{"id":973109,"date":"2024-01-20T09:38:57","date_gmt":"2024-01-20T09:38:57","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/comentario-invitado-contando-como-fue-trabajando-la-historia-en-un-mundo-desencantado\/"},"modified":"2024-01-20T09:39:00","modified_gmt":"2024-01-20T09:39:00","slug":"comentario-invitado-contando-como-fue-trabajando-la-historia-en-un-mundo-desencantado","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/comentario-invitado-contando-como-fue-trabajando-la-historia-en-un-mundo-desencantado\/","title":{"rendered":"COMENTARIO INVITADO – Contando c\u00f3mo fue – trabajando la historia en un mundo desencantado"},"content":{"rendered":"


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En una \u00e9poca de verdades r\u00e1pidas en la que el \u201cconocimiento\u201d posf\u00e1ctico (o lo \u201csiempre conocido\u201d) ideol\u00f3gico est\u00e1 rampante, la historiograf\u00eda se encuentra en una posici\u00f3n dif\u00edcil. Aunque la historia no tiene muchas respuestas, s\u00ed plantea las preguntas correctas.<\/p>\n

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Los cronistas de la Europa premoderna no ten\u00edan dudas de que s\u00f3lo Dios determinaba el curso de la historia. El Se\u00f1or fue considerado autor de tres grandes libros a trav\u00e9s de los cuales se comunicaba con su pueblo: la Biblia, la naturaleza y, por supuesto, la historia. Siempre se sospech\u00f3 que los fen\u00f3menos celestes y otros fen\u00f3menos naturales eran comentarios del Se\u00f1or sobre lo presente o profetizaban lo que estaba por venir. Un terremoto podr\u00eda presagiar la muerte inminente de un potentado, un cometa vagando por el firmamento promet\u00eda caos en la Tierra.<\/p>\n

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El curso mismo de la historia apareci\u00f3 como un espect\u00e1culo dirigido por Dios. Mostr\u00f3 las buenas consecuencias de las buenas acciones, que trajeron victorias y coronas como recompensa. Y demostr\u00f3 las terribles consecuencias de las malas acciones. El fin de todo el evento mundial era seguro. C\u00f3mo funcionar\u00eda se puede leer en el Apocalipsis. Como es bien sabido, la justicia absoluta llegar\u00e1 a los pueblos con el D\u00eda Postrero. Los malos esperan la condenaci\u00f3n, los buenos esperan la bienaventuranza eterna.<\/p>\n

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Una masa de criaturas bacterianas pensantes.<\/span><\/h2>\n

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Hegel segu\u00eda opinando que el \u201cmundo de la voluntad\u201d no se dejaba al azar. Los \u201cacontecimientos de los pueblos\u201d est\u00e1n dominados por un fin \u00faltimo. Hegel consideraba que el hecho de que la raz\u00f3n divina act\u00faa en la historia mundial era una verdad que no requer\u00eda prueba. Ella misma es \u201cimagen y obra de la raz\u00f3n\u201d. \u00c9l ve las guerras y las cat\u00e1strofes como desaf\u00edos que s\u00f3lo impulsaron al esp\u00edritu mundial a producir cosas nuevas y mejores. Sin inmutarse, avanza hacia su objetivo: un para\u00edso donde reina la libertad y la racionalidad determina todas las acciones.<\/p>\n

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Incluso Jacob Burckhardt s\u00f3lo sent\u00eda sarcasmo ante tales sue\u00f1os. En \u201cConsideraciones sobre la historia mundial\u201d escribe: \u201cEsta audaz anticipaci\u00f3n de un plan mundial conduce a errores porque se basa en suposiciones err\u00f3neas\u201d.<\/p>\n

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Puede resultar dif\u00edcil comprender las causas de un conflicto: pensemos en la escalada de violencia en Israel y Gaza.<\/p><\/blockquote>\n

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En el curso del proceso de secularizaci\u00f3n moderno \u2013el \u201cdesencanto del mundo\u201d del que habla Max Weber\u2013 Dios gradualmente fue saliendo de la historia. Ludwig Feuerbach convirti\u00f3 al creador del hombre en su criatura, una mera proyecci\u00f3n de la imaginaci\u00f3n humana. Y el oponente de Hegel, Schopenhauer, describi\u00f3 a la humanidad como una masa de seres bacterianos pensantes sobre la corteza solidificada de una bola de fuego que flota en el espacio, donde \u00abse api\u00f1an, conducen, atormentan, surgiendo y desapareciendo inquieta y r\u00e1pidamente, en el tiempo inicial y sin fin\u00bb.<\/p>\n

