JOEL SAGET \/ AFP<\/span> <\/figcaption><\/figure>\nMant\u00e9ngase en curso. Dedicarse a la literatura, cuya capacidad de \u201caumentar la suma de lo que los seres humanos son capaces de percibir, de comprender, y por tanto, en \u00faltima instancia, de ser\u201d <\/em>(Joseph Anton, una autobiograf\u00eda, <\/em>Pl\u00f3n, 2012). <\/em>No renunciar a la escritura es una de las formas de resistencia elegida por Salman Rushdie tras la fatwa dictada en su contra en febrero de 1989. Es inseparable de su defensa, nunca negada, de la libertad de expresi\u00f3n, uno de cuyos testimonios fue su firme apoyo a charliehebdo<\/em> despu\u00e9s de los atentados de 2015, cuando una parte importante de la escena intelectual estadounidense estaba hablando. Tantas dilaciones que debieron revivir dolorosos recuerdos en el escritor.<\/p>\nSigue siendo un novelista, cueste lo que cueste. Un novelista ocupado en contar el caos del mundo, armado con su imaginaci\u00f3n, su erudici\u00f3n y su humor. Despu\u00e9s de todo, si es accidentalmente \u00bb<\/em> que su vida ha sido \u00abhecho interesante\u00bb <\/em>(desde un punto de vista narrativo), como ironiz\u00f3 sobre el punto de inflexi\u00f3n en su vida hace treinta y tres a\u00f1os, fue por otro lado muy voluntariamente que se convirti\u00f3 en escritor.<\/p>\nLea tambi\u00e9n:<\/span> Art\u00edculo reservado para nuestros suscriptores<\/span><\/span> El novelista Salman Rushdie, blanco de una fatua durante 33 a\u00f1os, v\u00edctima de un ataque con cuchillo <\/span> <\/section>\nNaci\u00f3 el 19 de junio de 1947 en el seno de una familia musulmana y burguesa -padre empresario, madre maestra- en Bombay, en un barrio donde conviven indios y expatriados europeos y americanos. En una entrevista con la revista La regla del juego<\/em>en 1993, se\u00f1al\u00f3: \u201cPara cualquiera que haya crecido en cualquier ciudad grande, especialmente en una ciudad como la m\u00eda, donde se unen oriente y occidente, uno de los datos que te llama la atenci\u00f3n es que la cultura es h\u00edbrida, que es una mezcla, en fin, que es una forma impura. Y la novela deber\u00eda ser una celebraci\u00f3n de la impureza. \u00bb<\/em><\/p>\nEn 1961, el adolescente fue enviado a estudiar a Inglaterra; despu\u00e9s de la escuela secundaria, ingres\u00f3 a Cambridge para estudiar historia. Una vez graduado, este gran lector, naturalizado brit\u00e1nico, se gana la vida trabajando en publicidad, sector que le ense\u00f1a, dir\u00e1, el arte de \u00abbrevedad <\/em>aunque no es el primer t\u00e9rmino que viene a la mente cuando uno piensa en su exuberante obra, pero s\u00ed tiene gusto por las f\u00f3rmulas que encapsulan varias ideas o sentimientos en un m\u00ednimo de palabras.<\/p>\n\u201cHab\u00eda descubierto mi voz\u201d<\/h2>\n
En 1968, dej\u00f3 su trabajo para comenzar a escribir. Empiezan a\u00f1os de aprendizaje y ensayo y error para aquel cuyas influencias hay que buscar tanto en Charles Dickens como en la Nueva Ola, en Luis Bu\u00f1uel como en Mikha\u00efl Bulgakov o en las tradicionales f\u00e1bulas del Pa\u00f1chatantra de las que se nutri\u00f3. En 1975 public\u00f3 su primera novela, Grimus <\/em>(JC Latt\u00e8s, 1977), que organiza el encuentro de ciencia ficci\u00f3n, mitolog\u00eda y narraci\u00f3n, sin convencer demasiado. Incluyendo a su autor, quien, cuando simplemente no se olvida de mencionarlo, lo resta importancia con un: \u201cNo fue muy bueno. \u00bb<\/em><\/p>\nTe queda el 70,9% de este art\u00edculo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.<\/strong><\/p>\n<\/p><\/div>\n
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