{"id":993182,"date":"2024-02-03T06:39:06","date_gmt":"2024-02-03T06:39:06","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/bajate-del-pedestal-la-turba-asalta-monumentos-a-ancianos-blancos-esto-encaja-en-una-epoca-que-ha-olvidado-como-vivir-con-la-ambivalencia\/"},"modified":"2024-02-03T06:39:08","modified_gmt":"2024-02-03T06:39:08","slug":"bajate-del-pedestal-la-turba-asalta-monumentos-a-ancianos-blancos-esto-encaja-en-una-epoca-que-ha-olvidado-como-vivir-con-la-ambivalencia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/bajate-del-pedestal-la-turba-asalta-monumentos-a-ancianos-blancos-esto-encaja-en-una-epoca-que-ha-olvidado-como-vivir-con-la-ambivalencia\/","title":{"rendered":"\u00a1B\u00e1jate del pedestal!: La turba asalta monumentos a ancianos blancos. Esto encaja en una \u00e9poca que ha olvidado c\u00f3mo vivir con la ambivalencia."},"content":{"rendered":"


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Cook, Col\u00f3n, Kant, Churchill: los gigantes de la historia son arrancados del pedestal. La indignaci\u00f3n con la que los activistas atacan las im\u00e1genes de sus enemigos muestra la ira arrogante de los moralistas.<\/p>\n

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Lo m\u00e1s llamativo de los monumentos es que no se notan, escribe Robert Musil: S\u00f3lo los pies de la estatua de James Cook en Melbourne son visibles despu\u00e9s de que los activistas la destruyeran la semana pasada.<\/h2>\n

Diego Fedele \/ Imago<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

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Fue casi como un linchamiento: la semana pasada, desconocidos destruyeron el monumento a James Cook en Melbourne. La ma\u00f1ana del 26 de enero, cuando Australia celebra el inicio de la colonizaci\u00f3n brit\u00e1nica del continente, el podio del parque St Kilda estaba vac\u00edo. La estatua yac\u00eda en el suelo junto a ella. Los pies de la escultura todav\u00eda est\u00e1n en pie, limpiamente cortados, a la altura de los tobillos. En la base dice: \u201cLa colonia caer\u00e1\u201d, pintado con spray en rojo.<\/p>\n

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Unos doscientos cincuenta a\u00f1os despu\u00e9s de que Cook fuera asesinado por lugare\u00f1os en Hawaii, los v\u00e1ndalos de Melbourne ahora lo han matado simb\u00f3licamente. No era la primera vez que el monumento era atacado. Y Cook no es el \u00fanico blanco de la ira de los activistas. Tambi\u00e9n se roci\u00f3 con pintura el monumento a la reina brit\u00e1nica Victoria en Melbourne. El mensaje detr\u00e1s de esto es claro: la llegada de los brit\u00e1nicos a Australia no es motivo de celebraci\u00f3n. Australia deber\u00eda romper con su historia colonial.<\/p>\n

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El derrumbe de un monumento en Melbourne no es un incidente aislado. Desde \u201cBlack Lives Matter\u201d, los actos de vandalismo en monumentos se han convertido en la orden del d\u00eda. Desde James Cook y Crist\u00f3bal Col\u00f3n hasta Kant, Bismarck y Winston Churchill: no s\u00f3lo en Australia, sino tambi\u00e9n en Estados Unidos y Europa, la presencia p\u00fablica de los grandes viejos blancos se considera cada vez m\u00e1s ofensiva. Como expresi\u00f3n de una visi\u00f3n de la historia que ve a Europa como el centro de la tierra y hace obvia la divisi\u00f3n del mundo en blancos y negros, entre gobernantes y gobernados.<\/p>\n

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La imagen de un racista.<\/span><\/h2>\n

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Si se atrapa a los perpetradores de Melbourne, probablemente justificar\u00e1n su acci\u00f3n de la misma manera que los activistas que hundieron el monumento a Edward Colston, un fil\u00e1ntropo del siglo XVII, en el r\u00edo de Bristol en junio de 2020: se atribuyeron la responsabilidad, pero negaron haber causado cualquier da\u00f1o. Ante el tribunal se presentaron como benefactores de la humanidad y argumentaron que la demolici\u00f3n del monumento estaba justificada. En todo sentido.<\/p>\n

