Porque el empresario, de quien se dice que evadió alrededor de 2,5 millones de euros en impuestos, también dirigía un animado comercio de autos clásicos, que había atraído a clientes destacados y adinerados. “Ya se ha presentado acusación en el marco de la Ley Penal Fiscal”, confirma el Ministerio Público.
El juicio, dirigido por el juez Oliver Kriz, tendrá lugar en el tribunal regional de Klagenfurt a principios de junio. El evasor de impuestos se enfrenta a una sanción del doble del importe de sus deudas tributarias, en el peor de los casos incluso hasta cuatro años de prisión. Sus empresas también son procesadas, pero nadie más: los amantes de los autos clásicos probablemente puedan respirar aliviados.