Abuso sexual en el deporte: la lucha de una exatleta olímpica


(…) A esta pregunta que aprieta mi cuerpo/ Hasta cuándo tendré que cargar con esta carga, otra vez/ Ahora/ Respondo/ Fuiste una niña / Fuiste víctima / No eres la culpable (…). » Esta elipse que evoca abusos sexuales y publicada el 10 de octubre en la cuenta de Instagram de la regatista Mathilde de Kerangat, campeona del mundo junior de Laser Radial en 2009 y 21mi de los Juegos Olímpicos de Río en 2016, causó revuelo en el mundo de la vela.

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¿El testimonio de la joven de 32 años tiene como objetivo romper la omertá en este ambiente? Un fenómeno denunciado – dos semanas antes – por un pequeño grupo de deportistas de regatas oceánicas en una “carta abierta” publicada por los medios de comunicación. Velas y Velerosrespaldado por el lanzamiento de una petición en la plataforma Change.org, con cerca de 2.000 firmas hasta la fecha?

«Es una coincidencia, restableció Mathilde de Kerangat, el 17 de octubre, en el café del antiguo puerto de La Rochelle, durante una entrevista con El mundo. No tenía conocimiento de esta petición, nunca he sufrido ningún ataque de ningún tipo en la navegación, y no conozco casos de este tipo en este entorno. »

Los hechos mencionados por esta joven solar sucedieron” entre 1998 y 2002 «, cuando ella había « entre 7 y 11 años «, y los atribuye inequívocamente al entrenador voluntario de casi sesenta años de la escuela de atletismo a la que asistía en ese momento, mientras ya practicaba vela.

“Estaba viviendo en apnea”

Desde su ingreso a los estudios deportivos de vela en la clase 6mi y hasta 2021, la Rochelaise siguió un rumbo preciso de esperanza olímpica dotada de estudios. Regatas en todos los mares del mundo, éxito académico coronado por un máster en derecho deportivo, una vida social intensa… Pero bajo su mirada clara y su encantadora sonrisa siempre se escondió un « malestar inexplicable «, ella dice.

“Vivía en apnea, sin poder experimentar la verdadera alegría, disfrutar de periodos de recuperación y vacaciones”, ella recuerda. Bloqueos percibidos por sus seres queridos, entrenadores y preparadores mentales, de los cuales ella “defiende”prefiriendo “mantén la cabeza en el manillar”. “En mi barco tuve momentos de ausencia. Más allá de la desconcentración, simplemente ya no estaba ahí…”

En 2020 se dedicó a terminar sus estudios, se enamoró del running y perdió 15 kilos. En la primavera de 2021 volvió a embarcarse, pero en 470 mixto, una nueva disciplina en el programa de los Juegos Olímpicos de París 2024. Ella y su compañera Sidoine Dantès tiraron la toalla seis meses después. “Estábamos progresando, pero no lo suficientemente rápido como para aspirar a la selección”ella describe.

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