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En diez d\u00edas, 150 empleados transformaron el estadio de f\u00fatbol de D\u00fcsseldorf en un estadio de balonmano. <\/h2>\n
Kenny Beele \/ Imago<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n <\/p>\n
El balonmano tiene algo en com\u00fan en Suiza y Alemania. El deporte est\u00e1 principalmente anclado en las provincias. Hay clubes en las grandes ciudades. Pero el coraz\u00f3n del balonmano no late en Berl\u00edn o Munich, sino en Melsungen o Eisenach. No ocurre en Zurich o Basilea, sino en Schaffhausen o Suhr. En Suiza el panorama es peque\u00f1o: s\u00f3lo hay 25.000 jugadores autorizados. <\/p>\n
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Un parque infantil en un barrio de viviendas unifamiliares bien cuidado en las afueras de D\u00fcsseldorf. Por primera vez no hay ni\u00f1os jugando all\u00ed, sino 1.500 jugadores de balonmano suizos de pie en la pradera helada. El viento helado se cuela bajo las camisetas rojiblancas. La mayor\u00eda de la gente lleva debajo una gruesa chaqueta de invierno. <\/p>\n
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Est\u00e1n aqu\u00ed esta tarde de invierno porque su deporte ser\u00e1 importante este mi\u00e9rcoles. La selecci\u00f3n suiza se enfrentar\u00e1 a la anfitriona Alemania al comienzo del Campeonato de Europa. En el estadio donde juega al f\u00fatbol el Fortuna D\u00fcsseldorf se celebra una gigantesca fiesta de balonmano. Con 53.000 espectadores. R\u00e9cord mundial. <\/p>\n
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Autobuses llenos de jugadores de balonmano suizos, equipos enteros, viajaron a D\u00fcsseldorf. En el patio de juegos hay un equipo del TSV Frick, al lado hay un equipo de Siggenthal, est\u00e1n los seniors de Fortitudo Gossau, est\u00e1 TV Willisau. Al borde del prado hay una caba\u00f1a de madera. Est\u00e1 decorado con los logotipos del FC Fortuna y se llama \u201cTrinkhalle\u201d. Hay Altbier en lata. <\/p>\n
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Los seguidores suizos marchan al estadio con escolta policial<\/span><\/h2>\n <\/p>\n
La Federaci\u00f3n Suiza de Balonmano organiz\u00f3 una marcha de aficionados hacia el partido del r\u00e9cord mundial. Comienza en el patio de recreo. Los ayudantes distribuyen banderas suizas y carteles con im\u00e1genes de los jugadores nacionales. Luego el tren se pone en marcha, con escolta policial, las calles est\u00e1n acordonadas. Los aficionados cantan: \u201cEl holand\u00e9s me dej\u00f3 impresionado\u201d. Todav\u00eda sigue siendo pac\u00edfico. En Suiza, la polic\u00eda s\u00f3lo reparte autobuses para aparcar delante del pabell\u00f3n durante los partidos. La Liga Nacional A tiene una audiencia media de unos 600 espectadores, una liga provincial. <\/p>\n
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La v\u00edspera del gran partido, los jugadores de la selecci\u00f3n suiza se encuentran en el gran estadio. Incluso los profesionales m\u00e1s experimentados de la Bundesliga, como el mediapunta Andy Schmid o el portero Nikola Portner, miran con reverencia el techo de la sala como si estuvieran maravillados ante una catedral. Tampoco est\u00e1n acostumbrados a un entorno as\u00ed: al fin y al cabo, jugaron en la Bundesliga ante 15.000 personas.<\/p>\n
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Para calentar, los jugadores nacionales juegan al f\u00fatbol en los entrenamientos: los mayores contra los m\u00e1s j\u00f3venes. Esta es una tradici\u00f3n no s\u00f3lo en la selecci\u00f3n nacional, sino tambi\u00e9n en los clubes provinciales. El seleccionador nacional Michael Suter dijo despu\u00e9s del \u00fanico entrenamiento en el estadio: \u00abAlgunos de ellos estaban felices de haber jugado al f\u00fatbol en un estadio de la Bundesliga una vez en su vida\u00bb. Act\u00faas relajado. Suter no quiere que el r\u00e9cord ocupe demasiado espacio en la mente de los jugadores. \u00bfC\u00f3mo podr\u00eda lograrse esto? Suter responde vagamente. <\/p>\n
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