‘Dreamers’, sobre inmigrantes indocumentados en Chicago, recogido por la agencia de ventas Lightdox (EXCLUSIVO) Lo más popular Debe leer Suscríbase a boletines de variedades Más de nuestras marcas


El documental “Dreamers” ha sido adquirido por la agencia de ventas suiza Lightdox. La película tiene su estreno internacional el 23 de abril en el 54° festival de cine Visions du Réel en Nyon, Suiza, donde compite en la sección Burning Lights.

La película se centra en Carlos, quien llegó a Chicago desde México en 1993, a la edad de 9 años, con sus padres y tres hermanos. Durante 30 años, nunca ha podido salir de la ciudad donde fue a la escuela y ahora trabaja, entrena un equipo de fútbol y paga sus impuestos, porque todavía está indocumentado. Lleva una vida discreta, tratando de nunca cometer un error, por miedo a ser deportado.

“Aunque me considero estadounidense y considero a Estados Unidos mi país, podría ser deportado en cualquier momento porque mi país no me considera uno de los suyos”, dice en la película.

La película es la tercera colaboración de los directores suizos Stéphanie Barbey y Luc Peter, después de “Magic Radio”, filmada en Níger, y “Broken Land”, que analizó la barrera erigida en la frontera entre Estados Unidos y México.

A través de la historia de Carlos, los realizadores dan un rostro a los cerca de 2,5 millones de “Dreamers” que viven en EE. UU., el nombre que reciben los inmigrantes indocumentados que llegaron a EE. UU. siendo menores de edad. (El nombre “Dreamers” es un acrónimo derivado del Proyecto de Ley de Desarrollo, Alivio y Educación para Menores Extranjeros, que busca aliviar su dilema, pero sigue sin ser aprobado por el Congreso de los EE. UU. después de numerosos intentos).

“Rodamos en Estados Unidos porque es un país que se construyó sobre la inmigración y que nos fascina por su cinematografía, pero es más la historia de una familia que la de un país. El tema de la inmigración es universal”, le dice Barbey a Variety.

La historia de “Dreamers” es también la de cuatro hermanos cercanos, todos con destinos muy diferentes: el más joven, un chef, lleva una vida casi normal después de obtener papeles tras su matrimonio. Mientras que el mayor, Jorge, fue deportado a México hace 15 años, obligado a dejar atrás a su hijo de dos meses, nacido ciudadano estadounidense. La ausencia de Jorge, acentuada por el hecho de que nunca aparece en la película, pesa mucho sobre la familia de Carlos.

Barbey dice: “Nuestra preocupación era encontrar una manera de hablar sobre las personas indocumentadas sin ponerlas en peligro. En su juventud, Carlos había sido activista por los derechos de los Dreamers y ya se había expuesto en la prensa, lo que nos tranquilizaba más. También consultamos a abogados para asegurarnos de haber hecho las cosas bien.

“El asesor legal que aparece en la película también nos animó a seguir, porque cuanto más hablemos de los Dreamers, más podremos hacer que las cosas avancen.

“Además, Chicago es un poco una ciudad santuario con una política bastante tolerante con respecto a los inmigrantes, lo que no es el caso en el resto de Illinois, por ejemplo”.

La vida clandestina de Carlos, ni realmente allí ni nunca en otro lugar, está ricamente traducida por la fascinante música poética de Louis Jucker. Barbey y Peter también le dieron forma a través del trabajo de cámara en blanco y negro de Nikolaï von Graevenitz, quien sublima la realidad del protagonista y la dramaturgia en marcos muy reflexivos y serenos.

Ambos directores comparten el gusto por la zona gris entre la ficción y el documental. “Nuestro objetivo no es hacer documentales puros. Nuestras películas están muy construidas, casi como ficción, porque lo que nos gusta es que el espectador empatice y sienta cosas, y la ficción es muy fuerte para eso”, dice Peter. “Teníamos este deseo por el blanco y negro desde el principio. Cuando presentamos el proyecto en Visions du Réel, el tráiler ya estaba en blanco y negro para expresar esta vida en las sombras.

“La película nos lleva a la burbuja de Carlos, por lo que fue una forma de permanecer allí por completo y no distraernos con el color, que a veces puede aclarar demasiado las cosas.

“También nos gustó la atemporalidad que el blanco y negro le da a la película, porque la situación de las personas indocumentadas, ya sea con Obama, Trump o Biden, no ha cambiado mucho. Era lo mismo hace 10 años y dentro de 10 años, probablemente seguirá siendo lo mismo”.

“Dreamers” está estructurada por la voz en off de Carlos, que describe su vida de una manera conmovedoramente tranquila y lineal, acentuando aún más esta constante.

Barbey dice: “Su soltura narrativa, el ritmo de sus palabras, su tono casi monocromático combinado con la fuerza de su historia, ya nos habían cautivado cuando lo conocimos por primera vez durante una hora a través de una organización no gubernamental hace 11 años, mientras investigaba por ‘Tierra rota’.

“Es esta primera confesión, que nos conmovió, la que queríamos recrear a través de esta película”.

El guión, basado en las conversaciones que tuvieron con Carlos a lo largo de los años, aporta una fuerte dramaturgia. “Antes de filmar, fuimos al lugar tres veces y lo seguimos en su vida diaria. Este tiempo fue precioso para entrar en comunión con el personaje, para hacer una película con él y no solo una película sobre él”, añade Peter.

La pandemia paralizó el rodaje, que había comenzado en marzo de 2020, y redibujó el escenario. Cuando el equipo finalmente recibió sus visas para reanudar la filmación en septiembre de 2022, Biden había sido elegido y Carlos estaba a punto de casarse con su pareja, quien estaba embarazada de su primer hijo.

“Originalmente, el punto de inflexión de la película que justificaba la larga confesión de Carlos era su deseo de ir a México a ver a su hermano. Con el riesgo de quizás no poder volver nunca más”, explica Barbey.

“Pero en 2022, el punto de inflexión se había convertido en la paternidad de Carlos, lo que implicaba que ya no correría ese riesgo y que quizás nunca volvería a ver a su hermano. Fue entonces cuando la ausencia de Jorge comenzó a imponerse en la construcción de la película”.

La película está producida por Peter y Katia Monla de Intermezzo Films en Suiza, en coproducción con Dirk Manthey Film de Alemania, RTS Radio Télévision Suisse y SWR/ARTE.





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