\n<\/aside>\n<\/p>\n
Cuando se trata de rocas espaciales que chocan contra la Tierra, dos destacan. Est\u00e1 el que mat\u00f3 a los dinosaurios hace 65 millones de a\u00f1os (\u00a1adi\u00f3s T-rex, hola mam\u00edferos!) y el que form\u00f3 la Luna de la Tierra. El asteroide que se precipit\u00f3 hacia la pen\u00ednsula de Yucat\u00e1n y diezm\u00f3 a los dinosaurios ten\u00eda apenas 10 kil\u00f3metros de di\u00e1metro. El objeto que form\u00f3 la Luna, por otro lado, pudo haber sido del tama\u00f1o de Marte. Pero entre el gigantesco impacto que form\u00f3 la luna y el presagio comparativamente diminuto de la muerte de los dinosaurios, la Tierra ciertamente fue golpeada por otros cuerpos.<\/p>\n
En la reuni\u00f3n de oto\u00f1o de 2023 de la Uni\u00f3n Geof\u00edsica Estadounidense, los cient\u00edficos discutieron lo que encontraron en lo que respecta a c\u00f3mo nuestro planeta ha sido moldeado por los asteroides que impactaron la Tierra primitiva, causando de todo, desde voluminosos derretimientos que cubrieron franjas de la superficie hasta antiguos tsunamis que arrasaron el mundo.<\/p>\n
Fundido de modelado<\/h2>\n Cuando el impactador que form\u00f3 la Luna se estrell\u00f3 contra la Tierra, gran parte del mundo se convirti\u00f3 en un mar de roca derretida llamado oc\u00e9ano de magma (si es que no estaba ya derretido). Despu\u00e9s de este punto, la Tierra no tuvo m\u00e1s adiciones importantes de masa, dijo Simone Marchi, cient\u00edfica planetaria del Southwest Research Institute que crea modelos inform\u00e1ticos del Sistema Solar primitivo y sus cuerpos planetarios, incluida la Tierra. \u201cPero todav\u00eda hay escombros volando por ah\u00ed\u201d, dijo. Es posible que esta \u00faltima fase de acreci\u00f3n haya carecido de otro impacto a escala lunar, pero probablemente cont\u00f3 con la llegada de grandes asteroides. Las predicciones sobre el tama\u00f1o y la frecuencia de distribuci\u00f3n de estos restos espaciales indican \u00abque tiene que haber un n\u00famero sustancial de objetos mayores a, digamos, 1.000 kil\u00f3metros de di\u00e1metro\u00bb, dijo Marchi.<\/p>\n
Desafortunadamente, hay poca evidencia obvia en el registro rocoso de estos impactos antes de hace unos 3.500 millones de a\u00f1os. As\u00ed, cient\u00edficos como Marchi pueden mirar a la Luna para estimar el n\u00famero de objetos que debieron haber chocado con la Tierra.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nArmados con el tama\u00f1o y la cantidad de impactadores, Marchi y sus colegas construyeron un modelo que describe, en funci\u00f3n del tiempo, el volumen de fusi\u00f3n que este impacto debe haber producido en la superficie de la Tierra. Los oc\u00e9anos de magma quedaron en el pasado, pero los impactadores de m\u00e1s de 100 kil\u00f3metros de di\u00e1metro todav\u00eda derritieron una gran cantidad de roca y debieron alterar dr\u00e1sticamente la Tierra primitiva.<\/p>\n
A diferencia de los impactos m\u00e1s peque\u00f1os, seg\u00fan los modelos, el volumen de fusi\u00f3n generado por objetos de este tama\u00f1o no se localiza dentro de un cr\u00e1ter. Cualquier cr\u00e1ter existe s\u00f3lo moment\u00e1neamente, ya que la roca es demasiado fluida para mantener cualquier tipo de estructura. Marchi compara esto con arrojar una piedra al agua. \u201cHay un momento en el que tienes una cavidad en el agua, pero luego todo colapsa y se llena porque es un fluido\u201d.<\/p>\n
El volumen de derretimiento es mucho mayor que la cantidad de roca excavada, por lo que Marchi puede calcular cu\u00e1nto derretimiento podr\u00eda haberse derramado y cubierto partes de la superficie de la Tierra con cada impacto. El resultado es un mapa sorprendente del volumen de fusi\u00f3n. Durante los primeros mil millones de a\u00f1os aproximadamente de la historia de la Tierra, casi toda la superficie habr\u00eda presentado en alg\u00fan momento un barniz de fusi\u00f3n por impacto. Gran parte de esa historia ha desaparecido porque los procesos atmosf\u00e9ricos, superficiales y tect\u00f3nicos de nuestro planeta activo modifican constantemente gran parte del registro de las rocas.<\/p>\n
bolas de cristal<\/h2>\n Incluso hace entre 3.500 y 2.500 millones de a\u00f1os, el registro de rocas es escaso. Pero dos lugares, Australia y Sud\u00e1frica, conservan evidencia de impactos en forma de esf\u00e9rulas. Estas peque\u00f1as bolas de vidrio se forman inmediatamente despu\u00e9s de un impacto que env\u00eda roca vaporizada hacia el cielo. A medida que la columna regresa a la Tierra, peque\u00f1as gotas comienzan a condensarse y caer como lluvia.<\/p>\n\nAgrandar
\/<\/span> Lecho de esf\u00e9rulas del impacto S3 en n\u00facleo de perforaci\u00f3n. Aqu\u00ed, los lechos de esf\u00e9rulas de S3 se depositaron en agua lo suficientemente profunda como para no diluirse con otros detritos.<\/span><\/div>\nNadja Drabon, Harvard<\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
\u00abEs sorprendente que podamos encontrar estas capas de esf\u00e9rulas generadas por impactos que se remontan a hace 3.500 millones de a\u00f1os\u00bb, dijo Marchi.<\/p>\n<\/p><\/div>\n
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