Por supuesto, hay nombres más espectaculares para barberías que «Peluquería Schrammel», pero: «Mis padres fundaron el negocio en Andau en 1966 y quería mantener viva la tradición cuando me hice cargo del negocio el año pasado», dice Thomas Schrammel. mientras le cortaba el pelo a un niño. Otros cuatro niños y siete mujeres, que también huyeron de la agitación de la guerra en Ucrania, esperan muy animados hasta que sea su turno.
buen estilo
«Era un asunto cercano a mi corazón sacar a estas pobres personas de su aburrida vida cotidiana por unas horas y darles un estilo agradable», dice el hombre de 47 años. Irina, treinta y tantos, asiente y sonríe. «Trabajé en Kyiv en la gestión de un hotel, por lo que teníamos que estar perfectamente preparados. Esto me recuerda mucho a mi vida anterior”.
Durante los descansos, los invitados mostraron al maestro peluquero videos de los bombardeos en sus comunidades de origen. «Es simplemente devastador», dice Schrammel, «y cuando escuchas lo difícil que es estar separado de padres, esposos e hijos, el sufrimiento se vuelve realmente tangible».
Ah, sí, los ucranianos también pagaron, y en una moneda especial: con una sonrisa en la cara y ojos brillantes.