COMENTARIO – Un tribunal de la UE elimina a dos multimillonarios rusos de la lista de sanciones. Ya es hora de mejorar las medidas para que sean efectivas.


El tribunal de la UE ha eliminado a dos destacados magnates rusos de la lista de sanciones. Esto debilita las medidas occidentales. Es hora de mejorar el régimen de sanciones.

Una vista de la villa “Maureena” de Pjotr ​​​​Aven en Italia.

imágenes falsas

No basta con ser simplemente amigo del gobernante del Kremlin Vladimir Putin o estar cerca de él y de quienes lo rodean para estar sujeto a sanciones. Esto es parte de la justificación de un sorprendente fallo del tribunal de la UE. Los jueces de Luxemburgo anularon las medidas de la UE para incluir a los dos magnates rusos Mikhail Fridman y Pyotr Aven en la lista de sanciones y congelar sus activos. Esto también afecta a Suiza, que asume en gran medida las sanciones de la UE.

Expectativas exageradas y falsas

¿Es un éxito del Estado de derecho en la UE que también funcione para los rusos que están sujetos a sanciones, siendo Fridman también ciudadano israelí y Awen también ciudadano letón? ¿O es una declaración de bancarrota moral por parte de Occidente el hecho de que empresarios que se han beneficiado del régimen del Kremlin durante décadas ahora no sean procesados ​​-incluso si no se ha demostrado que hayan perjudicado la «integridad y soberanía de Ucrania» o la decisión rusa-? ¿Quiénes son los responsables de la guerra contra Ucrania?

La respuesta es: ninguna. Más bien, el fallo deja claro que el actual régimen de sanciones contra individuos es de poca utilidad. El éxito jurídico de los dos rusos actualmente sólo ayuda al Kremlin. Fridman y Awen permanecen en la lista de sancionados porque todavía se puede presentar un recurso de apelación y los dos empresarios siguen bajo sanciones debido a nuevas decisiones. Al mismo tiempo, las medidas occidentales parecen arbitrarias y se producirán más demandas contra ellas.

El problema es más profundo: en primer lugar, las expectativas de sanciones contra los llamados oligarcas siempre han sido exageradas y engañosas. “Tenemos el dinero en el bolsillo”, dijo Josep Borrell, jefe de política exterior de la UE, a principios del verano de 2022. Y el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo en abril de 2022: “Confiscaremos sus yates, sus casas de lujo y otros bienes ilícitos”. Obtuve ganancias. »

Las declaraciones lo dejaron claro: las sanciones contra los empresarios rusos, normalmente etiquetados como cercanos al Kremlin, fueron un pilar importante de la reacción occidental a la guerra de agresión rusa. Sin embargo, la gente evitaba las confiscaciones por motivos legales.

Camino transparente y condiciones claras

En segundo lugar, surgieron efectos secundarios paradójicos: las medidas empujaron a algunos empresarios rusos que se habían acomodado en Occidente para aislarse del Kremlin de regreso a los brazos de Rusia. Entonces Fridman regresó a Moscú después de dejar Londres e Israel.

Las sanciones suelen tener el efecto contrario: un régimen bajo embargo puede aumentar su control sobre la población y la élite. Algunos miembros de la clase dirigente ganan mucho dinero con ello, y se puede culpar aún más a los países extranjeros por todo lo malo.

En tercer lugar, las sanciones no deberían ser un castigo sino un medio para cambiar el comportamiento. Sin embargo, las declaraciones de muchos políticos occidentales sugieren que pretenden ser un castigo. Si se derogan ahora, como en el caso de Fridman y Awen, el efecto se perderá por completo. Los dos magnates nunca se habían opuesto públicamente a Putin, lo que, desde su punto de vista, habría sido incómodo si Occidente no ofreciera ninguna perspectiva.

Lo que falta es un camino transparente y claro para que la gente de la élite rusa escape de las sanciones. Además, deben establecerse condiciones claras, que también pueden incluir una multa en forma de pagos. Los economistas Reiner Eichenberger y David Stadelmann también propusieron un tipo de programa de indulgencia que permitiría a los apóstatas escapar de las garras del régimen. Ya es hora de mejorar el mecanismo de sanciones para que sea eficaz.



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