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El cuadro parece corresponder m\u00e1s estrechamente a nuestra \u00e9poca moderna con sus guerras y crisis que al optimismo de Hegel y sus herederos.<\/p>\n

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No s\u00f3lo desde Auschwitz ha sido dif\u00edcil creer que un Dios bueno, omnisciente y todopoderoso tenga la historia en sus suaves manos. La tesis del polit\u00f3logo estadounidense Francis Fukuyama de que tras la ca\u00edda de la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica la democracia y el liberalismo hab\u00edan triunfado para siempre y que hab\u00eda llegado el fin de la historia no era m\u00e1s que el resplandor de las ideas de Hegel que se hab\u00edan extinguido hac\u00eda mucho tiempo. Y nadie sabe si el final ser\u00e1 bueno o terrible, una cat\u00e1strofe provocada por el hombre. Ni siquiera es posible predecir con certeza el tiempo durante m\u00e1s de unos pocos d\u00edas. Y la historia es mucho m\u00e1s complicada que el clima.<\/p>\n

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Visi\u00f3n globalmente ampliada<\/span><\/h2>\n

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Por el momento, la historiograf\u00eda tiene que encontrar su camino en el caos del enjambre de bacterias de Schopenhauer. La disoluci\u00f3n de los modelos hist\u00f3ricos universales tradicionales corresponde a la expansi\u00f3n de los temas de la investigaci\u00f3n hist\u00f3rica hacia una diversidad inmanejable. Historia, eso es todo, en lo que respecta a la tradici\u00f3n: experiencias y conocimientos de las personas desde el principio en el ocaso del mito. Se ocupa de la vida cotidiana de la gente, reconstruye las relaciones de g\u00e9nero, investiga el destino de los forasteros perseguidos, torturados y condenados y explora los sue\u00f1os mismos. La visi\u00f3n se ha expandido a lo global. No se descuidan los grandes temas antiguos, como la historia de los estados o las biograf\u00edas.<\/p>\n

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Hace 200 a\u00f1os, Leopold von Ranke resumi\u00f3 su visi\u00f3n del oficio de historia con una frase que se cita a menudo hoy en d\u00eda: no deber\u00eda juzgar ni instruir sobre el pasado, sino simplemente decir \u201cc\u00f3mo fue realmente\u201d. Incluso esta tarea no es f\u00e1cil de realizar. Es a\u00fan m\u00e1s dif\u00edcil de explicar. Por qu\u00e9<\/em> algo fue. El fil\u00f3sofo Michel Serres se\u00f1ala que la historia es \u00abel lugar de las grandes causas sin efectos, de los efectos poderosos por razones triviales, de las consecuencias fuertes por causas d\u00e9biles, de los efectos estrictos por razones accidentales\u00bb.<\/p>\n

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Si se saca el prop\u00f3sito de Dios de la historia y se deja abierto, el poder del azar ciego (eventos no intencionales sin ning\u00fan prop\u00f3sito superior) puede ser abrumador. El historiador Jack Goldstone, por ejemplo, se permiti\u00f3 como experimento mental modificar ligeramente lo ocurrido en la batalla del Boyne, cuando el protestante Guillermo de Orange derrot\u00f3 a su rival cat\u00f3lico James el 11 de julio de 1690. Una bala que hiri\u00f3 a Wilhelm en el hombro habr\u00eda golpeado su coraz\u00f3n un poco m\u00e1s profundamente y lo habr\u00eda matado. Esos pocos cent\u00edmetros podr\u00edan haber tenido un significado enorme: si el rey hubiera ca\u00eddo, seg\u00fan Goldstone, Inglaterra habr\u00eda seguido siendo cat\u00f3lica, Francia se habr\u00eda convertido en la primera potencia europea y la Revoluci\u00f3n Industrial no se habr\u00eda producido. Queda por ver qu\u00e9 tan probable es tal escenario.<\/p>\n

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Los juegos contraf\u00e1cticos como estos pueden resultar entretenidos, pero no se consideran especialmente serios. Los intentos de determinar los puntos de inflexi\u00f3n reales de los acontecimientos no son menos especulativos. Nadie sabe si la historia de Europa habr\u00eda sido diferente si Napole\u00f3n hubiera ganado en Waterloo el 18 de junio de 1815. No es seguro que en aquel entonces estuviera realmente transcurriendo un \u201cminuto mundial\u201d, como dice Stefan Zweig en sus \u201cMagn\u00edficas horas de la humanidad\u201d. Inglaterra podr\u00eda haber vuelto a formar una coalici\u00f3n contra el Emperador para restablecer el equilibrio de poder en el continente.<\/p>\n

