El impuesto al carbono cada vez más cuestionado en Canadá


“¡No más impuestos!” » o, en inglés en el texto, “¡Elimine el impuesto!” » (“eliminar el impuesto”): la revuelta contra el impuesto al carbono sigue creciendo en Canadá. Este impuesto a la contaminación, introducido por el primer ministro liberal Justin Trudeau en 2019, es una de las medidas emblemáticas de su política para luchar contra el calentamiento global. El gobierno estima que ayudará a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un tercio para 2030.

Sin embargo, su aumento, el lunes 1ejem Abril –pasó de 65 dólares canadienses (44 euros) a 80 dólares por tonelada, o 17 céntimos por litro de gasolina, y debería seguir creciendo, hasta alcanzar los 170 dólares en 2030–, provocó un nuevo aumento de la fiebre entre sus oponentes. Una ofensiva facilitada por los propios reveses de Justin Trudeau sobre el tema. En octubre de 2023, abrió una brecha en su propio sistema fiscal sobre la contaminación, al suspender el pago durante tres años a todos los consumidores que calientan con gasóleo.

Aplicado en ocho de las diez provincias canadienses y en dos de sus territorios (los demás tienen su propio mercado de carbono), este impuesto medioambiental es ahora impugnado por siete ministros provinciales. En acción, los líderes conservadores de Ontario, o incluso de las provincias petroleras y gasísticas del oeste del país, como Alberta, que nunca han dejado de luchar contra el principio mismo de esta fijación de precios, alegando, según ellos, que perjudicaría el atractivo de sus industrias. 1ejem En enero, el primer ministro de Saskatchewan incluso decidió unilateralmente eximir a los consumidores de gas natural y electricidad de la provincia del pago de este impuesto.

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A finales de marzo, las llamadas provincias atlánticas, en el este del país, pidieron a su vez –en vano– al Gobierno federal que renunciara a cualquier nuevo aumento, preocupadas por su efecto inflacionario en las carteras de los contribuyentes. Argumentos retomados una y otra vez por el principal rival político de Justin Trudeau, el líder del Partido Conservador de Canadá, Pierre Poilievre, que encabeza las intenciones de voto: » Este impuesto expulsa la producción del país y provoca que los canadienses pasen hambre. », dijo el 13 de marzo, durante su visita a Terranova y Labrador.

Tranquilizar a las pequeñas y medianas empresas

Hasta la fecha, la ofensiva es esencialmente política. Sin embargo, se basa en un creciente descontento popular. Una encuesta realizada por el Instituto Angus Reid, publicada el 25 de marzo, reveló que el 40% de los canadienses pedían la abolición del impuesto. Desde hace varias semanas, varias manifestaciones de cientos de consumidores descontentos han perturbado el tráfico en varias autopistas del país.

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