El crédito al consumo se ralentiza en Francia y se ve obligado a adaptarse


Hablando de un «ola de frío grave», la Asociación Francesa de Empresas Financieras (ASF) no trató de ocultar la situación al presentar sus estadísticas mensuales el martes 14 de febrero. El repunte posterior a la COVID-19 del mercado francés de crédito al consumo casi se detuvo en el cuarto trimestre de 2022, con un crecimiento que cayó al 1,2 % interanual desde el 11,9 % seis meses antes.

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Estas cifras confirman las publicadas a principios de mes por el Banque de France, que mostraba la primera caída de los préstamos al consumo vivos desde agosto de 2021, una caída de 512 millones de euros en diciembre de 2022. En el conjunto de 2022, el volumen de nuevos Ciertamente, los préstamos aumentaron un 7,7%, según la estimación de la ASF, pero esta cifra refleja una marcada desaceleración: el repunte había alcanzado el 12,6% en 2021, borrando la caída provocada en 2020 por la crisis sanitaria.

Más allá de eso, el Observatorio de Créditos Domésticos (OCM), que se basa en una encuesta realizada por el Instituto Kantar entre una muestra de trece mil hogares, muestra que solo el 21,8% de los hogares franceses tenían un crédito al consumo a fines de 2022, el nivel más bajo registrado desde que se creó el estudio en 1989. Esta proporción ha descendido casi cinco puntos desde 2019, un descenso mucho más pronunciado que el registrado para las hipotecas.

“Prestar a pérdida o no prestar”

La tendencia no es nueva y está ligada, entre otras cosas, a las leyes Lagarde de 2010 y Hamon de 2014, que regularon estrictamente los créditos revolventes. Pero la inflación, la incertidumbre económica y el aumento de las tasas de interés lo han amplificado en 2022. “En 2022 como en 2021, los hogares ajustaron su comportamiento a una situación económica que no ha mejorado y que incluso se ha deteriorado, explica Michel Mouillart, profesor de economía y director de la OCM. Y no están mostrando un apetito excepcional para el inicio de este año: se quedan en un segundo plano. »

Varios actores importantes del mercado han tenido que adaptar su fuerza laboral a este desarrollo. Es el caso de BNP Paribas Personal Finance, propietaria de Cetelem, que ha abierto conversaciones para un plan de salida voluntaria en Francia, y el de Oney, que especifica que no prevé recortes de empleo.

Las entidades de crédito cuestionan unánimemente las tasas de usura calculadas por Banque de France, que limitan sus tasas, hasta ahora a una tasa trimestral considerada demasiado lenta dada la velocidad de la subida de las tasas de refinanciación y, por tanto, perjudicial para los márgenes.

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