se trate de un problema psicol\u00f3gico, afirma Peter Schmid-Grendelmeier, alerg\u00f3logo jefe del Hospital Universitario de Z\u00farich. Cada a\u00f1o, en su consulta, atiende de tres a cinco pacientes con delirios por dermatozoos. \u00abDescriben su picaz\u00f3n como otros pacientes, y al principio no se piensa en el hecho de que se rasquen la piel, porque lo mismo ocurre con otras enfermedades de la piel que pican\u00bb. Sospecha cuando los pacientes le describen \u201cpeque\u00f1os animales\u201d. \u00abPor lo general, describen su apariencia, c\u00f3mo muerden la piel, construyen nidos y se reproducen, con tanta precisi\u00f3n como en un libro de biolog\u00eda\u00bb. Como \u201cprueba\u201d le traen al m\u00e9dico animales muertos en bolsas de pl\u00e1stico o cajas de cerillas, que en realidad no son m\u00e1s que tierra, polvo o pelos.<\/p>\n

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A veces se puede ver una erupci\u00f3n o cicatrizaci\u00f3n en la piel si las personas han intentado eliminar los organismos rasc\u00e1ndose, usando cuchillos, fuego u otros dispositivos. No hay signos claros de pat\u00f3genos \u201creales\u201d, como manchas rosadas, que ser\u00edan t\u00edpicas de picaduras de mosquitos, pulgas o chinches. La situaci\u00f3n no es f\u00e1cil, afirma Schmid-Grendelmeier. \u201cLos pacientes a menudo han visitado a sus colegas y se sienten frustrados porque nadie les crey\u00f3. Se necesita mucha sensibilidad para explicarles que puede deberse a un trastorno cognitivo en el cerebro y que un psiquiatra podr\u00eda ayudar\u201d.<\/p>\n

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En primer lugar hay que descartar cuidadosamente que no se trate de par\u00e1sitos, como \u00e1caros de la sarna o piojos, o que el paciente padezca otra enfermedad que se acompa\u00f1e de picor o erupci\u00f3n cut\u00e1nea, como neurodermatitis, s\u00edfilis, VIH, enfermedad hep\u00e1tica cr\u00f3nica y enfermedades renales o tumores. Y hay que aclarar si el delirio se produjo como consecuencia de otra enfermedad, por ejemplo depresi\u00f3n, trastornos de ansiedad, esquizofrenia, enfermedades neurol\u00f3gicas o metab\u00f3licas, deficiencia de vitaminas o trastornos hormonales. Los medicamentos tambi\u00e9n pueden desencadenar esta locura como efecto secundario, al igual que drogas como la metanfetamina o la coca\u00edna.<\/p>\n

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permitir la realidad<\/span><\/h2>\n

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Con los antipsic\u00f3ticos, que tambi\u00e9n se utilizan contra la esquizofrenia, los delirios se vuelven menos frecuentes e incluso pueden desaparecer por completo. Se recomienda una combinaci\u00f3n de medicaci\u00f3n y psicoterapia. \u00abLos pacientes suelen rechazar esto al principio\u00bb, afirma Christian Huber, m\u00e9dico jefe de la cl\u00ednica psiqui\u00e1trica universitaria de Basilea. \u201cLuego trato de tomar en serio su sufrimiento, construir una relaci\u00f3n terap\u00e9utica de confianza y pensar juntos sobre c\u00f3mo debemos proceder. S\u00f3lo si el paciente acepta el procedimiento ser\u00e1 posible reducir o eliminar por completo el delirio.<\/p>\n

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Janina Rogoll, psicoterapeuta de Berl\u00edn, trata cada a\u00f1o a dos o tres pacientes con delirios por dermatozoos. La terapia conductual se basa en la l\u00f3gica y la realidad. Por ejemplo, si un paciente est\u00e1 convencido de que los animales se introducen en \u00e9l a trav\u00e9s de la piel, Rogoll le explica que los par\u00e1sitos son demasiado grandes para atravesar la piel. O le dice que la sensaci\u00f3n en la piel es ciertamente muy desagradable, pero que no ve ning\u00fan par\u00e1sito y el dermat\u00f3logo no ha detectado ning\u00fan pat\u00f3geno.<\/p>\n

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Si un paciente tiene que limpiarse intensamente varias veces al d\u00eda o incluso lesionarse la piel para mantener a los animales bajo control, ella trabaja con ellos para desarrollar t\u00e9cnicas sobre c\u00f3mo deshacerse de este comportamiento autodestructivo. \u201cEl tratamiento es muy individual, dependiendo de cu\u00e1nta realidad permita la persona en cuesti\u00f3n\u201d, afirma. \u00abNo existe una receta \u00fanica para todos\u00bb.<\/p>\n

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Un art\u00edculo del \u00abNZZ el domingo<\/a>\u00bb\n<\/p>\n

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