El rey podrá viajar sin necesidad de papeles, siempre que el pasaporte se expida a su nombre. Un privilegio del que es el único de la familia real en beneficiarse. Lo mismo para el permiso de conducir: el soberano no lo necesita para circular por las carreteras del Reino Unido.
El rey debe observar una estricta neutralidad política. Por eso no se le permite deslizar una papeleta en una urna. Tampoco puede presentarse a las elecciones. Pero todavía tiene un papel en la esfera política: abre las sesiones parlamentarias y nombra al Primer Ministro, con quien se reúne regularmente.
El soberano también puede celebrar su cumpleaños dos veces. Así lo hizo Isabel II, que sopló sus velas dos veces al año: el 21 de abril, día de su nacimiento, en privado, y en el momento de la celebración oficial de su cumpleaños. Esto se hacía tradicionalmente el segundo sábado de junio, una fecha que permitía escapar de los caprichos del clima inglés. Este también podría ser el caso de Carlos III, ya que su cumpleaños no tiene lugar en verano, sino el 14 de noviembre.