El plan estratégico Made in China 2025 para desarrollar la industria nacional de chips ha estimulado el establecimiento de decenas de miles de desarrolladores de semiconductores sin fábrica en la República Popular en tan solo unos años. Sin embargo, alrededor de 10.000 de estas empresas no han sobrevivido, a pesar de la ayuda de los gobiernos federal y local. Al parecer, China está preparando otra importante campaña de incentivos para las empresas de semiconductores, que proporcionará una compensación considerable por los gastos de I+D.
Un elemento central de esta política es un plan de deducción mejorado para los gastos de investigación y desarrollo de semiconductores. Las empresas que canalicen fondos hacia actividades de I+D y generen activos tangibles a partir de estos gastos serán recompensadas con generosas deducciones antes de impuestos. Específicamente, pueden anticipar una deducción del 120% del monto real gastado entre 2023 y 2027. Por el contrario, para las empresas cuyas inversiones en I+D culminan en la creación de activos intangibles, existe una disposición para amortizar estos activos antes de impuestos a una tasa sustancial de 220% del costo del activo durante el mismo período de cinco años.
Estos beneficios se proporcionarán a una amplia gama de empresas de semiconductores, incluidos los propios fabricantes de chips; diseñadores de chips sin fábrica; empresas de pruebas y embalaje de circuitos integrados; y aquellos involucrados en la producción de materiales utilizados en la fabricación de chips. Además, las empresas que desarrollen y construyan equipos de fabricación de obleas también obtendrán deducciones.
Si bien estas deducciones reducen significativamente la carga fiscal sobre las empresas, haciendo que las actividades de I+D sean más atractivas desde el punto de vista financiero, no significan que el gobierno esté pagando directamente a las empresas por sus actividades de I+D. En cambio, el gobierno simplemente está renunciando a posibles ingresos fiscales para incentivar a las empresas a invertir más en I+D.
Por ejemplo, si una empresa gasta 100 dólares en actividades de I+D que dan como resultado activos tangibles, puede deducir 120 dólares (120% de 100 dólares) de su renta imponible. Esto significa que obtienen una reducción de impuestos sobre una cantidad mayor a lo que realmente gastaron, lo que reduce su ingreso imponible y, en consecuencia, su obligación tributaria.
Si los gastos de I+D conducen a la creación de activos intangibles, la empresa puede amortizar (repartir) el coste de ese activo a lo largo del tiempo. En este caso, si el activo intangible cuesta $100, pueden deducir $220 (220% de $100) de su ingreso imponible durante el período especificado.
La elegibilidad de las empresas para los beneficios fiscales antes mencionados está determinada por su alineación con los criterios de estímulo nacionales y anuncios regulatorios específicos. Mientras tanto, las políticas fiscales preferenciales están estructuradas de manera que las empresas que califican se enumeran anualmente, con un mecanismo de verificación para aquellas que no están en la lista.