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Porque el verdadero delito no es da\u00f1ar una estatua, sino erigir la imagen de un racista y asesino en plena ciudad. La estatua de Colston es un \u00abmonumento al racismo\u00bb. Derribarlo habr\u00eda puesto fin a un crimen de odio, dijo uno de los acusados: Un monumento tan cuestionable en el centro de Bristol ser\u00eda como poner una estatua de Hitler frente a la cara de un sobreviviente del Holocausto.<\/p>\n

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La comparaci\u00f3n es err\u00f3nea, pero en realidad es cuestionable si Edward Colston (1636-1721) es un modelo a seguir adecuado. No s\u00f3lo fue un exitoso hombre de negocios y pol\u00edtico. Era un traficante de esclavos. Hizo su fortuna enviando a cientos de miles de personas desde \u00c1frica occidental al Caribe como vicegobernador de la Royal African Company para venderlas all\u00ed. Miles de ellos murieron durante la traves\u00eda. Sus cuerpos fueron arrojados al mar. Es dif\u00edcil entender que se describa a Colston como \u201cvirtuoso y sabio\u201d en la inscripci\u00f3n del monumento.<\/p>\n

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Lo que se consider\u00f3 razonable<\/span><\/h2>\n

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Los fiscales del juicio de Bristol defendieron el monumento. Argumentaron que Colston era un hombre de su tiempo. Hizo lo que se consider\u00f3 permisible y razonable en ese momento. Aparte de que fue un gran benefactor que fund\u00f3 escuelas, iglesias, hospitales y asilos en su ciudad natal. Y sobre todo: el da\u00f1o a la propiedad sigue siendo un da\u00f1o a la propiedad, independientemente del objeto sobre el que se cometa.<\/p>\n

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Se podr\u00edan esgrimir argumentos similares para salvar el honor de James Cook. Pero, por supuesto, esto no convence a los iconoclastas modernos. De lo contrario. Eso es exactamente lo que les importa. Con sus acciones quieren demostrar que la visi\u00f3n predominante de la historia se basa en personas e ideas que no s\u00f3lo son obsoletas, sino tambi\u00e9n criminales y asesinas. Y quieren mostrar a la sociedad lo doloroso y discriminatorio que es que los due\u00f1os de esclavos y los colonialistas de tiempos pasados \u200b\u200btodav\u00eda sean honrados p\u00fablicamente. Incluso en los pa\u00edses que las sufrieron.<\/p>\n

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Cook, Colston, Columbus: Desde la perspectiva actual, eran racistas, sin duda. Probablemente a ninguno de ellos se le erigir\u00eda un monumento. Y sus logros se eval\u00faan con mucha m\u00e1s seriedad que hace cien a\u00f1os, cuando eran glorificados como h\u00e9roes. Cook fue un conquistador testarudo cuyo objetivo final era apoderarse de tierras para la corona brit\u00e1nica. Colston hizo todo lo posible mientras el negocio fuera rentable y el gran descubrimiento de Col\u00f3n fue, en \u00faltima instancia, un error grandioso.<\/p>\n

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La ira de los justos<\/span><\/h2>\n

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Para los descendientes de personas que fueron separadas de sus familias en \u00c1frica en el siglo XVIII y vendidas como ganado, es comprensiblemente insoportable que los traficantes de esclavos y los colonizadores sean celebrados p\u00fablicamente, incluso si los acontecimientos asociados con ellos se remontan a m\u00e1s de doscientos a\u00f1os. mientre detras. En muchos casos, los caballeros que se sientan en sus pedestales en los parques de la ciudad son de poca utilidad como representantes de los valores democr\u00e1ticos. Y algunos monumentos ya pasaron su fecha de vencimiento.<\/p>\n

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Sin embargo, siguen siendo testigos de su tiempo. Ninguna iconoclasia podr\u00e1 deshacer los cr\u00edmenes del pasado. Y la historia no se puede suprimir. Donde menos duele. Edward Colston sigue estando presente en Bristol, incluso si la imagen de un manifestante de Black Lives Matter ahora se encuentra en el lugar de su monumento. El legado de Cook no puede hundirse en el puerto de Melbourne, y el racismo no puede ser derrotado, incluso si las estatuas del general de la Guerra Civil Robert Lee fueran derribadas en el sur de Estados Unidos.<\/p>\n

