Los calefactores móviles, como los radiadores de aceite, no pueden reemplazar el sistema de calefacción principal, pero hacen un buen trabajo brindando apoyo en habitaciones demasiado frías o como un reemplazo a corto plazo si falla el sistema de calefacción principal. Por otro lado, los radiadores de aceite no son adecuados para un funcionamiento continuo, ya que los dispositivos pueden costar bastante dinero debido al alto consumo de energía.
Aunque un radiador de aceite no reemplaza el sistema de calefacción principal, es significativamente más eficiente que un calentador de ventilador. La electricidad no solo se convierte en aire caliente, sino también en un medio de almacenamiento de calor, a saber, aceite térmico. El portador de calor luego transfiere el calor a la carcasa metálica del radiador. El aceite térmico (aceite mineral, aceite sintético o aceite biológico) se utiliza como portador de calor porque tiene muchas ventajas: El aceite es un buen acumulador de calor y no se expande tanto cuando se calienta. Además, no ataca los elementos calefactores del interior del aparato, a diferencia del agua, por ejemplo, y es ligero.
Los fabricantes no suelen especificar qué tipo de aceite se utiliza en el radiador de aceite, ya que de todos modos este es en circuito cerrado. En otras palabras, no tienes que rellenar el aceite y no debes abrir el radiador.