Así es como la subida de tipos de la Fed podría hacer que comprar coches sea aún más caro


La Reserva Federal de EE. UU. volvió a subir una tasa de interés clave el miércoles, en un intento por frenar la inflación incluso cuando la economía muestra signos de desaceleración. Sin embargo, un efecto secundario del cambio podría ser la desaceleración de un mercado de automóviles que ya se encuentra en una situación difícil.

La Reserva Federal anunció un aumento del 0,75% en la tasa de fondos federales, luego de un aumento similar en junio. Esto lleva la tasa entre 2.25-2.5%, que es el punto más alto desde el verano de 2019. La Fed implementó los aumentos en respuesta a un aumento interanual del 9% en los precios al consumidor en junio, causado por la tasa más alta. tasa de inflación desde 1981 según Pew Research.

La tasa de fondos federales se refiere a la tasa a la que los bancos comerciales pueden pedir prestado dinero, que históricamente se ha ajustado en respuesta a las condiciones económicas. Una tasa de fondos federales baja puede reducir el interés de los préstamos de tasa variable, que a menudo se ven en hipotecas o financiamiento de automóviles, lo que impulsa el crecimiento económico. La desventaja: ese tipo de crecimiento económico puede acelerar la inflación y reducir los ahorros, lo que puede conducir a muchos otros problemas.

Las tasas de interés más altas tienen implicaciones inmediatas para el mercado de automóviles, que depende en gran medida de la financiación. Según Cox Automotive, el 85 % de los compradores de automóviles nuevos y el 39 % de los compradores de automóviles usados ​​financian la compra de vehículos nuevos. Es probable que los préstamos para automóviles, cada vez menos asequibles, reduzcan las ventas de automóviles, especialmente los nuevos, en un momento en que los fabricantes de automóviles ya están reportando caídas profundas como resultado de las fallas en la cadena de suministro.

Es posible que el aumento de las tasas solo profundice una caída que comenzó a fines de la década de 2010, cuando las ventas de automóviles en EE. UU. alcanzaron un máximo de más de 17 millones de vehículos al año. A partir de junio de 2022, la Asociación Nacional de Concesionarios de Automóviles pronosticó una tasa de ventas anual ajustada estacionalmente (o SAAR) de 13 millones, una caída de casi una cuarta parte en apenas media década. Hasta ahora, los fabricantes de automóviles han limitado el daño a sus resultados al enfatizar las ganancias por vehículo, pero la amenaza de la reducción de los presupuestos de los compradores podría limitar la efectividad de esa estrategia. En resumen, las señales apuntan a que el poder de compra de automóviles de EE. UU. se está reduciendo en un mal momento, lo que puede dificultar aún más que los compradores de automóviles puedan pagar los automóviles que necesitan.

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