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Lo que transmite la historiograf\u00eda nunca es la verdad, como la que se conoce en f\u00edsica. Una cr\u00edtica meticulosa de las fuentes a\u00fan puede proporcionar una idea bastante precisa de lo que sucedi\u00f3 y cu\u00e1les fueron las causas. Explicar algo hist\u00f3ricamente significa contar una historia basada en hechos. Tiene que tener en cuenta todas las cosas impredecibles de las que habla Serres.<\/p>\n

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\u00c9sta es una de las razones por las que algunos libros hist\u00f3ricos son tan densos y por los que hay muchos. En la casa de la muerte de Abraham Lincoln en Washington hay una torre de libros, de m\u00e1s de tres pisos de altura, rodeada por una escalera de caracol: libros sobre libros, unos 7.000, todos ellos sobre el presidente y su \u00e9poca. El monumento realizado en papel y cart\u00f3n es un s\u00edmbolo de la complejidad de la investigaci\u00f3n hist\u00f3rica, aunque s\u00f3lo trate de los pensamientos, acciones y muertes de un hombre.<\/p>\n

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Se podr\u00edan acumular monta\u00f1as enteras de libros sobre muchos otros temas. Puede resultar dif\u00edcil comprender las causas de un conflicto: pensemos en la escalada de violencia en Israel y Gaza. Tampoco es f\u00e1cil transmitir perspectivas diferenciadas en un acalorado discurso p\u00fablico. Las redes sociales y los programas de entrevistas prefieren declaraciones concisas, no narrativas prolijas. Pero la historia no es simplemente blanco y negro. Por cierto, muchas veces se pasa por alto que intentar explicar un acontecimiento no significa necesariamente legitimarlo.<\/p>\n

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\u00bfAprender de la historia?<\/span><\/h2>\n

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El pasado nunca se repite exactamente. Las comparaciones, aunque tienen limitaciones, proporcionan informaci\u00f3n sobre algo m\u00e1s general: c\u00f3mo surgen los imperios y por qu\u00e9 caen. C\u00f3mo funciona el poder. Por qu\u00e9 estallan las guerras y c\u00f3mo hacer la paz. C\u00f3mo muere la democracia.<\/p>\n

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Un ejemplo de c\u00f3mo se derivaron opciones de acci\u00f3n a partir de ese conocimiento es la reacci\u00f3n a la crisis de las hipotecas de alto riesgo. En aquel momento, pol\u00edticos y economistas se enfrentaron a las consecuencias devastadoras de la crisis burs\u00e1til de Nueva York del 24 de octubre de 1929: quiebras, desempleo, radicalizaci\u00f3n pol\u00edtica. Ben Bernanke, entonces jefe de la Reserva Federal de Estados Unidos, hab\u00eda escrito a\u00f1os antes: \u201cComprender la Gran Depresi\u00f3n es el Santo Grial de la macroeconom\u00eda\u201d. A diferencia de la \u00faltima Rep\u00fablica de Weimar, cuando el gobierno alem\u00e1n mantuvo sus pol\u00edticas de austeridad a pesar de la crisis y aplic\u00f3 pol\u00edticas deflacionarias, los gobiernos y los bancos centrales ahora dependen de tasas de inter\u00e9s bajas y programas de est\u00edmulo econ\u00f3mico de miles de millones de d\u00f3lares. Entonces intentaron evitar los errores de esa \u00e9poca.<\/p>\n

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La historia contiene muchas lecciones \u00fatiles. Sin embargo, con demasiada frecuencia est\u00e1 justificado decir que la gente no ha aprendido nada de ello. El autoritarismo est\u00e1 ganando aprobaci\u00f3n en todo el mundo. Los delincuentes con traje o uniforme inician guerras. Los escuadrones con gran talento en relaciones p\u00fablicas ganan votos con lemas que ya hemos encontrado en discursos de fascistas y nazis. . .<\/p>\n

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Se podr\u00eda seguir as\u00ed. Y, sin embargo, la \u00fanica respuesta a la pregunta de si realmente podemos aprender de la historia es la contrapregunta: \u00bfde qu\u00e9 m\u00e1s?<\/p>\n

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Bernd Roeck<\/strong> es profesor em\u00e9rito de historia general y moderna de Suiza en la Universidad de Zurich. Escribi\u00f3 el volumen de 1.300 p\u00e1ginas: \u201cLa ma\u00f1ana del mundo. Historia del Renacimiento\u201d (2018).<\/p>\n

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