La radiante sonrisa que siempre ha distinguido a Margrethe no se le iba a quitar a la monarca reinante ahora más longeva del mundo. «Resplandecía como la niña que era en 1948 cuando fue por primera vez al Teatro Real», dijo el crítico de teatro Jakob Steen Olsen para el periódico Berlingske, según la radio danesa después de un evento de gala el sábado por la noche. En el teatro en cuestión, la reina amante del arte y la cultura fue entretenida con extractos de obras de ballet, musicales y clásicas. A pedido de Margrethe, se guardó un minuto de silencio por la difunta Reina al comienzo del evento.