Amphiprion ocellaris<\/em>) parecen reconocer diferentes especies de peces payaso contando rayas blancas.<\/div>\nKina Hayashi<\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n\n<\/aside>\n<\/p>\n
Mucha gente tiende a pensar en el pez payaso, con sus distintivas barras blancas sobre un fondo naranja, rojo o negro, como una especie de pez amigable, quiz\u00e1s influenciado hasta cierto punto por la popular pel\u00edcula de Pixar. Buscando a Nemo<\/em>. Pero el pez payaso puede ser bastante territorial cuando se trata de defender a su an\u00e9mona anfitriona de la intrusi\u00f3n de otros, particularmente aquellos de su propia especie. Un nuevo art\u00edculo publicado en el Journal of Experimental Biology describe c\u00f3mo los peces payaso determinan si un pez que se acerca a su hogar es amigo o enemigo \u00abcontando\u00bb el n\u00famero de barras o rayas blancas en sus cuerpos.<\/p>\nComo se inform\u00f3 anteriormente, la capacidad matem\u00e1tica a menudo se considera exclusivamente humana, pero de hecho, los cient\u00edficos han descubierto que muchas especies animales, incluidos leones, chimpanc\u00e9s, p\u00e1jaros, abejas, hormigas y peces, parecen poseer al menos una capacidad de conteo o sentido num\u00e9rico rudimentario. . Los cuervos pueden entender el concepto de cero. Lo mismo pueden hacer las abejas, que tambi\u00e9n pueden sumar y restar, al igual que las mantarrayas y los c\u00edclidos, al menos para un peque\u00f1o n\u00famero de objetos (en el rango de uno a cinco). Algunas hormigas cuentan sus pasos.<\/p>\n
Esta llamada \u00abnumerosidad\u00bb simplemente se refiere al n\u00famero de cosas en un conjunto, seg\u00fan el psic\u00f3logo cognitivo Brian Butterworth, profesor em\u00e9rito del University College de Londres y autor de \u00bfPueden los peces contar? Lo que los animales revelan sobre nuestras mentes exclusivamente matem\u00e1ticas<\/em>. No tiene nada que ver con el razonamiento o la inteligencia l\u00f3gica matem\u00e1tica. Esta es informaci\u00f3n que estar\u00e1 en el medio ambiente, y el conteo de animales debe tener alg\u00fan mecanismo para extraer esta informaci\u00f3n num\u00e9rica del medio ambiente. Pero, no obstante, constituye un campo de estudio fascinante.<\/p>\nEn 2022, Kina Hayashi del Instituto de Ciencia y Tecnolog\u00eda de Okinawa (OIST) y varios colegas descubrieron que el pez payaso muestra un comportamiento m\u00e1s agresivo (p. ej., perseguir o morder) hacia los peces (o juguetes para peces) con patrones de barras verticales en comparaci\u00f3n con los peces con rayas horizontales. patrones y que este comportamiento agresivo dur\u00f3 m\u00e1s cuando se dirigi\u00f3 a peces con barras verticales que a barras horizontales. Este comportamiento parece influir en la posici\u00f3n de las especies de peces entre las an\u00e9monas hospedadoras y los arrecifes de coral: ning\u00fan pez con barras verticales busc\u00f3 refugio en las an\u00e9monas hospedadoras, mientras que varias especies con barras verticales se encontraron en los arrecifes de coral circundantes. Pero no estaba claro c\u00f3mo los peces reconoc\u00edan los patrones de color o qu\u00e9 reglas b\u00e1sicas controlaban esta se\u00f1alizaci\u00f3n. Los resultados del estudio sugirieron que no se basaba en la mera presencia de barras blancas o en la cantidad de color blanco presente en el cuerpo de un pez determinado.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\n\nAgrandar
\/<\/span> Los modelos de pl\u00e1stico utilizados para medir el comportamiento agresivo del pez an\u00e9mona payaso.<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\nEste nuevo estudio se basa en ese trabajo anterior. Esta vez, Kayashi y sus coautores criaron un banco de peces payaso comunes j\u00f3venes (A. ocellaris<\/em>) de los huevos para garantizar que el pez nunca hubiera visto otras especies de pez an\u00e9mona. A los seis meses de edad, los peces conocieron varias otras especies de peces payaso, incluido el pez an\u00e9mona de Clarke (A. clarkii<\/em>), pez payaso zorrillo naranja (A. sandaracinos<\/em>), y pez payaso silla de montar (A. polimno<\/em>).<\/p>\nLos investigadores colocaron diferentes especies de peces payaso, con diferente n\u00famero de barras blancas, en peque\u00f1as cajas dentro de un tanque con una colonia de peces payaso y filmaron su reacci\u00f3n. Debido a que estaban en un entorno de tanque controlado, no hubo persecuci\u00f3n ni mordida. M\u00e1s bien, el comportamiento agresivo se defini\u00f3 como mirar agresivamente a los otros peces y rodear la caja en la que se encontraban los otros peces.<\/p>\n
Siguieron con una segunda serie de experimentos en los que presentaron una colonia de peces payaso con diferentes modelos de pl\u00e1stico pintados con colores precisos de pez payaso, con diferentes n\u00fameros de rayas blancas. Los investigadores tambi\u00e9n filmaron y midieron el grado de comportamiento agresivo dirigido a los diferentes modelos de pl\u00e1stico.<\/p>\n\n\n Pez payaso mostrando agresi\u00f3n hacia otro pez con rayas similares. Cr\u00e9dito: Kina Hayashi<\/video> <\/p>\nPez payaso mostrando agresi\u00f3n hacia otro pez con rayas similares. Cr\u00e9dito: Kina Hayashi <\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
Los resultados: \u00abLa frecuencia y duraci\u00f3n de los comportamientos agresivos en el pez an\u00e9mona payaso fue m\u00e1s alta hacia los peces con tres barras como ellos\u00bb, dijo Hayashi, \u00abmientras que fueron m\u00e1s bajas con los peces con una o dos barras, y m\u00e1s bajas hacia aquellos sin barras verticales, lo que sugiere que son capaces de contar el n\u00famero de barras para reconocer la especie del intruso\u201d.<\/p>\n
Hayashi et al. Advirtieron que una limitaci\u00f3n de su estudio es que todos los peces utilizados en los experimentos nacieron y se criaron en un ambiente donde solo hab\u00edan encontrado otros peces de su propia especie. Por lo tanto, no pudieron determinar de manera concluyente si el comportamiento observado era innato o aprendido. Otras especies de peces payaso tambi\u00e9n utilizan las mismas especies de an\u00e9mona como hu\u00e9spedes, por lo que el comportamiento agresivo hacia esas especies podr\u00eda ser m\u00e1s frecuente en la naturaleza que el observado en el entorno de un tanque de laboratorio.<\/p>\n
Journal of Experimental Biology, 2024. DOI: 10.1242\/jeb.246357 (Acerca de los DOI).<\/p>\n<\/p><\/div>\n
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