El aire se llena del aroma de una intensa hoguera de jardín.


<span>Fotografía: Gary Bagshawe/Alamy</span>» src=»https://s.yimg.com/ny/api/res/1.2/0l4zhLcgM9X.zaxSCUvJZA–/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjt3PTk2MDtoPTU3Ng–/https://media.zenfs.com/en/theguardian_763/9c18799d34d9c4eddf2feca35078aa5e» data-src=»https://s.yimg.com/ny/api/res/1.2/0l4zhLcgM9X.zaxSCUvJZA–/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjt3PTk2MDtoPTU3Ng–/https://media.zenfs.com/en/theguardian_763/9c18799d34d9c4eddf2feca35078aa5e»/></div>
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<p><figcaption class=Fotografía: Gary Bagshawe/Alamy

A cada paso, mis botas levantan blancas bocanadas de ceniza o rompen ramitas quemadas de brezo bajo mis pies. El olor es el que te imaginas de varios acres de páramos quemados, como una hoguera de jardín intensa. En el polvo veo un pequeño invertebrado acurrucado y tostado, y lo recojo en la palma de mi mano. Ayer me desperté con imágenes de esta colina en llamas contra el cielo nocturno. La parte superior de Burbage es visible desde varios suburbios de Sheffield y la gente sacó sus teléfonos. Las carreteras se cerraron mientras los bomberos y los voluntarios combatían las llamas por turnos. Ahora los últimos están empacando para irse y puedo inspeccionar los daños.

Este tramo de Burbage es un viejo páramo de urogallos en rehabilitación. Gran parte es brezo de piernas largas, pero en algunos lugares sobresalen ramitas de abedul y serbal y hay más arándanos de los que solía haber. Se ha reducido parte de la maleza para reducir la carga de combustible. Me encuentro en una zanja de drenaje ennegrecida, excavada hace mucho tiempo para drenar el páramo y estimular el brezo. Ahora está taponado con piedras sueltas para mantener el suelo húmedo. Por desgracia, las semanas secas de mayo han dejado el suelo de turba reseco. Una barbacoa desechable ha hecho el resto.

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Saliendo del área quemada, el contraste es sorprendente e instructivo. En lo profundo del brezo, veo una polilla del brezo, y mientras estoy allí, noto escarabajos y arañas que buscan en la ceniza que se está enfriando. La catástrofe también puede ser una oportunidad. En lo alto, media docena de vencejos se agitan de un lado a otro, mientras que un par de bisbitas de la pradera dan vueltas cerca del suelo. Espero que su nido se haya escapado.

De camino a casa, paso un punto geodésico que domina el páramo quemado. Una mujer lo está pintando. Bromeo diciendo que Ordnance Survey debe haberla enviado. Ella se ríe y explica que está pintando graffiti. “Este lugar”, dice, como si hablara de un amigo, “ya ​​sabes, si las cosas no están bien, vienes aquí”. Y veo que sus ojos se han llenado.

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