¿Qué tan bueno sería vivir en un mundo donde puedes mirar por la ventana y ver a Superman por ahí, volando, buscando su próxima gran misión? Para un niño pequeño en el pasado, Christopher Reeve le dio una verdadera sorpresa y lo convenció de que estaba viendo a Superman cuando el actor estaba filmando sus escenas.
En «Still Me», la autobiografía de Reeve de 1999, que ilustra la experiencia del actor como el Superman de la pantalla grande, la estrella recordó un día en que estaba filmando la película de 1978, la primera de su franquicia cinematográfica de superhéroes. El actor estaba ensayando para una escena en Brooklyn Heights de la ciudad de Nueva York, donde Superman rescata al gato de una niña de un árbol. La secuencia requirió que Reeve ensayara toda la tarde: la grúa que lo sostenía lo llevó más allá de las ventanas del séptimo piso de un edificio de apartamentos, donde un niño afortunado pudo ver.
Varias veces durante el día, Reeve fue recibido por el joven que miraba por la ventana. Para el actor fue un día complicado de rodaje. Para el niño, era un día cualquiera en Metrópolis.
Lea la historia de Reeve en sus propias palabras:
«Mi trayectoria de vuelo me llevó más allá de las ventanas del séptimo piso de un edificio de apartamentos. Llevaba ropa de calle y el arnés de vuelo con el pelo peinado al estilo Superman mientras volaba una y otra vez más allá de las mismas ventanas. Alrededor de las cinco en punto. un niño de unos siete años abrió la ventana de su habitación y gritó: ‘Oye, Superman, ¿cómo estás?'».