Art Paris mejora con éxito las galerías francesas


La historia de Art Paris recuerda a la del Patito Feo, este pajarito condenado al ostracismo por sus amiguitos patitos porque no se parece a ellos: a medida que crece, resulta ser un hermoso cisne. ¿Qué no hemos oído de esta feria que inauguró sus 24y edición el 6 de abril en el Grand Palais efímero con 130 expositores: feria de los rechazados de la FIAC o la FIAC de los pobres, demasiado franco-francesa, provinciana, tantos reproches que resultaron ser activos. Cuando, en medio de una pandemia, Art Paris pudo beneficiarse de una ventana de flexibilización de restricciones, fue en 2020 una de las raras ferias en poder celebrarse de forma física, mientras las demás imaginaban exposiciones virtuales. En 2021, fue la primera en inaugurar el efímero Grand Palais.

Los comerciantes y coleccionistas en apuros, frustrados por ver el arte solo en sus computadoras, acudieron en masa (70,000 visitantes en 2021) y las ventas estaban en auge. Tanto es así que el evento integró prestigiosas galerías que hasta entonces lo rehuían y que encontraron allí nuevos clientes. Todo ello conservando las cualidades -aquellas consideradas como defectos por los snobs- que hacen su especificidad: su determinación de defender la escena francesa que acabamos descubriendo que tenía muy buenos talentos, entre los artistas pero también entre los comerciantes. El 60% de los expositores son de hecho galerías francesas – la proporción de galerías nacionales es más bien del 30% en las llamadas ferias internacionales – con un gran número (alrededor de quince) ubicadas en las provincias. Su clientela es mayoritariamente francesa o de países vecinos. “No son multimillonarios, dice Guillaume Piens, el director artístico de la feria, pero son numerosos, apasionados y fieles”.

«Galerías de autor»

Allí encuentran obras de alrededor de 900 artistas situados en un rango de precios (raros son los que superan los 100.000 euros) más asequibles que en las ferias más famosas, como Art Basel donde hay más bien millones. Esto sigue siendo rentable para los comerciantes gracias a uno de los costos de alquiler de stand más bajos del mercado: 615 euros por m² cuando en otros lugares se piden hasta 800 euros, si no más. Esto también les permite mostrar artistas menos esperados, tomar más riesgos. Las galerías muy jóvenes no se olvidan con un sector llamado “Promesas”, que incluye nueve de ellas. Eso es lo que más nos gusta de esta feria: allí no vemos las mismas cosas que en otros lugares, y la calidad está lejos de sufrir. “Estamos felices de tener líderes en el mercado, dice Guillaume Piens, pero también galerías pequeñas y medianas, esas que yo llamo “galerías de artistas”, como hablamos de cine de autor. Y me ocupo de acercarlos en el plano de la feria, un joven galerista en un stand de 30 m2 pudiendo ser vecino de un mastodonte implantado en 100 m2 : esto crea una verdadera dinámica y nos diferencia de otras ferias más jerarquizadas. »

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