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\u00a1B\u00e1jate del pedestal! \u2013 La demanda encaja en una \u00e9poca que ha olvidado c\u00f3mo vivir con la ambivalencia. Cualquier cosa que te moleste tiene que desaparecer. Y lo que no se puede admirar se condena. Por supuesto, la historia no hay que celebrarla, sino m\u00e1s bien discutirla y negociarla. Sin embargo, la indignaci\u00f3n con la que los activistas poscoloniales atacan las estatuas de sus enemigos no muestra la voluntad de comprometerse seriamente con el pasado, sino m\u00e1s bien la ira arrogante de los moralistas. La indignaci\u00f3n de quienes se ven en el lado correcto de la historia.<\/p>\n

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\u00a1Fuera con \u00e9l!<\/span><\/h2>\n

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No les interesa la iluminaci\u00f3n, sino la venganza simb\u00f3lica. La ca\u00edda del monumento se convierte en un acontecimiento, preparado para lograr un impacto medi\u00e1tico, sobre un objeto muerto, aunque a veces inadecuado. Alemania no tiene a James Cook ni a Edward Colston. Entonces atacan a Bismarck. O Immanuel Kant, cuyo monumento en K\u00f6nigsberg fue manchado de pintura hace unos a\u00f1os. La izquierda aplaudi\u00f3: \u00bfKant? \u00a1Claro, deshazte de \u00e9l, el viejo racista! Y sobre todo: el te\u00f3rico de la raz\u00f3n, que, seg\u00fan la comprensi\u00f3n poscolonial, s\u00f3lo sirve de pretexto para que los blancos subyuguen al resto del mundo.<\/p>\n

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Se puede acusar a Kant de una cosa o de otra. Entre sus comentarios sobre los pueblos extranjeros hay algunos que se consideran racistas seg\u00fan el entendimiento actual. Esa es una cosa. La otra cosa, m\u00e1s importante desde el punto de vista hist\u00f3rico, ser\u00eda que defini\u00f3 y justific\u00f3 la libertad como el derecho humano m\u00e1s elevado, sin excepci\u00f3n y para todas las personas. Cook fue sin duda un colonialista. Pero tambi\u00e9n puede ser visto como un pionero de la globalizaci\u00f3n que cambi\u00f3 la forma en que vemos el mundo de una vez por todas.<\/p>\n

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Quien saque a los fantasmas del pasado del pedestal tambi\u00e9n debe mirarlos a los ojos. Y mant\u00e9n la mirada. Churchill, cuya estatua est\u00e1 pintada repetidamente con spray en la Plaza del Parlamento de Londres, era un imperialista y no pensaba mucho en las \u00abrazas subyugadas\u00bb. Esto no deber\u00eda mantenerse en secreto. Pero sin Churchill, Gran Breta\u00f1a y Europa no se habr\u00edan salvado del fascismo. No se gana nada con derribarlo de su pedestal.<\/p>\n

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Lo m\u00e1s sorprendente de los monumentos es que no los notas, escribi\u00f3 una vez Robert Musil. Se colocar\u00edan para llamar la atenci\u00f3n. Pero est\u00e1n extra\u00f1amente impregnados de atenci\u00f3n. Puedes pasar junto a ellos durante semanas y meses sin darte cuenta.<\/p>\n

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Debe haber, concluy\u00f3 Musil, \u201cuna maldad muy selecta\u201d en la construcci\u00f3n de monumentos a grandes hombres. S\u00f3lo ten\u00eda una explicaci\u00f3n para esto: \u00abComo ya no puedes hacerles da\u00f1o en vida, los arrojas al mar del olvido, como si tuvieran una piedra conmemorativa alrededor del cuello\u00bb. Eso est\u00e1 dicho inteligentemente. Pero mal. El furor con el que los activistas poscoloniales intentan eliminar a los grandes hombres de la historia occidental demuestra lo contrario. La historia sigue presente. Incluso en los monumentos pasamos descuidadamente. Y eso es bueno.<\/p>\n

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